Congresistas de EE. UU. visitaron el centro de detención donde estuvo la niña guatemalteca Jakelin Caal.
El grupo de congresistas de la bancada hispana llegó el martes último a Nuevo México, donde fue atendida la menor de 7 años.
Jakelin Caal Maquin murió el 8 de diciembre bajo custodia de la Patrulla Fronteriza (CBP, en inglés).
Las autoridades de Guatemala confirmaron que el cuerpo de la pequeña regresará al país el domingo 23 de diciembre.
Los legisladores aseguraron que existieron “fallos sistemáticos muy perturbadores”. Al mismo tiempo, exigieron una investigación independiente sobre la atención que recibió la guatemalteca.
“Hoy nos enteramos de que hubo algunos fallos sistemáticos muy perturbadores en la forma en que se manejó la condición de la niña“, dijo el congresista por Texas Joaquín Castro, presidente electo del Comité Hispano del Congreso.
Los legisladores visitaron el puerto de entrada de Antelope Wells y la Estación de Patrulla Fronteriza de Lordsburg, en Nuevo México. “El problema comenzó cuando CBP violó la ley y no notificó al Congreso dentro de las 24 horas que Jakelin había muerto bajo su custodia”, señaló.
Jakelin y su padre viajaban con un grupo de 163 personas que fue detenido el 6 de diciembre pasado, cerca de Antelope Wells, en medio del desierto.
Los migrantes fueron llevaron en autobuses a la estación más próxima de la Patrulla Fronteriza. El padre de Jakelin firmó un formulario que indicaba que estaba en buen estado de salud.
Sin embargo, los agentes dijeron que el padre había indicado que la niña estaba enferma y que vomitaba mientras eran trasladados en autobús. Cuando llegó a su destino, ya no respiraba.
Al llegar al centro, médicos de emergencias reanimaron a la menor antes de ser llevada vía aérea a un hospital en El Paso, Texas.
Un día después la guatemalteca murió. Funcionarios del gobierno aseguran que Jakelin no había comido ni tomado agua en varios días, algo que contradicen los abogados que apoyan a la familia.
Castro también dijo que en el viaje en autobús de 151 kilómetros, donde Jakelin comenzó a presentar síntomas graves, no había nadie que pudiera ofrecerle ningún tipo de ayuda médica.
Otros hallazgos
Otros congresistas que visitaron las instalaciones, como Ben Ray Luján y la congresista electa Xochitl Torres Small, han solicitado una investigación independiente de la muerte de la niña.
Por su parte, el congresista Raúl Ruiz, quien es médico de emergencias, dijo que la niña debió mostrar signos que alertaran a los agentes a brindarle atención médica.
“Un examen físico superficial hubiera determinado si el pulso es alto o la fiebre; cualquiera que esté deshidratado se ve realmente enfermo, tal vez se podrían haber pedido una evacuación aeromédica y ella podría haber sobrevivido”, señaló Ruíz.
Además, Lujan denunció que las instalaciones que visitaron no cuentan con agua potable, solo hay dos retretes portátiles, no tienen un área para bañarse, y la comida se reduce a barras de granola, cajas de jugo pequeñas y “burritos” congelados.
“Y lo que describiría como celdas de retención inhumanas, donde vimos a niños con adultos en instalaciones superpobladas, con un baño compartido, completamente abierto”, reveló.
Congresistas de EE. UU. visitaron el centro de detención donde estuvo la niña guatemalteca Jakelin Caal.
El grupo de congresistas de la bancada hispana llegó el martes último a Nuevo México, donde fue atendida la menor de 7 años.
Jakelin Caal Maquin murió el 8 de diciembre bajo custodia de la Patrulla Fronteriza (CBP, en inglés).
Las autoridades de Guatemala confirmaron que el cuerpo de la pequeña regresará al país el domingo 23 de diciembre.
Los legisladores aseguraron que existieron “fallos sistemáticos muy perturbadores”. Al mismo tiempo, exigieron una investigación independiente sobre la atención que recibió la guatemalteca.
“Hoy nos enteramos de que hubo algunos fallos sistemáticos muy perturbadores en la forma en que se manejó la condición de la niña“, dijo el congresista por Texas Joaquín Castro, presidente electo del Comité Hispano del Congreso.
Los legisladores visitaron el puerto de entrada de Antelope Wells y la Estación de Patrulla Fronteriza de Lordsburg, en Nuevo México. “El problema comenzó cuando CBP violó la ley y no notificó al Congreso dentro de las 24 horas que Jakelin había muerto bajo su custodia”, señaló.
Jakelin y su padre viajaban con un grupo de 163 personas que fue detenido el 6 de diciembre pasado, cerca de Antelope Wells, en medio del desierto.
Los migrantes fueron llevaron en autobuses a la estación más próxima de la Patrulla Fronteriza. El padre de Jakelin firmó un formulario que indicaba que estaba en buen estado de salud.
Sin embargo, los agentes dijeron que el padre había indicado que la niña estaba enferma y que vomitaba mientras eran trasladados en autobús. Cuando llegó a su destino, ya no respiraba.
Al llegar al centro, médicos de emergencias reanimaron a la menor antes de ser llevada vía aérea a un hospital en El Paso, Texas.
Un día después la guatemalteca murió. Funcionarios del gobierno aseguran que Jakelin no había comido ni tomado agua en varios días, algo que contradicen los abogados que apoyan a la familia.
Castro también dijo que en el viaje en autobús de 151 kilómetros, donde Jakelin comenzó a presentar síntomas graves, no había nadie que pudiera ofrecerle ningún tipo de ayuda médica.
Otros hallazgos
Otros congresistas que visitaron las instalaciones, como Ben Ray Luján y la congresista electa Xochitl Torres Small, han solicitado una investigación independiente de la muerte de la niña.
Por su parte, el congresista Raúl Ruiz, quien es médico de emergencias, dijo que la niña debió mostrar signos que alertaran a los agentes a brindarle atención médica.
“Un examen físico superficial hubiera determinado si el pulso es alto o la fiebre; cualquiera que esté deshidratado se ve realmente enfermo, tal vez se podrían haber pedido una evacuación aeromédica y ella podría haber sobrevivido”, señaló Ruíz.
Además, Lujan denunció que las instalaciones que visitaron no cuentan con agua potable, solo hay dos retretes portátiles, no tienen un área para bañarse, y la comida se reduce a barras de granola, cajas de jugo pequeñas y “burritos” congelados.
“Y lo que describiría como celdas de retención inhumanas, donde vimos a niños con adultos en instalaciones superpobladas, con un baño compartido, completamente abierto”, reveló.