Better Oblivion Community Center o Cómo arrullarnos hasta el descanso, HOY EN EL BLOG DE MÚSICA DE LUIS FERNANDO ALEJOS.
Música para audífonos. Hombre, mujer, tristeza, logros de nuestro subconsciente convertidos en un disco sorpresa: Better Oblivion Community Center (2019). Phoebe Bridgers, fresca de su EP y gira con boygenius, se tenía reservado el proyecto secreto, un disco entero, junto al cantautor Conor Oberst.
Didn’t Know What I Was in For me da más de lo que necesito, una canción que me da permiso para reconocer sensibilidad, insomnio y no tener my shit resuelta todavía (gracias, ALFA). A veces me doy cuenta de lo que intento en estas líneas: traducir mi entusiasmo por la música, aquella capaz de conmoverme o disolverse en parte de mí. Dylan Thomas es tan melódica como cualquier canción de los Beatles o Beach Boys. Es pegajosa, con un solo distorsionado y suficiente como para atraparte y hacerte bailar en la cocina.
Pinto, mientras lo escucho.
Crédito: Foto por ALFA 1978, obra de Luis Fernando Alejos, sticker de Marilinda Guerrero Valenzuela
Chesapeake no estaría fuera de lugar en el playlist de una chica a punto de graduarse de la secundaria, una que trascendió las baladas de Taylor Swift y aprecia el trabajo de Lisa Loeb, Jewel o Regina Spektor en su lugar. Big Black Heart es una canción para tomar unos pasos atrás, mientras atestiguamos un momento glorioso de auto-control.
And I thought you’d stopped the world
I guess I thought you could stop the worldI guess
Escucha el álbum completo aquí:
Te sugerimos leer:
Better Oblivion Community Center o Cómo arrullarnos hasta el descanso, HOY EN EL BLOG DE MÚSICA DE LUIS FERNANDO ALEJOS.
Música para audífonos. Hombre, mujer, tristeza, logros de nuestro subconsciente convertidos en un disco sorpresa: Better Oblivion Community Center (2019). Phoebe Bridgers, fresca de su EP y gira con boygenius, se tenía reservado el proyecto secreto, un disco entero, junto al cantautor Conor Oberst.
Didn’t Know What I Was in For me da más de lo que necesito, una canción que me da permiso para reconocer sensibilidad, insomnio y no tener my shit resuelta todavía (gracias, ALFA). A veces me doy cuenta de lo que intento en estas líneas: traducir mi entusiasmo por la música, aquella capaz de conmoverme o disolverse en parte de mí. Dylan Thomas es tan melódica como cualquier canción de los Beatles o Beach Boys. Es pegajosa, con un solo distorsionado y suficiente como para atraparte y hacerte bailar en la cocina.
Pinto, mientras lo escucho.
Crédito: Foto por ALFA 1978, obra de Luis Fernando Alejos, sticker de Marilinda Guerrero Valenzuela
Chesapeake no estaría fuera de lugar en el playlist de una chica a punto de graduarse de la secundaria, una que trascendió las baladas de Taylor Swift y aprecia el trabajo de Lisa Loeb, Jewel o Regina Spektor en su lugar. Big Black Heart es una canción para tomar unos pasos atrás, mientras atestiguamos un momento glorioso de auto-control.
And I thought you’d stopped the world
I guess I thought you could stop the worldI guess
Escucha el álbum completo aquí:
Te sugerimos leer: