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Piloto civil: “Hay satisfacción, pero luto en el corazón”

Viviana Mutz
20 de noviembre, 2020

El piloto observa a 500 metros de altura paisajes de lo que pudieran ser perfectos lagos. Mira largas extensiones de tierra anegadas por las depresiones tropicales Eta y Iota

El agua se observa hasta donde la vista lo permite. Un manto devastador porque el agua reposa sobre comunidades de las que, en algunos casos, solo se observan los techos de la viviendas.

República. acompañó a uno de los pilotos civiles que a partir del 7 de noviembre realiza jornadas de asistencia humanitaria en helicóptero en las Verapaces, Izabal y Quiché.

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Los tres departamentos han sido de los más afectados por la lluvia que dejó a su paso inundaciones por los fenómenos naturales.

La jornada de ayuda inicia a las 7 de la mañana y culmina hasta que se oculta el sol, en el caso de los vuelos, porque la tarea sigue hasta definir el itinerario de los vuelos del próximo día. 

Óscar Díaz, viene y va de la capital hacia Cobán, Alta Verapaz y sus recónditas comunidades. En esa cabecera departamental Aeroclub de Guatemala instaló su centro de operaciones para distribuir alimentos y rescatar personas.

Óscar Díaz, es uno de los pilotos voluntarios que lleva víveres a comunidades en Alta Verapaz.

“La adrenalina se te va a mil con solo escuchar la turbina”, cuenta Díaz al iniciar un recorrido aéreo más, en los ocho días consecutivos que lleva realizando la labor. 

“Cada día las operaciones -recién pasada la depresión tropical- eran más estresantes por la necesidad de la gente”, reconoce.

“Entrábamos con rescatistas y salíamos con heridos. Hay mucha satisfacción, pero luto en el corazón”

Óscar Díaz, piloto civil.

Piloto salva a mujer que dio a luz

Una de esas situaciones estresantes surgió una vez más durante el viaje. El piloto recibió el llamado de auxilio de una mujer que recién había dado a luz y su condición era delicada.

No dudó en desviar su ruta para salvarla y que “de no ser por ese traslado hubiera fallecido”, reconocieron después los médicos que la atendieron. 

Una mujer que recién había dado a luz fue traslada de urgencia vía aérea.

Díaz retomó su jornada obligado a detenerse, sin descender, en más de seis ocasiones, para enviar las coordenadas de comunidades donde pobladores alzaban los brazos pidiendo ayuda. 

También alzaban telas rojas mientras señalizaban con cal un área del terreno para el aterrizaje.

“Me llena de satisfacción ser parte de quienes le aportamos a Guatemala. Si viene o no otro huracán, seguiré ayudando porque aún hay lugares incomunicados”, dice con sastisfacción.

Piloto civil: “Hay satisfacción, pero luto en el corazón”

Viviana Mutz
20 de noviembre, 2020

El piloto observa a 500 metros de altura paisajes de lo que pudieran ser perfectos lagos. Mira largas extensiones de tierra anegadas por las depresiones tropicales Eta y Iota

El agua se observa hasta donde la vista lo permite. Un manto devastador porque el agua reposa sobre comunidades de las que, en algunos casos, solo se observan los techos de la viviendas.

República. acompañó a uno de los pilotos civiles que a partir del 7 de noviembre realiza jornadas de asistencia humanitaria en helicóptero en las Verapaces, Izabal y Quiché.

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Los tres departamentos han sido de los más afectados por la lluvia que dejó a su paso inundaciones por los fenómenos naturales.

La jornada de ayuda inicia a las 7 de la mañana y culmina hasta que se oculta el sol, en el caso de los vuelos, porque la tarea sigue hasta definir el itinerario de los vuelos del próximo día. 

Óscar Díaz, viene y va de la capital hacia Cobán, Alta Verapaz y sus recónditas comunidades. En esa cabecera departamental Aeroclub de Guatemala instaló su centro de operaciones para distribuir alimentos y rescatar personas.

Óscar Díaz, es uno de los pilotos voluntarios que lleva víveres a comunidades en Alta Verapaz.

“La adrenalina se te va a mil con solo escuchar la turbina”, cuenta Díaz al iniciar un recorrido aéreo más, en los ocho días consecutivos que lleva realizando la labor. 

“Cada día las operaciones -recién pasada la depresión tropical- eran más estresantes por la necesidad de la gente”, reconoce.

“Entrábamos con rescatistas y salíamos con heridos. Hay mucha satisfacción, pero luto en el corazón”

Óscar Díaz, piloto civil.

Piloto salva a mujer que dio a luz

Una de esas situaciones estresantes surgió una vez más durante el viaje. El piloto recibió el llamado de auxilio de una mujer que recién había dado a luz y su condición era delicada.

No dudó en desviar su ruta para salvarla y que “de no ser por ese traslado hubiera fallecido”, reconocieron después los médicos que la atendieron. 

Una mujer que recién había dado a luz fue traslada de urgencia vía aérea.

Díaz retomó su jornada obligado a detenerse, sin descender, en más de seis ocasiones, para enviar las coordenadas de comunidades donde pobladores alzaban los brazos pidiendo ayuda. 

También alzaban telas rojas mientras señalizaban con cal un área del terreno para el aterrizaje.

“Me llena de satisfacción ser parte de quienes le aportamos a Guatemala. Si viene o no otro huracán, seguiré ayudando porque aún hay lugares incomunicados”, dice con sastisfacción.