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¿Quién es Oliverio García Rodas, el nuevo ministro de Gobernación?

Luis Gonzalez
04 de junio, 2020

Apenas tenía 23 años cuando Oliverio García Rodas empezó a conocer de cerca la legislación de Guatemala.

Iniciaba la década de los setenta y también este joven comenzaba su carrera como abogado. Profesión que lo ha llevado a ocupar altos cargos del poder político del país.

Luego de más de 20 años en el Congreso de la República, estuvo a un paso de convertirse en el presidente del Legislativo. Sin embargo, faltaron algunos acuerdos entre los bancadas para elegirlo.

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Aparte del grado de licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales, el exlegislador de 73 años, no tiene ningún título adicional.

Sin embargo, basta leer su hoja de vida para reconocer la extensa preparación en temas constitucionales, de seguridad y derechos humanos.

Diputado constituyente

Su primer gran mérito profesional lo alcanzó a los 37 años, en 1984, cuando fue electo Diputado a la Asamblea Nacional Constituyente por Alta Verapaz.

Este logro también lo ostentan Mario Taracena, todavía diputado, y Fernando Linares, otro excongresista de la anterior legislación.

Como abogado en ejercio privado, en su hoja de vida menciona que entre 1984 a 1985, asesoró a empresas agrícolas, comerciales e industriales de Cobán, Alta Verapaz.

En ese departamento también estuvo a cargo del Bufete Popular de la Universidad de San Carlos de Guatemala.

Hábil y reconocido abogado

Sin duda, García Rodas es de los políticos más experimentados de Guatemala.

En 2019 completó 26 años como diputado, habiendo pasado por distintos partidos políticos: Partido Revolucionario (PR), GANA, Partido Patriota y Movimiento Reformador, entre otros.

Dentro del Congreso estuvo en las comisiones de Economía y Comercio Exterior y Relaciones Exteriores como integrante y presidió la Comisión de Legislación y Puntos Constitucionales.

Entre algunas iniciativas presentadas en su más reciente paso por el Congreso figuran Ley Electoral y de Partidos Políticos, Ley de Comisiones de Postulación y la Ley de Armas y Municiones.

Durante los diez años que estuvo alejado del Congreso (1994 a 2004), el exparlamentario brindó asesorías en el Ministerio de Gobernación.

También en la Procuraduría de los Derechos Humanos, Unicef, Ministerio Público y la embajada de Estados Unidos en el país.

En 2004 volvió al Legislativo de la mano de la GANA, partido político que llevó a la presidencia a Óscar Berger.

Cuando iniciaron las diferencias y Pérez Molina se desligó para fundar el Partido Patriota (PP), García Rodas fue uno de sus acompañantes.

En esa agrupación permaneció fiel y pese a los escándalos de corrupción destapados en 2015, no se movió, y el partido lo volvió a postular para la legislatura que concluyó el 14 de enero de 2020.

Eso sí, como la mayor parte de los parlamentarios que ganaron una curul por el PP, pronto abandonó el barco y se alió al Movimiento Reformador

Organización impulsada por el exministro Alejandro Sinibaldi, ahora prófugo de la justicia por su presunta implicación en acciones ilegales.

Como muchos diputados, tampoco escapó a la tentanción de colocar familiares en el Parlamento y se menciona a un hermano y a un hijo dentro de la planilla del Congreso.

Tan cerca y tan lejos del poder

De pocas palabras y alejado de los medios de comunicación, Oliverio García Rodas volvió a acaparar la atención de la opinión pública cuando lo postularon a dirigir el Congreso.

La idea era destronar a Mario Taracena, de la UNE, quien gozaba de gran aceptación dentro y fuera del Legislativo.

Pero la jugada de la bancada oficial FCN-Nación y el Movimiento Reformador no avanzó, Taracena, en un hábil movimiento, evitó la elección.

Y la presidencia no fue para ninguno. El puesto lo ocupó Óscar Chinchilla, del partido Compromiso, Renovación y Orden (Creo).

Así las cosas, los intereses políticos y la vida, le quitaron otra oportunidad para cerrar su carrera con broche de oro.

Se repitió lo ocurrido en 2015, cuando la suerte y las simpatías en el Congreso no estuvieron de su lado para elegirlo en el cargo de vicepresidente que dejó Roxana Baldetti.

Ahora, cinco meses después de estar alejado de la política, vuelve como Ministro de Gobernación, un cargo que tal vez no estaba en sus planes.

En una entrevista realizada en 2018 por la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asies), el exdiputado deja claro sus puntos de vista acerca de la situación socioeconómica del país y su conocimiento de los Acuerdos de Paz.

¿Quién es Oliverio García Rodas, el nuevo ministro de Gobernación?

Luis Gonzalez
04 de junio, 2020

Apenas tenía 23 años cuando Oliverio García Rodas empezó a conocer de cerca la legislación de Guatemala.

Iniciaba la década de los setenta y también este joven comenzaba su carrera como abogado. Profesión que lo ha llevado a ocupar altos cargos del poder político del país.

Luego de más de 20 años en el Congreso de la República, estuvo a un paso de convertirse en el presidente del Legislativo. Sin embargo, faltaron algunos acuerdos entre los bancadas para elegirlo.

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Aparte del grado de licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales, el exlegislador de 73 años, no tiene ningún título adicional.

Sin embargo, basta leer su hoja de vida para reconocer la extensa preparación en temas constitucionales, de seguridad y derechos humanos.

Diputado constituyente

Su primer gran mérito profesional lo alcanzó a los 37 años, en 1984, cuando fue electo Diputado a la Asamblea Nacional Constituyente por Alta Verapaz.

Este logro también lo ostentan Mario Taracena, todavía diputado, y Fernando Linares, otro excongresista de la anterior legislación.

Como abogado en ejercio privado, en su hoja de vida menciona que entre 1984 a 1985, asesoró a empresas agrícolas, comerciales e industriales de Cobán, Alta Verapaz.

En ese departamento también estuvo a cargo del Bufete Popular de la Universidad de San Carlos de Guatemala.

Hábil y reconocido abogado

Sin duda, García Rodas es de los políticos más experimentados de Guatemala.

En 2019 completó 26 años como diputado, habiendo pasado por distintos partidos políticos: Partido Revolucionario (PR), GANA, Partido Patriota y Movimiento Reformador, entre otros.

Dentro del Congreso estuvo en las comisiones de Economía y Comercio Exterior y Relaciones Exteriores como integrante y presidió la Comisión de Legislación y Puntos Constitucionales.

Entre algunas iniciativas presentadas en su más reciente paso por el Congreso figuran Ley Electoral y de Partidos Políticos, Ley de Comisiones de Postulación y la Ley de Armas y Municiones.

Durante los diez años que estuvo alejado del Congreso (1994 a 2004), el exparlamentario brindó asesorías en el Ministerio de Gobernación.

También en la Procuraduría de los Derechos Humanos, Unicef, Ministerio Público y la embajada de Estados Unidos en el país.

En 2004 volvió al Legislativo de la mano de la GANA, partido político que llevó a la presidencia a Óscar Berger.

Cuando iniciaron las diferencias y Pérez Molina se desligó para fundar el Partido Patriota (PP), García Rodas fue uno de sus acompañantes.

En esa agrupación permaneció fiel y pese a los escándalos de corrupción destapados en 2015, no se movió, y el partido lo volvió a postular para la legislatura que concluyó el 14 de enero de 2020.

Eso sí, como la mayor parte de los parlamentarios que ganaron una curul por el PP, pronto abandonó el barco y se alió al Movimiento Reformador

Organización impulsada por el exministro Alejandro Sinibaldi, ahora prófugo de la justicia por su presunta implicación en acciones ilegales.

Como muchos diputados, tampoco escapó a la tentanción de colocar familiares en el Parlamento y se menciona a un hermano y a un hijo dentro de la planilla del Congreso.

Tan cerca y tan lejos del poder

De pocas palabras y alejado de los medios de comunicación, Oliverio García Rodas volvió a acaparar la atención de la opinión pública cuando lo postularon a dirigir el Congreso.

La idea era destronar a Mario Taracena, de la UNE, quien gozaba de gran aceptación dentro y fuera del Legislativo.

Pero la jugada de la bancada oficial FCN-Nación y el Movimiento Reformador no avanzó, Taracena, en un hábil movimiento, evitó la elección.

Y la presidencia no fue para ninguno. El puesto lo ocupó Óscar Chinchilla, del partido Compromiso, Renovación y Orden (Creo).

Así las cosas, los intereses políticos y la vida, le quitaron otra oportunidad para cerrar su carrera con broche de oro.

Se repitió lo ocurrido en 2015, cuando la suerte y las simpatías en el Congreso no estuvieron de su lado para elegirlo en el cargo de vicepresidente que dejó Roxana Baldetti.

Ahora, cinco meses después de estar alejado de la política, vuelve como Ministro de Gobernación, un cargo que tal vez no estaba en sus planes.

En una entrevista realizada en 2018 por la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asies), el exdiputado deja claro sus puntos de vista acerca de la situación socioeconómica del país y su conocimiento de los Acuerdos de Paz.