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Caminando por la Ciudad | Las tortillas de la 12

Invitado
28 de febrero, 2021

Las tortillas de la 12. Caminando por la Ciudad es el blog de Ángel Álvarez, quien narra historias y situaciones de los habitantes de la capital y otras ciudades.

“Que tráfico en El Caminero” es la queja de todos los días desde la mañana hasta la medianoche. No importa la fecha, la hora o si hay feriado, esa cola del bulevar

El Caminero es interminable y todo se debe a un oasis de sabor que se ubica en las orillas. Camioneteros, motoristas, automovilistas y vecinos de a pie se detienen a comprar las famosas tortiharinas.

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Pueden elegir entre tortillas con carne asada, carne adobada, pollo o mixta. Los comensales saben cómo hacer su mejor combinación, acompañada de una rica bebida natural y el infaltable curtido picante.

Se ve a los vecinos caminando como si fuera cortejo de Semana Santa. Hacen colas y platican en grupos por todo el sector mientras van por su porción.

En esa esquina se revela la radiografía de los habitantes de las cercanías. Todos se enteran de la jovencita que salió embarazada, del vecino que le pegó a su esposa y de la señora que saca bolsas de basura a tirar a la calle por las noches.

Del patojo que agarraron preso por andar en malos pasos aunque su papá diga que fue una confusión de parte de la Policía.

Ahí mismo saben del destino del vecino orgulloso que no contestaba los buenos días. El que tuvo que mudarse a la otra cuadra, ya que lo llegaron a desalojar con orden judicial por no pagar el alquiler.

También se hace el análisis exhaustivo del precio de los productos de la canasta básica, junto a la clásica frase “donde el chino de la catorce es más barato”. Y se enteran de los resultados de la liga de futbol intercuadras e intercolonias.

Sólo en esas largas esperas, mientras se prepara la tortiharina, se pueden actualizar acerca del acontecer local e internacional. Desde los resultados de la Champions, la situación de la economía mundial y qué son las criptomonedas. Sdemás de los horarios en que la garita no deja entrar a los escandalosos.

Aunque los propietarios ya abrieron cuatro locales en la misma cuadra, junto a dos terrenos de parqueo, las colas son interminables, Hasta personas ajenas al vecindario llegan por su menú.

Muchos optan por el servicio a domicilio para pedirlas desde su casa, pero se pierden de la oportunidad para actualizar la base de datos del chisme.

“En casa no tiene chiste porque no nos enteramos de todo”, dice doña María Fernanda. Ella está ahí por su porción de la semana que le permite regresar empapada de información fresca y valiosa. Datos que luego no tardará en replicar por medio de sus redes sociales.  

Tortillas de harina

Ahí se tocan todas las noticias que andan de boca en boca; sin importar la fuente, la información ahí detallada se toma como verídica.

Los presidentes de los Cocodes se quejan de que bloquean la entrada a los condominios y que se arma demasiada cola para salir. Pero el sabor inigualable de esas tortiharinas sigue atrayendo compradores a todas horas. Da gusto verlos comiendo con esa cara de satisfacción, ya sea en una mesa o parados en la banqueta.

Doña María Fernanda dice que muchas personas se ven beneficiadas con el negocio de las tortiharinas, los cuidacarros, los vendedores de artesanías, estuches de celular, películas pirata, fruta en bolsa e incluso los choferes del transporte urbano que inventaron paradas obligadas enfrente de la venta.

También se acercan el vendedor de manías y frutos secos, repartiendo a diestra y siniestra las muestras gratis con la esperanza que alguien le compre su producto.

No falta el señor de las escobas, cepillos y trapeadores que disfruta una bebida fría y sudorosa. Pero no menos importante, la ama de casa que se le fue el gas y la solución inmediata es ir por un par de tortiharinas para resolver el almuerzo antes de que lleguen los niños de la escuela y el marido del trabajo.

Todos son observados por el joven de la tienda de enfrente, admirado ante la gran cantidad de clientes.

Según doña María Fernanda, el tráfico es parte el folclor del sector aunque no les haga gracia a los automovilistas.

Tampoco faltan los ayudantes de buses que llaman para ordenar cuando van en la ruta y sólo acercan el brazo para tomar su pedido sobre la marcha, las banquetas que sirven para improvisar partidas de póker, damas chinas y ajedrez y mágic.

Y los perritos que escarban entre los restos todavía envueltos en su papel de estaño y restos de tortillas. A veces se asoma el alcalde de turno para tomarse selfies y en ocasiones sale la vecina enojada, manguereando su pedazo de banqueta con agua y jabón para alejar a los comensales que se detienen a platicar en el frente de “su” casa.

Caminando por la Ciudad | Las tortillas de la 12

Invitado
28 de febrero, 2021

Las tortillas de la 12. Caminando por la Ciudad es el blog de Ángel Álvarez, quien narra historias y situaciones de los habitantes de la capital y otras ciudades.

“Que tráfico en El Caminero” es la queja de todos los días desde la mañana hasta la medianoche. No importa la fecha, la hora o si hay feriado, esa cola del bulevar

El Caminero es interminable y todo se debe a un oasis de sabor que se ubica en las orillas. Camioneteros, motoristas, automovilistas y vecinos de a pie se detienen a comprar las famosas tortiharinas.

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Pueden elegir entre tortillas con carne asada, carne adobada, pollo o mixta. Los comensales saben cómo hacer su mejor combinación, acompañada de una rica bebida natural y el infaltable curtido picante.

Se ve a los vecinos caminando como si fuera cortejo de Semana Santa. Hacen colas y platican en grupos por todo el sector mientras van por su porción.

En esa esquina se revela la radiografía de los habitantes de las cercanías. Todos se enteran de la jovencita que salió embarazada, del vecino que le pegó a su esposa y de la señora que saca bolsas de basura a tirar a la calle por las noches.

Del patojo que agarraron preso por andar en malos pasos aunque su papá diga que fue una confusión de parte de la Policía.

Ahí mismo saben del destino del vecino orgulloso que no contestaba los buenos días. El que tuvo que mudarse a la otra cuadra, ya que lo llegaron a desalojar con orden judicial por no pagar el alquiler.

También se hace el análisis exhaustivo del precio de los productos de la canasta básica, junto a la clásica frase “donde el chino de la catorce es más barato”. Y se enteran de los resultados de la liga de futbol intercuadras e intercolonias.

Sólo en esas largas esperas, mientras se prepara la tortiharina, se pueden actualizar acerca del acontecer local e internacional. Desde los resultados de la Champions, la situación de la economía mundial y qué son las criptomonedas. Sdemás de los horarios en que la garita no deja entrar a los escandalosos.

Aunque los propietarios ya abrieron cuatro locales en la misma cuadra, junto a dos terrenos de parqueo, las colas son interminables, Hasta personas ajenas al vecindario llegan por su menú.

Muchos optan por el servicio a domicilio para pedirlas desde su casa, pero se pierden de la oportunidad para actualizar la base de datos del chisme.

“En casa no tiene chiste porque no nos enteramos de todo”, dice doña María Fernanda. Ella está ahí por su porción de la semana que le permite regresar empapada de información fresca y valiosa. Datos que luego no tardará en replicar por medio de sus redes sociales.  

Tortillas de harina

Ahí se tocan todas las noticias que andan de boca en boca; sin importar la fuente, la información ahí detallada se toma como verídica.

Los presidentes de los Cocodes se quejan de que bloquean la entrada a los condominios y que se arma demasiada cola para salir. Pero el sabor inigualable de esas tortiharinas sigue atrayendo compradores a todas horas. Da gusto verlos comiendo con esa cara de satisfacción, ya sea en una mesa o parados en la banqueta.

Doña María Fernanda dice que muchas personas se ven beneficiadas con el negocio de las tortiharinas, los cuidacarros, los vendedores de artesanías, estuches de celular, películas pirata, fruta en bolsa e incluso los choferes del transporte urbano que inventaron paradas obligadas enfrente de la venta.

También se acercan el vendedor de manías y frutos secos, repartiendo a diestra y siniestra las muestras gratis con la esperanza que alguien le compre su producto.

No falta el señor de las escobas, cepillos y trapeadores que disfruta una bebida fría y sudorosa. Pero no menos importante, la ama de casa que se le fue el gas y la solución inmediata es ir por un par de tortiharinas para resolver el almuerzo antes de que lleguen los niños de la escuela y el marido del trabajo.

Todos son observados por el joven de la tienda de enfrente, admirado ante la gran cantidad de clientes.

Según doña María Fernanda, el tráfico es parte el folclor del sector aunque no les haga gracia a los automovilistas.

Tampoco faltan los ayudantes de buses que llaman para ordenar cuando van en la ruta y sólo acercan el brazo para tomar su pedido sobre la marcha, las banquetas que sirven para improvisar partidas de póker, damas chinas y ajedrez y mágic.

Y los perritos que escarban entre los restos todavía envueltos en su papel de estaño y restos de tortillas. A veces se asoma el alcalde de turno para tomarse selfies y en ocasiones sale la vecina enojada, manguereando su pedazo de banqueta con agua y jabón para alejar a los comensales que se detienen a platicar en el frente de “su” casa.