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Ejército en México ayuda a combatir el covid-19

Edgar Quiñónez
18 de julio, 2020

Hace 20 años Gabriel Farías se metió de lleno en este equipo de costureros del Ejército mexicano. Equipo que en la actualidad confecciona desde cubrebocas hasta batas protectoras destinadas a proteger al personal de salud durante la pandemia.

“Nos sentimos comprometidos de que esto llegue a los doctores”, dijo Farías, cabo auxiliar operario a la agencia de noticias Efe. Gabriel Farías, además, ha trabajado en la Fábrica de Vestuario y Equipo de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) de México.

Él, presta atención puntual a su trabajo, el cual consiste en coser los dobladillos de las bolsas que tienen los uniformes quirurgicos. Los 128 trabajadores de la institución recolectan la tela, la acomodan y la cosen.

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Con la precisión de un cirujano moldean cada pedazo que, al final de su jornada se habrá convertido en 2 mil paquetes de uniformes quirúrgicos, botas protectoras, batas y todo aquello que ayuda al personal de salud a no contagiarse.

“Esta fábrica se dedica a la confección de ropa hospitalaria, la única modificación es que hemos evocado más tiempo a su fabricación”, explicó a Efe Zulema Nava Maldonado, subjefa de la Fábrica de Confección C.

Desde que inició la pandemia, cuenta, en ese lugar se han elaborado más de tres millones de piezas de equipo médico. Es decir 30 mil batas, 29 mil uniformes, 71 mil 347 gorros y zapatones. Además, de 2,5 millones de cubrebocas reutilizables y 3 mil batas de hospitalización con pantalón.

Trabajo valioso en México

Las más de 70 máquinas de coser industriales que conforman el mobiliario de esta fábrica, junto con la solidaridad que emanan quienes las manipulan, son las armas que empuñan estos militares que forman parte del plan de ayuda que el Ejército ha implementado para combatir la pandemia.

“Para mí es un orgullo estar desde este lado contribuyendo porque para eso estamos, para asistir al pueblo de México”, dijo Nava Maldonado.

La jornada que viven este grupo de militares es de nueve horas, en las cuales la misión es mantener la concentración para evitar cualquier error. Por ello el lema, colgado en el pasillo central de la fábrica es: “Cero errores, cero accidentes”.

“El compromiso que tenemos todos es que todo vaya bien hecho para que a ellos (los médicos) les llegue con puntualidad, asegura Farías, quien cose desde las 7 de la mañana hasta 4 de la tarde. Su orgullo dice, es vestir a los médicos y así “echar nuestro granito de arena todos para que esto llegue a donde tiene que llegar, a los doctores”.

Trabajo de calidad

La oficial Nava Maldonado explica que aunque en un inicio de la pandemia el trabajo se había volcado únicamente en confeccionar solo equipo médico, con el paso de los meses han logrado volver un poco a la normalidad.

Ahora están empezando a confeccionar fundas para colchonetas médicas, que habían dejado en pausa debido a la urgencia de la pandemia. Además, en un ala de la fábrica, empiezan y la elaboración de banderas, debido a la cercanía de las fiestas patrias.

Los militares apresuran el paso y no pierden el foco, ya que antes de que estas piezas lleguen a sus empaques, deben pasar hasta seis supervisiones de calidad. Todo para garantizar la seguridad del personal de salud, uno de los sectores más afectados en el país, que suma en total más de 330 mil casos y 38 mil fallecidos.

Ejército en México ayuda a combatir el covid-19

Edgar Quiñónez
18 de julio, 2020

Hace 20 años Gabriel Farías se metió de lleno en este equipo de costureros del Ejército mexicano. Equipo que en la actualidad confecciona desde cubrebocas hasta batas protectoras destinadas a proteger al personal de salud durante la pandemia.

“Nos sentimos comprometidos de que esto llegue a los doctores”, dijo Farías, cabo auxiliar operario a la agencia de noticias Efe. Gabriel Farías, además, ha trabajado en la Fábrica de Vestuario y Equipo de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) de México.

Él, presta atención puntual a su trabajo, el cual consiste en coser los dobladillos de las bolsas que tienen los uniformes quirurgicos. Los 128 trabajadores de la institución recolectan la tela, la acomodan y la cosen.

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“Esta fábrica se dedica a la confección de ropa hospitalaria, la única modificación es que hemos evocado más tiempo a su fabricación”, explicó a Efe Zulema Nava Maldonado, subjefa de la Fábrica de Confección C.

Desde que inició la pandemia, cuenta, en ese lugar se han elaborado más de tres millones de piezas de equipo médico. Es decir 30 mil batas, 29 mil uniformes, 71 mil 347 gorros y zapatones. Además, de 2,5 millones de cubrebocas reutilizables y 3 mil batas de hospitalización con pantalón.

Trabajo valioso en México

Las más de 70 máquinas de coser industriales que conforman el mobiliario de esta fábrica, junto con la solidaridad que emanan quienes las manipulan, son las armas que empuñan estos militares que forman parte del plan de ayuda que el Ejército ha implementado para combatir la pandemia.

“Para mí es un orgullo estar desde este lado contribuyendo porque para eso estamos, para asistir al pueblo de México”, dijo Nava Maldonado.

La jornada que viven este grupo de militares es de nueve horas, en las cuales la misión es mantener la concentración para evitar cualquier error. Por ello el lema, colgado en el pasillo central de la fábrica es: “Cero errores, cero accidentes”.

“El compromiso que tenemos todos es que todo vaya bien hecho para que a ellos (los médicos) les llegue con puntualidad, asegura Farías, quien cose desde las 7 de la mañana hasta 4 de la tarde. Su orgullo dice, es vestir a los médicos y así “echar nuestro granito de arena todos para que esto llegue a donde tiene que llegar, a los doctores”.

Trabajo de calidad

La oficial Nava Maldonado explica que aunque en un inicio de la pandemia el trabajo se había volcado únicamente en confeccionar solo equipo médico, con el paso de los meses han logrado volver un poco a la normalidad.

Ahora están empezando a confeccionar fundas para colchonetas médicas, que habían dejado en pausa debido a la urgencia de la pandemia. Además, en un ala de la fábrica, empiezan y la elaboración de banderas, debido a la cercanía de las fiestas patrias.

Los militares apresuran el paso y no pierden el foco, ya que antes de que estas piezas lleguen a sus empaques, deben pasar hasta seis supervisiones de calidad. Todo para garantizar la seguridad del personal de salud, uno de los sectores más afectados en el país, que suma en total más de 330 mil casos y 38 mil fallecidos.