En días en que se habla de cómo Guatemala puede alcanzar el desarrollo, sin temor a equivocarme creo que la única forma de lograrlo es mediante la educación y ciencia, es decir los avances en este sentido son el común denominador que he encontrado en los países ya desarrollados y que han construido bienestar para su sociedad.

Es importante recordar que dentro de todos los planes de gobierno, al menos desde que yo tengo memoria, se ha planteado el eje de educación como prioridad y se menciona siempre como una oferta política a cumplir, pero la realidad es otra, un tema que nunca avanza en la educación a niveles primarios y no digamos en los más avanzados.

Al ver algún tipo de temas educativos mi esperanza, aunque sea tenue, se afianza, y recuerdo que sólo la educación puede producir y sólo produciendo bienes y servicios podemos generar desarrollo sostenible y, con esto, fuentes de trabajo dignos con sueldos decorosos que puedan hacer crecer económicamente el país.

Y al crecer económicamente como país las satisfacciones de muchos se pueden cumplir aquí  en Guatemala. Al tener esa ruta que arranca con la educación de calidad podemos comprender que si no hay educación no habrá nunca desarrollo y seguiremos enfrentado los problemas que ahora tanto daño nos hacen.

Problemas como la migración irregular, el involucramiento de nuestros niños y adolescentes en las pandillas por falta de oportunidades, la constante dificultad de encontrar empleo, la desmotivación en el emprendimiento, y con esto los bajos niveles de vida digna de millones de guatemaltecos y guatemaltecas que vivimos al día si bien nos va y aquellos millones que sobreviven con menos de lo mínimo.

La retórica y el discurso populista en la que muchos políticos caen desde tiempo atrás sabe que esa oferta es válida y que por supuesto no llena de esperanza cada vez que uno de los que pretende dirigirnos no la hace pensando que ahora sí podremos contar con esto y que nuestros hijos y nietos tendrán esa tan anhelada esperanza de un país lleno de oportunidades para todos.

En los últimos días he hablado con estudiantes sobre la independencia del país y escuchándolos sigo con la premisa que desde hace 200 años seguimos esperanzados en lograr una educación que lleve a desarrollar la ciencia y con esto un crecimiento como país, cosa que no logramos por ningún lado.

Lo que urge en la actualidad es desarrollar niveles de educación con el objetivo de generar desarrollo. Esa es la clave para salir delante en este país, un desarrollo que logre elevarnos el espíritu y sobre todo que nos dé el aliciente que podemos ser productivos y hacer posibles nuestros sueños y realizarnos como seres humanos.

A Guatemala le falta recuperar la fe de su población, pero eso sólo se logrará si quienes dirigen el país trabajan con firmeza.