Política
Política
Empresa
Empresa
Investigación y Análisis
Investigación y Análisis
Internacional
Internacional
Opinión
Opinión
Inmobiliaria
Inmobiliaria
Agenda Empresarial
Agenda Empresarial

Eta revive el fantasma del huracán Mitch hace 22 años

Agencia EFE
05 de noviembre, 2020

La depresión tropical Eta, que estaría saliendo el viernes por el Caribe de Honduras, ha revivido los graves daños que en 1998 dejó a su paso el demoledor huracán Mitch, aunque la pérdida de vidas humanas y damnificados ahora son mucho menores.

Las lluvias generadas por Eta en Honduras, desde antes de que entrará el martes a Nicaragua, convertido en huracán categoría 4 en la escala Saffir-Simpson, han causado al menos la muerte de siete personas.

También inundaciones en la mayor parte del país, derrumbes y graves daños a la infraestructura y producción agrícola, ganadera e industrial.

SUSCRIBITE A NUESTRO NEWSLETTER

Daños parecidos a los que causó Mitch

En la región caribeña de Honduras, norte, oriente y occidente, algunos daños se asemejan a los de Mitch que, en categoría 5, se convirtió en el peor desastre natural que el país centroamericano ha sufrido entre la última semana de octubre y la primera de noviembre de 1998.

Más de 5 mil muertos, centenares de desaparecidos, alrededor de 1.5 millones de damnificados y pérdidas económicas y materiales que superaron los US$4 mil millones, resumen en parte los daños que dejó ese huracán.

No hubo familia ni rincón de Honduras que no haya sufrido los embates de Mitch, que dejó al país en la calamidad y totalmente incomunicado.

La magnitud de los daños de Eta no es igual a la de Mitch, pero en las regiones que desató lluvias intensas sí son comparables, al menos en lo que respecta a las pérdidas materiales.

Puentes destruidos y comunidades incomunicadas

Según informes preliminares de la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco), Eta ha destruido al menos 9 puentes y ha dejado 41 comunidades incomunicadas.

En varias carreteras importantes del país ha habido grandes derrumbes de tierra y rocas que han cortado el paso, algunos de ellos registrados hoy.

En otros casos, comunidades están incomunicadas porque las fuertes corrientes cortaron las carreteras o destruyeron puentes parcial o totalmente.

Hoy, un derrumbe interrumpió el paso entre las dos ciudades más importantes de Honduras, San Pedro Sula, en el norte, y Tegucigalpa, en el centro, en una vía de 234 kilómetros.

Según las autoridades, la autopista, a la altura de Taulabé, al norte del central departamento de Comayagua, estará despejada hoy mismo.

Eta también ha dejado inundaciones que, en algunas poblaciones urbanas y rurales, obligó a sus poblares a subirse al techo de sus casas para protegerse.

Otros, familias enteras, sacaron algunas cosas de sus viviendas, como ropa, alimentos y sus perros, entre otras mascotas, y se fueron a sitios más altos, mientras el Gobierno los establece en albergues y les brinda abrigo y alimentación.

En el sector de Pimienta, situado en el valle de Sula, al sur del caribeño departamento de Cortés, por ejemplo, las aguas desbordadas del caudaloso río Ulúa llegaron hasta el techo de las casas, y algo similar están viviendo familias en los sectores vecinos de La Lima y El Progreso, en cuyas inmediaciones se cultiva bananos, caña de azúcar y palma africana, entre otros productos agrícolas.

Derrumbes también tienen incomunicada a San Pedro Sula con Santa Bárbara, en el departamento del mismo nombre (occidente), y lo mismo sucede con varias regiones de los departamentos de Yoro, Atlántida, Colón y Olancho, entre otros.

Las lluvias que ha dejado Eta han arrastrado viviendas, árboles, vehículos, animales y cultivos de granos básicos, hortalizas, frutas y ganado vacuno y porcino, además de otro tipo de basura, parecido a lo que hizo la fuerza destructora del Mitch.

Fuentes de la Copeco dijeron el martes que Eta podría dejar precipitaciones en algunas regiones de Honduras superiores a las que descargó Mitch, que en siete días hizo retroceder décadas al empobrecido país de casi 9.5 millones de habitantes.

Ese huracán no dejó ni un puente en pie y la recuperación del país comenzó a ser gradual con ayuda de la comunidad internacional.

Le llueve sobre mojado a Honduras

Los daños que está dejando Eta han agravado la situación de Honduras, que desde marzo vive una emergencia nacional por la pandemia de covid-19, que ha dejado más de 2 mil 700 muertos y los contagios rozan los 100 mil.

Las intensas lluvias han alterado el procesamiento de pruebas PCR de laboratorio, que no se están practicando en varios departamentos.

Además, el traslado de damnificados a albergues, mientras regresan a sus comunidades cuando baje el caudal de los ríos, implicará un mayor riesgo de contagio del coronavirus, ha advertido el Sistema Nacional de Gestión de Riesgos (Sinager).

La recomendación de las autoridades es que la población que siga haciendo uso de mascarillas y adopte todas las medidas sanitarias.

Lo que vive el país es como si le lloviera sobre mojado en una semana que, de no haber sido por Eta, desde el miércoles hasta el domingo, estaría en un asueto nacional para que los hondureños, en medio de la pandemia, hicieran turismo interno, para ayudarle a ese sector a aliviar un poco los graves daños que le ha causado la pandemia de covid-19 en ocho meses.

En Tegucigalpa, las lluvias no han sido intensas, pero el miércoles hubo crecida y desbordamiento de ríos como el Choluteca, que cruza por la mitad a la ciudad y va a desembocar al Pacífico.

En la capital, que tiene muchas zonas de riesgo, se han producido deslizamientos que han afectado decenas de viviendas en barrios pobres.

Históricamente, Honduras ha sufrido períodos cíclicos de fuertes huracanes cada 20 años, en promedio, de los que los más trágicos en el siglo pasado fueron Fifí, en septiembre de 1974, que dejó unos 10 mil muertos, y Mitch, en 1998.

Mitch agravó la situación, al grado de dejarlo altamente vulnerable, en gran medida por la acelerada deforestación que ha tenido el país en los últimos 50 años.


Eta revive el fantasma del huracán Mitch hace 22 años

Agencia EFE
05 de noviembre, 2020

La depresión tropical Eta, que estaría saliendo el viernes por el Caribe de Honduras, ha revivido los graves daños que en 1998 dejó a su paso el demoledor huracán Mitch, aunque la pérdida de vidas humanas y damnificados ahora son mucho menores.

Las lluvias generadas por Eta en Honduras, desde antes de que entrará el martes a Nicaragua, convertido en huracán categoría 4 en la escala Saffir-Simpson, han causado al menos la muerte de siete personas.

También inundaciones en la mayor parte del país, derrumbes y graves daños a la infraestructura y producción agrícola, ganadera e industrial.

SUSCRIBITE A NUESTRO NEWSLETTER

Daños parecidos a los que causó Mitch

En la región caribeña de Honduras, norte, oriente y occidente, algunos daños se asemejan a los de Mitch que, en categoría 5, se convirtió en el peor desastre natural que el país centroamericano ha sufrido entre la última semana de octubre y la primera de noviembre de 1998.

Más de 5 mil muertos, centenares de desaparecidos, alrededor de 1.5 millones de damnificados y pérdidas económicas y materiales que superaron los US$4 mil millones, resumen en parte los daños que dejó ese huracán.

No hubo familia ni rincón de Honduras que no haya sufrido los embates de Mitch, que dejó al país en la calamidad y totalmente incomunicado.

La magnitud de los daños de Eta no es igual a la de Mitch, pero en las regiones que desató lluvias intensas sí son comparables, al menos en lo que respecta a las pérdidas materiales.

Puentes destruidos y comunidades incomunicadas

Según informes preliminares de la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco), Eta ha destruido al menos 9 puentes y ha dejado 41 comunidades incomunicadas.

En varias carreteras importantes del país ha habido grandes derrumbes de tierra y rocas que han cortado el paso, algunos de ellos registrados hoy.

En otros casos, comunidades están incomunicadas porque las fuertes corrientes cortaron las carreteras o destruyeron puentes parcial o totalmente.

Hoy, un derrumbe interrumpió el paso entre las dos ciudades más importantes de Honduras, San Pedro Sula, en el norte, y Tegucigalpa, en el centro, en una vía de 234 kilómetros.

Según las autoridades, la autopista, a la altura de Taulabé, al norte del central departamento de Comayagua, estará despejada hoy mismo.

Eta también ha dejado inundaciones que, en algunas poblaciones urbanas y rurales, obligó a sus poblares a subirse al techo de sus casas para protegerse.

Otros, familias enteras, sacaron algunas cosas de sus viviendas, como ropa, alimentos y sus perros, entre otras mascotas, y se fueron a sitios más altos, mientras el Gobierno los establece en albergues y les brinda abrigo y alimentación.

En el sector de Pimienta, situado en el valle de Sula, al sur del caribeño departamento de Cortés, por ejemplo, las aguas desbordadas del caudaloso río Ulúa llegaron hasta el techo de las casas, y algo similar están viviendo familias en los sectores vecinos de La Lima y El Progreso, en cuyas inmediaciones se cultiva bananos, caña de azúcar y palma africana, entre otros productos agrícolas.

Derrumbes también tienen incomunicada a San Pedro Sula con Santa Bárbara, en el departamento del mismo nombre (occidente), y lo mismo sucede con varias regiones de los departamentos de Yoro, Atlántida, Colón y Olancho, entre otros.

Las lluvias que ha dejado Eta han arrastrado viviendas, árboles, vehículos, animales y cultivos de granos básicos, hortalizas, frutas y ganado vacuno y porcino, además de otro tipo de basura, parecido a lo que hizo la fuerza destructora del Mitch.

Fuentes de la Copeco dijeron el martes que Eta podría dejar precipitaciones en algunas regiones de Honduras superiores a las que descargó Mitch, que en siete días hizo retroceder décadas al empobrecido país de casi 9.5 millones de habitantes.

Ese huracán no dejó ni un puente en pie y la recuperación del país comenzó a ser gradual con ayuda de la comunidad internacional.

Le llueve sobre mojado a Honduras

Los daños que está dejando Eta han agravado la situación de Honduras, que desde marzo vive una emergencia nacional por la pandemia de covid-19, que ha dejado más de 2 mil 700 muertos y los contagios rozan los 100 mil.

Las intensas lluvias han alterado el procesamiento de pruebas PCR de laboratorio, que no se están practicando en varios departamentos.

Además, el traslado de damnificados a albergues, mientras regresan a sus comunidades cuando baje el caudal de los ríos, implicará un mayor riesgo de contagio del coronavirus, ha advertido el Sistema Nacional de Gestión de Riesgos (Sinager).

La recomendación de las autoridades es que la población que siga haciendo uso de mascarillas y adopte todas las medidas sanitarias.

Lo que vive el país es como si le lloviera sobre mojado en una semana que, de no haber sido por Eta, desde el miércoles hasta el domingo, estaría en un asueto nacional para que los hondureños, en medio de la pandemia, hicieran turismo interno, para ayudarle a ese sector a aliviar un poco los graves daños que le ha causado la pandemia de covid-19 en ocho meses.

En Tegucigalpa, las lluvias no han sido intensas, pero el miércoles hubo crecida y desbordamiento de ríos como el Choluteca, que cruza por la mitad a la ciudad y va a desembocar al Pacífico.

En la capital, que tiene muchas zonas de riesgo, se han producido deslizamientos que han afectado decenas de viviendas en barrios pobres.

Históricamente, Honduras ha sufrido períodos cíclicos de fuertes huracanes cada 20 años, en promedio, de los que los más trágicos en el siglo pasado fueron Fifí, en septiembre de 1974, que dejó unos 10 mil muertos, y Mitch, en 1998.

Mitch agravó la situación, al grado de dejarlo altamente vulnerable, en gran medida por la acelerada deforestación que ha tenido el país en los últimos 50 años.