El lunes 30 de julio de 2018 pasará a la posteridad por un suceso que no puede pasar inadvertido: el día en que el señor presidente Jimmy Morales se vistió de militar. Fue durante su visita a la finca la Industria en donde se construyen albergues para los damnificados por la erupción del volcán de Fuego cuando se dejó ver con el atuendo castrense.
Este escrito está orientado en tres puntos de análisis que permitan revelar la connotación de que un presidente Constitucional de la República de Guatemala se vista de militar en era democrática: la primera variable de análisis es desde la comunicación política, la segunda, como un error y el argumento presidencial y la tercera es el impacto en la sociedad.
Desde un enfoque de la comunicación política se podría pensar que la aparición pública del presidente Morales vestido de militar es tan solo una estrategia para desviar el foco de atención sobre todo los problemas que están pasando en el país, pareciera “una cortina de humo”. Esta posibilidad es poco probable tomando en cuenta el limitado alcance en materia de comunicación política de este gobierno. Sin embargo, de “chiripazo” por accidente o por ocurrencia han logrado un hit comunicacional que sí logró desviar el foco de atención, pues en una actividad gubernamental que era para revisar la entrega de los albergues temporales, ese tema quedó relegado y, hoy, solamente se habla que el presidente Jimmy Morales iba vestido como militar.
¿Para qué serviría una cortina de humo en estos momentos? Para desviar el foco de atención incluso con el drama de los afectados de la erupción del volcán de Fuego que por su propia cuenta y riesgo están buscando a sus familiares desaparecidos ante la ausencia y abandono del Gobierno; del escándalo de los procesos de licitación por parte de la Contraloría General de Cuentas por sobrevaloración para la construcción de casas para los afectados. Pero, también hay otros temas de política exterior que son importantes desaparecer, como la enmienda la Ley de Autorización de la Defensa Nacional que busca revelar y hacer pública la lista de los nombres de altos funcionarios de gobierno, incluso candidatos a presidente y presidentes electos que participen en actos de corrupción o tráfico de drogas impulsada por la congresista estadounidense Norma Torres.
A otra unidad de análisis corresponde al manejo de la imagen pública y en específico a la imagen personal del presidente Jimmy Morales, en más de una ocasión señalada por ineficiente y por el vacío de estrategias de comunicación que le brinden posicionamiento, reconocimiento y control de agenda pública, de medios y política. Es importante evidenciar que todo lo que no te suma, entonces te resta. En esta oportunidad al mandatario Jimmy Morales con esta aparición vestido de militar le resta. Explico porque el artículo 182 de la Constitución Política de la República dice expresamente que es el Comandante General del Ejército, pero al mismo tiempo dice que representa la unidad nacional. Por lo tanto, no quiere decir que es militar sino que ostenta un cargo y mandato constitucional.
Que el presidente Jimmy Morales se haya vestido de militar para agradecer a la tropa, pero con un ímpetu de devoción, vehemencia y sentido de pertenencia, solamente pone al descubierto un fanatismo que en vez de sumarle, le resta. Es el primer presidente en la era democrática del país que se uniforma. Es un craso error de forma y fondo. Incluso en términos técnicos, el término “espíritu de cuerpo” es utilizado para señalar la identificación que los miembros de un grupo sienten con el mismo, y en este caso no aplica simplemente porque no corresponde desde ningún punto de vista a un presidente, pues este gobierna para todos y no solamente con el grupo que se identifica. Entonces se puede considerar como una falta de respeto para los civiles.
¿Cuándo han visto a Donald Trump vestido de militar? Auncuando adolescente estudió en la Academia Militar de Nueva York, pero ni esa identidad que siente Trump le hace ir uniformado a una actividad pública. Ahora bien, en el caso del presidente Morales simplemente no corresponde.
Un dignatario de una nación debe vivir para servir y no para servirse. El presidente Morales debería tomar en cuenta que en el contexto de la guerra fría quizás ese chip podría pasar desapercibido, pero que en la actualidad presentarse vestido así donde hay un dolor vivo y un luto latente, deja mucho que desear en una coyuntura todavía dramática.
La tercera variable de análisis nos sugiere que en un mundo globalizado, en la era de los “memes” es imperdonable que la persona más importante del país públicamente hablando,haga semejante aparición pública, que solamente es objeto de burla y es impresionante que no le puedan asesorar para evitar que la gente se mofe de él. Exponerlo de esa forma sugiere mal asesoramiento de imagen, o quizás un asesoramiento suicida. Una picada en su popularidad en una sociedad que vive entre la incertidumbre y la zozobra de un gobierno que no va a ninguna parte.
Trato de imaginar como ciudadano que pudo haber pensado el señor presidente para vestirse militarmente desde su investidura. ¿Acaso vistiéndose así va a solucionar algo? ¿Será una prioridad de agenda? ¿Acaso no ha reflexionado que solamente le ha echado más leña al fuego?, porque el mayor problema en Guatemala es el “conflicto ideológico”. Lo que ha hecho es reavivar la teoría de los extremos por extremista y por tomar un posicionamiento que como tal en esencia, no le corresponde. Si quieren verlo de esta forma: el debate no es si puede o no puede vestirse de esa forma, el tema es que no le suma si no le resta.
Yo sé que este tema dará mucha risa, pero hay cosas mucho más importantes. Temas de país que hay que atender comoelecciones a la vuelta de la esquina; leyes como la del transfuguismo que quieren pasar los diputados;financiamiento electoral ilícito o las diferentes causas de persecución penal hacia el presidente por supuestos escándalos sexuales entre muchas cosa más.
En definitiva, para aspectos de imagen pública en la vida de un cantante se comprende este tipo de acciones porque no solamente vende su música sino su imagen en la cual entrasu forma de vestir o la de un deportista que no solamente vende su éxito profesional sino una imagen publicitaria. Pero, en el caso del Presidente Jimmy Morales, solamente tiene que vender la idea de que quiere y puede hacer algo por el país.
El caso más reciente lo podemos ver con el cantautor guatemalteco Ricardo Arjona, que vino a Guatemala a entregar terrenos y a entregar los títulos de propiedad privados en donde construirá casas para algunos afectados del volcán de Fuego. Hasta el que necesita vender su imagen no lo hizo llamando la atención, y aunque maneja un equipo de comunicación se ha presentado de la forma más sencilla y humilde en su aparición pública que no le suma sino que le multiplica.
República es ajena a la opinión expresada en este artículo
El lunes 30 de julio de 2018 pasará a la posteridad por un suceso que no puede pasar inadvertido: el día en que el señor presidente Jimmy Morales se vistió de militar. Fue durante su visita a la finca la Industria en donde se construyen albergues para los damnificados por la erupción del volcán de Fuego cuando se dejó ver con el atuendo castrense.
Este escrito está orientado en tres puntos de análisis que permitan revelar la connotación de que un presidente Constitucional de la República de Guatemala se vista de militar en era democrática: la primera variable de análisis es desde la comunicación política, la segunda, como un error y el argumento presidencial y la tercera es el impacto en la sociedad.
Desde un enfoque de la comunicación política se podría pensar que la aparición pública del presidente Morales vestido de militar es tan solo una estrategia para desviar el foco de atención sobre todo los problemas que están pasando en el país, pareciera “una cortina de humo”. Esta posibilidad es poco probable tomando en cuenta el limitado alcance en materia de comunicación política de este gobierno. Sin embargo, de “chiripazo” por accidente o por ocurrencia han logrado un hit comunicacional que sí logró desviar el foco de atención, pues en una actividad gubernamental que era para revisar la entrega de los albergues temporales, ese tema quedó relegado y, hoy, solamente se habla que el presidente Jimmy Morales iba vestido como militar.
¿Para qué serviría una cortina de humo en estos momentos? Para desviar el foco de atención incluso con el drama de los afectados de la erupción del volcán de Fuego que por su propia cuenta y riesgo están buscando a sus familiares desaparecidos ante la ausencia y abandono del Gobierno; del escándalo de los procesos de licitación por parte de la Contraloría General de Cuentas por sobrevaloración para la construcción de casas para los afectados. Pero, también hay otros temas de política exterior que son importantes desaparecer, como la enmienda la Ley de Autorización de la Defensa Nacional que busca revelar y hacer pública la lista de los nombres de altos funcionarios de gobierno, incluso candidatos a presidente y presidentes electos que participen en actos de corrupción o tráfico de drogas impulsada por la congresista estadounidense Norma Torres.
A otra unidad de análisis corresponde al manejo de la imagen pública y en específico a la imagen personal del presidente Jimmy Morales, en más de una ocasión señalada por ineficiente y por el vacío de estrategias de comunicación que le brinden posicionamiento, reconocimiento y control de agenda pública, de medios y política. Es importante evidenciar que todo lo que no te suma, entonces te resta. En esta oportunidad al mandatario Jimmy Morales con esta aparición vestido de militar le resta. Explico porque el artículo 182 de la Constitución Política de la República dice expresamente que es el Comandante General del Ejército, pero al mismo tiempo dice que representa la unidad nacional. Por lo tanto, no quiere decir que es militar sino que ostenta un cargo y mandato constitucional.
Que el presidente Jimmy Morales se haya vestido de militar para agradecer a la tropa, pero con un ímpetu de devoción, vehemencia y sentido de pertenencia, solamente pone al descubierto un fanatismo que en vez de sumarle, le resta. Es el primer presidente en la era democrática del país que se uniforma. Es un craso error de forma y fondo. Incluso en términos técnicos, el término “espíritu de cuerpo” es utilizado para señalar la identificación que los miembros de un grupo sienten con el mismo, y en este caso no aplica simplemente porque no corresponde desde ningún punto de vista a un presidente, pues este gobierna para todos y no solamente con el grupo que se identifica. Entonces se puede considerar como una falta de respeto para los civiles.
¿Cuándo han visto a Donald Trump vestido de militar? Auncuando adolescente estudió en la Academia Militar de Nueva York, pero ni esa identidad que siente Trump le hace ir uniformado a una actividad pública. Ahora bien, en el caso del presidente Morales simplemente no corresponde.
Un dignatario de una nación debe vivir para servir y no para servirse. El presidente Morales debería tomar en cuenta que en el contexto de la guerra fría quizás ese chip podría pasar desapercibido, pero que en la actualidad presentarse vestido así donde hay un dolor vivo y un luto latente, deja mucho que desear en una coyuntura todavía dramática.
La tercera variable de análisis nos sugiere que en un mundo globalizado, en la era de los “memes” es imperdonable que la persona más importante del país públicamente hablando,haga semejante aparición pública, que solamente es objeto de burla y es impresionante que no le puedan asesorar para evitar que la gente se mofe de él. Exponerlo de esa forma sugiere mal asesoramiento de imagen, o quizás un asesoramiento suicida. Una picada en su popularidad en una sociedad que vive entre la incertidumbre y la zozobra de un gobierno que no va a ninguna parte.
Trato de imaginar como ciudadano que pudo haber pensado el señor presidente para vestirse militarmente desde su investidura. ¿Acaso vistiéndose así va a solucionar algo? ¿Será una prioridad de agenda? ¿Acaso no ha reflexionado que solamente le ha echado más leña al fuego?, porque el mayor problema en Guatemala es el “conflicto ideológico”. Lo que ha hecho es reavivar la teoría de los extremos por extremista y por tomar un posicionamiento que como tal en esencia, no le corresponde. Si quieren verlo de esta forma: el debate no es si puede o no puede vestirse de esa forma, el tema es que no le suma si no le resta.
Yo sé que este tema dará mucha risa, pero hay cosas mucho más importantes. Temas de país que hay que atender comoelecciones a la vuelta de la esquina; leyes como la del transfuguismo que quieren pasar los diputados;financiamiento electoral ilícito o las diferentes causas de persecución penal hacia el presidente por supuestos escándalos sexuales entre muchas cosa más.
En definitiva, para aspectos de imagen pública en la vida de un cantante se comprende este tipo de acciones porque no solamente vende su música sino su imagen en la cual entrasu forma de vestir o la de un deportista que no solamente vende su éxito profesional sino una imagen publicitaria. Pero, en el caso del Presidente Jimmy Morales, solamente tiene que vender la idea de que quiere y puede hacer algo por el país.
El caso más reciente lo podemos ver con el cantautor guatemalteco Ricardo Arjona, que vino a Guatemala a entregar terrenos y a entregar los títulos de propiedad privados en donde construirá casas para algunos afectados del volcán de Fuego. Hasta el que necesita vender su imagen no lo hizo llamando la atención, y aunque maneja un equipo de comunicación se ha presentado de la forma más sencilla y humilde en su aparición pública que no le suma sino que le multiplica.
República es ajena a la opinión expresada en este artículo