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La reconquista

Carolina Castellanos
26 de febrero, 2021

“Pueden conquistar a aquellos que creen que pueden”  Virgil

A propósito del bicentenario, y ya resuelto el tema del cambio de ritmo a nuestro Himno Nacional, no puedo más que pensar en todos los intentos de reconquistarnos.

Virgil, poeta romano de la antigüedad, con esta frase intenta motivar la actitud de “yo puedo”. Cometo un gran atrevimiento al completarla diciendo “¡si me dejo!” Nos están reconquistando y nos estamos dejando.

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Hace más de 500 años llegó Cristóbal Colón al continente americano y conquistó a los nativos. Hoy, hay muchos que se creen una reencarnación del gran español. Nos consideran a todos unos nativos ignorantes a quienes pueden dominar. Esta vez es con palabras, con actos y con violaciones a la ley y a la libertad. 

Casi prefiero la conquista anterior en la que el vestuario, las armas y hasta el idioma, distinguían a los conquistadores de los conquistados. Hoy, se visten igual que el resto, hablan igual y fingen empatía y amor por el prójimo. 

Dicen que nos quieren sacar de la pobreza haciéndonos a todos iguales, que las diferencias son dañinas por lo que hay que modificar las leyes y hasta la Constitución para lograrlo. La mentira más grande, perdón, la justificación,es que los pobres, los marginados, los “excluidos por la sociedad”, merecen ser tratados mejor al punto de darles privilegios por encima de todos los demás.

En aquella época creo que no hubo promesas. Los conquistadores simplemente llegaron en búsqueda de tierras para expandir su territorio, contar con más recursos para comerciar, etc. Eso significó dominar a los nativos dándoles espejitos a cambio de sus valiosos tesoros.

Hoy nos siguen dando espejitos, convertidos en palabras “inclusivas”. Han convencido a quienes se sientenmarginados (no lo son en su abrumadora mayoría) que, a cambio de privilegios, obtendrán el oro prometido. No importa que los limitados recursos se dirijan a defender las causas de estos grupos, que se les beneficie con leyes y que se nos castigue socialmente a los demás por no estar de acuerdo con esto. 

La igualdad ante la ley se quedó hundida bajo la “igualdad económica”.  Aquellos que tienen más, de acuerdo a una medición aleatoria, son la causante que otros tengan menos. Hay que conquistarlos, quitarles sus posesiones y repartirlas entre esos grupos privilegiados que tienen “menos” y que se sienten diferentes y marginados. 

En aquella época, los conquistadores lograron su cometido. Los nativos no tuvieron mayores oportunidades de ganar la gran batalla y terminaron con trajes para ubicarlos geográficamente y adoptaron costumbres ajenas a su vida.

En estos tiempos, los conquistadores poseen enormes y casi inacabables fortunas. Esto les ha permitido penetrar en cuanto lugar pueden, como medios de comunicación, cortes de justicia, muchos organismos de gobierno (pasado y  presente) y, por supuesto, un sinnúmero de comunidades realmente necesitadas de desarrollo que les permitiríaacceder a mejores sistemas de educación y salud.

Todos somos ahora víctimas de estos conquistadores, llamados chairos, socialistas, zurdos, de izquierda y, la palabra favorita, progresistas. Reconozco que esta última fue brillante. Dicen ser los que promueven el progreso. Efectivamente lo son, pero su progreso es la conquista de principios, valores, forma de vida, cultura, opinión y libertad.

¿Vamos a seguir siendo políticamente correctos? ¿Vamos a seguir permitiendo que tomen las cortes de justicia por la fuerza mediática y de la corrupción absoluta? ¿Vamos a seguir dando vía libre para que los centros educativos, públicos y privados, impriman estas aberraciones en los niños?

“Van a conquistar a aquellos que creen que pueden”. ¿Nos vamos a dejar?

La reconquista

Carolina Castellanos
26 de febrero, 2021

“Pueden conquistar a aquellos que creen que pueden”  Virgil

A propósito del bicentenario, y ya resuelto el tema del cambio de ritmo a nuestro Himno Nacional, no puedo más que pensar en todos los intentos de reconquistarnos.

Virgil, poeta romano de la antigüedad, con esta frase intenta motivar la actitud de “yo puedo”. Cometo un gran atrevimiento al completarla diciendo “¡si me dejo!” Nos están reconquistando y nos estamos dejando.

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Hace más de 500 años llegó Cristóbal Colón al continente americano y conquistó a los nativos. Hoy, hay muchos que se creen una reencarnación del gran español. Nos consideran a todos unos nativos ignorantes a quienes pueden dominar. Esta vez es con palabras, con actos y con violaciones a la ley y a la libertad. 

Casi prefiero la conquista anterior en la que el vestuario, las armas y hasta el idioma, distinguían a los conquistadores de los conquistados. Hoy, se visten igual que el resto, hablan igual y fingen empatía y amor por el prójimo. 

Dicen que nos quieren sacar de la pobreza haciéndonos a todos iguales, que las diferencias son dañinas por lo que hay que modificar las leyes y hasta la Constitución para lograrlo. La mentira más grande, perdón, la justificación,es que los pobres, los marginados, los “excluidos por la sociedad”, merecen ser tratados mejor al punto de darles privilegios por encima de todos los demás.

En aquella época creo que no hubo promesas. Los conquistadores simplemente llegaron en búsqueda de tierras para expandir su territorio, contar con más recursos para comerciar, etc. Eso significó dominar a los nativos dándoles espejitos a cambio de sus valiosos tesoros.

Hoy nos siguen dando espejitos, convertidos en palabras “inclusivas”. Han convencido a quienes se sientenmarginados (no lo son en su abrumadora mayoría) que, a cambio de privilegios, obtendrán el oro prometido. No importa que los limitados recursos se dirijan a defender las causas de estos grupos, que se les beneficie con leyes y que se nos castigue socialmente a los demás por no estar de acuerdo con esto. 

La igualdad ante la ley se quedó hundida bajo la “igualdad económica”.  Aquellos que tienen más, de acuerdo a una medición aleatoria, son la causante que otros tengan menos. Hay que conquistarlos, quitarles sus posesiones y repartirlas entre esos grupos privilegiados que tienen “menos” y que se sienten diferentes y marginados. 

En aquella época, los conquistadores lograron su cometido. Los nativos no tuvieron mayores oportunidades de ganar la gran batalla y terminaron con trajes para ubicarlos geográficamente y adoptaron costumbres ajenas a su vida.

En estos tiempos, los conquistadores poseen enormes y casi inacabables fortunas. Esto les ha permitido penetrar en cuanto lugar pueden, como medios de comunicación, cortes de justicia, muchos organismos de gobierno (pasado y  presente) y, por supuesto, un sinnúmero de comunidades realmente necesitadas de desarrollo que les permitiríaacceder a mejores sistemas de educación y salud.

Todos somos ahora víctimas de estos conquistadores, llamados chairos, socialistas, zurdos, de izquierda y, la palabra favorita, progresistas. Reconozco que esta última fue brillante. Dicen ser los que promueven el progreso. Efectivamente lo son, pero su progreso es la conquista de principios, valores, forma de vida, cultura, opinión y libertad.

¿Vamos a seguir siendo políticamente correctos? ¿Vamos a seguir permitiendo que tomen las cortes de justicia por la fuerza mediática y de la corrupción absoluta? ¿Vamos a seguir dando vía libre para que los centros educativos, públicos y privados, impriman estas aberraciones en los niños?

“Van a conquistar a aquellos que creen que pueden”. ¿Nos vamos a dejar?