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Como padres, pensemos el futuro

Redacción República
18 de octubre, 2019

Permítame estimado lector, entrar en una etapa en la que me aleje un tanto de la vileza de nuestra permanente coyuntura, marcada fundamentalmente por la política, los políticos y sus primos hermanos de la sociedad civil y los actores – artistas circenses – del dizque, liderazgo económico en el país, un tanto también acompañados por una gran parte de la dizque “prensa independiente” que presionada por el billete, luce estar haciendo bonos con los futuros gobernantes. En fin, intentaré tomar un poco de aire fresco abordando temas que deben interesarnos.

Hace algunos meses me inicie como conductor del programa de televisión en Canal 27, Inspiración por la familia, transmitido los domingos de 9 a 10 pm. Un programa en el que gracias a la comprensión y vocación de servicio para la comunidad cristiana evangélica de Guatemala, el Pastor, Doctor Luis Fernando Solares, ha permitido producir con una excelente calidad, como el personal de producción del Canal 27 lo sabe hacer.

El programa tiene como propósito, poner sobre el tapete mucha, sino toda, la problemática que en estos tiempos del post modernismo, vivimos en los hogares guatemaltecos y por qué no decirlo, buscamos, junto con quienes nos acompañan siempre en estas conversaciones, regresar la claridad de que es responsabilidad nuestra como padres de familia, educar a nuestros hijos y con el apoyo de nuestros guías espirituales, lograr generar en ellos, nuestros hijos, buenos ciudadanos para nuestro país.

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A mis 68 años de edad, 45 años de matrimonio con Ana mi esposa, ocho hijos, cinco hombres y tres mujeres, todos adultos y profesionales de bien; puedo afirmar con experiencia que, además de ser gratificante el ser por la Gracia de Dios y de nuestro Señor Jesucristo creador y desarrollador de vida, una experiencia relevante y enriquecedora fomentar en estas vidas; la libertad y el amor a la vida como herencia de quien reconocemos murió crucificado por nosotros para que tuviéramos por nuestra eternidad esa libertad y ese amor que trasciende.

Hoy, cuando la modernidad ha traído avances positivos en muchos sentidos; hemos de anotar un sin embargo; puesto que la tecnología y los nuevos estilos de vida han afectado amplia y negativamente a la familia. Es claro que cada vez resulta más difícil que los seres queridos puedan compartir tiempo de calidad, y que los padres puedan educar a sus hijos y estar presentes durante su desarrollo. Estas son las preocupaciones sobre las que conversamos en el programa Inspiración por la Familia, buscando soluciones por supuesto.

Se puede percibir, con sus perniciosos efectos, un gran desapego en las relaciones familiares en general. El principal factor de desapego es el trabajo, pues aunque se supone que las personas trabajan para vivir, en muchos casos pareciera que viven para trabajar. La incorporación de la mujer al trabajo que data de la post guerra – segunda guerra mundial – trajo consigo importantes cambios en el seno de la familia, que hoy se ven reflejados en nuestra enclenque y hasta vacía de contenido estructura familiar y lo cual se refleja en la sociedad.

Millones de niños y niñas, sufren hoy el abandono de sus padres y con ello, el amor, cariño y atención que sólo puede dar un padre o madre, se trata de sustituir con el de los abuelos o tíos que cuidan a los pequeños en el mejor de los casos, sino una persona del servicio o simplemente la televisión. Algunos adultos se dan cuenta de su ausencia en la vida de sus hijos, otros simplemente, o no tienen tiempo para reconocer en lo que están fallando o prefieren hacerse los locos por el tamaño de responsabilidad que esto significa.

En el mejor de los casos, debe ser imperativo, más que solamente deseable, que un empleo digno, permita que una persona tenga crecimiento profesional, personal, social y familiar. Es posible que el crecimiento en cada aspecto sea diferente, pero si no notamos ningún tipo de crecimiento algo anda mal y es esto lo que está ocurriendo sin darnos cuenta o sin querer darnos cuenta. Hace varias décadas, algunas personas en diferentes partes del mundo se dieron cuenta e iniciaron con ideas que buscaban ponernos en alerta al respecto, para buscar soluciones.

La maternidad y paternidad, están hoy en desventaja. En Guatemala, las mujeres gozan de pocos privilegios respecto a la maternidad, pues únicamente se les permite ausentarse para efectuar su labor de madres alrededor del nacimiento y en gran medida, aunque no se declare de esta forma, existe una clara discriminación hacia la mujer embarazada en gran parte de las empresas y las leyes en favor de la existencia por ejemplo de salas cunas, como tantas otras leyes, no se aplica y tampoco existen autoridades que fiscalicen su cumplimiento.

Ahora que ya es visto como normal la madre que trabaja, ellas, las madres de familia, viven agotadas entre trabajo y familia, y la situación es peor cuando son madres solteras, pues ni siquiera tienen tiempo para descansar o atender su salud. Madres cansadas, provoca que cumplan con sus obligaciones básicas, pero dejen de lado detalles como atención, paciencia y juegos, tan indispensables para los pequeños como su alimentación material.

En todo caso, lo que debo señalar es que tenemos profundos problemas en casa, en el hogar en el seno de nuestro fundamento, la familia; y mientras esto no se trate y busquen enfoques y soluciones también profundas y de valor, con ayuda de los guías espirituales, los medios de comunicación y los centros de trabajo, mucho podremos intentar hacer a nivel de las llamadas superestructuras, pero poco podremos avanzar con cimientos enclenques en nuestras familias. Atrévase a pensar, atrévase a decir, atrévase a actuar. La solución está en sus manos.

Como padres, pensemos el futuro

Redacción República
18 de octubre, 2019

Permítame estimado lector, entrar en una etapa en la que me aleje un tanto de la vileza de nuestra permanente coyuntura, marcada fundamentalmente por la política, los políticos y sus primos hermanos de la sociedad civil y los actores – artistas circenses – del dizque, liderazgo económico en el país, un tanto también acompañados por una gran parte de la dizque “prensa independiente” que presionada por el billete, luce estar haciendo bonos con los futuros gobernantes. En fin, intentaré tomar un poco de aire fresco abordando temas que deben interesarnos.

Hace algunos meses me inicie como conductor del programa de televisión en Canal 27, Inspiración por la familia, transmitido los domingos de 9 a 10 pm. Un programa en el que gracias a la comprensión y vocación de servicio para la comunidad cristiana evangélica de Guatemala, el Pastor, Doctor Luis Fernando Solares, ha permitido producir con una excelente calidad, como el personal de producción del Canal 27 lo sabe hacer.

El programa tiene como propósito, poner sobre el tapete mucha, sino toda, la problemática que en estos tiempos del post modernismo, vivimos en los hogares guatemaltecos y por qué no decirlo, buscamos, junto con quienes nos acompañan siempre en estas conversaciones, regresar la claridad de que es responsabilidad nuestra como padres de familia, educar a nuestros hijos y con el apoyo de nuestros guías espirituales, lograr generar en ellos, nuestros hijos, buenos ciudadanos para nuestro país.

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A mis 68 años de edad, 45 años de matrimonio con Ana mi esposa, ocho hijos, cinco hombres y tres mujeres, todos adultos y profesionales de bien; puedo afirmar con experiencia que, además de ser gratificante el ser por la Gracia de Dios y de nuestro Señor Jesucristo creador y desarrollador de vida, una experiencia relevante y enriquecedora fomentar en estas vidas; la libertad y el amor a la vida como herencia de quien reconocemos murió crucificado por nosotros para que tuviéramos por nuestra eternidad esa libertad y ese amor que trasciende.

Hoy, cuando la modernidad ha traído avances positivos en muchos sentidos; hemos de anotar un sin embargo; puesto que la tecnología y los nuevos estilos de vida han afectado amplia y negativamente a la familia. Es claro que cada vez resulta más difícil que los seres queridos puedan compartir tiempo de calidad, y que los padres puedan educar a sus hijos y estar presentes durante su desarrollo. Estas son las preocupaciones sobre las que conversamos en el programa Inspiración por la Familia, buscando soluciones por supuesto.

Se puede percibir, con sus perniciosos efectos, un gran desapego en las relaciones familiares en general. El principal factor de desapego es el trabajo, pues aunque se supone que las personas trabajan para vivir, en muchos casos pareciera que viven para trabajar. La incorporación de la mujer al trabajo que data de la post guerra – segunda guerra mundial – trajo consigo importantes cambios en el seno de la familia, que hoy se ven reflejados en nuestra enclenque y hasta vacía de contenido estructura familiar y lo cual se refleja en la sociedad.

Millones de niños y niñas, sufren hoy el abandono de sus padres y con ello, el amor, cariño y atención que sólo puede dar un padre o madre, se trata de sustituir con el de los abuelos o tíos que cuidan a los pequeños en el mejor de los casos, sino una persona del servicio o simplemente la televisión. Algunos adultos se dan cuenta de su ausencia en la vida de sus hijos, otros simplemente, o no tienen tiempo para reconocer en lo que están fallando o prefieren hacerse los locos por el tamaño de responsabilidad que esto significa.

En el mejor de los casos, debe ser imperativo, más que solamente deseable, que un empleo digno, permita que una persona tenga crecimiento profesional, personal, social y familiar. Es posible que el crecimiento en cada aspecto sea diferente, pero si no notamos ningún tipo de crecimiento algo anda mal y es esto lo que está ocurriendo sin darnos cuenta o sin querer darnos cuenta. Hace varias décadas, algunas personas en diferentes partes del mundo se dieron cuenta e iniciaron con ideas que buscaban ponernos en alerta al respecto, para buscar soluciones.

La maternidad y paternidad, están hoy en desventaja. En Guatemala, las mujeres gozan de pocos privilegios respecto a la maternidad, pues únicamente se les permite ausentarse para efectuar su labor de madres alrededor del nacimiento y en gran medida, aunque no se declare de esta forma, existe una clara discriminación hacia la mujer embarazada en gran parte de las empresas y las leyes en favor de la existencia por ejemplo de salas cunas, como tantas otras leyes, no se aplica y tampoco existen autoridades que fiscalicen su cumplimiento.

Ahora que ya es visto como normal la madre que trabaja, ellas, las madres de familia, viven agotadas entre trabajo y familia, y la situación es peor cuando son madres solteras, pues ni siquiera tienen tiempo para descansar o atender su salud. Madres cansadas, provoca que cumplan con sus obligaciones básicas, pero dejen de lado detalles como atención, paciencia y juegos, tan indispensables para los pequeños como su alimentación material.

En todo caso, lo que debo señalar es que tenemos profundos problemas en casa, en el hogar en el seno de nuestro fundamento, la familia; y mientras esto no se trate y busquen enfoques y soluciones también profundas y de valor, con ayuda de los guías espirituales, los medios de comunicación y los centros de trabajo, mucho podremos intentar hacer a nivel de las llamadas superestructuras, pero poco podremos avanzar con cimientos enclenques en nuestras familias. Atrévase a pensar, atrévase a decir, atrévase a actuar. La solución está en sus manos.