En los últimos meses han sido más de 8 mil personas las que han muerto a causa de la pandemia, así que, con este espacio, quiero rendirles homenaje a las víctimas, pero también a las familias que han vivido el duelo en una temporada en la que el distanciamiento social resulta indispensable y a la vez genera una sensación de soledad en tiempos difíciles.
En el transcurso de la pandemia COVID 19, hemos visto cómo en muchos de nuestros círculos cercanos se han enfermado muchas personas o incluso nosotros mismos, algunos graves y otros leves, pero de nuevo el estigma y la soledad han sido algo relevante, principalmente en quienes lo vivieron a inicios de 2020.
Esta situación que empezó en marzo del 2020 en Guatemala, ha dejado a más de 8,165 personas fallecidas, pero más que un número, detrás de estas personas hay familias, amigos que lloran su muerte.
Estas muertes representan muchas cosas para nosotros, primero el dolor humano y lo efímera que resulta la vida; luego, el sentimiento de luto que embarga a todos y que desde luego que se convierte en un momento de meditación y de resignación.
Muchos hemos perdido amigos y familiares en estos meses, hemos llorado y pasado o estamos en el duelo, y sólo nos queda recordar los momentos que marcaron en nuestras vidas, el compartir con ellos y elevar un pensamiento de recuerdo que nos lleva a tratar de entender el porqué de su partida sin tener con certeza esa dura realidad.
Y por aquellos que ya nos dejaron por el paso de esta pandemia mis respetos y oraciones, resignación a quienes nos quedamos y recordar a estas personas en nuestros corazones.
Sin lugar a dudas los que superamos la enfermedad nos ha dejado un legado de ver la vida de diferente manera pensando siempre en que tenemos una oportunidad de ser mejores personas, ciudadanos, compañeros, hermanos, hijos, padres; en fin, ser mejores seres humanos y comprender que la vida se compone de momentos y que nuestra riqueza recae en cómo nos comportamos con el prójimo.
Es por ello que en estos momentos difíciles hay que hacer un homenaje a todas aquellas familias y amigos que hemos perdido.
Con estas líneas, también deseo enviar un mensaje de ánimo y mis oraciones a quienes están pasando por esta enfermedad, para que pasen lo más pronto posible esta prueba.
En los últimos meses han sido más de 8 mil personas las que han muerto a causa de la pandemia, así que, con este espacio, quiero rendirles homenaje a las víctimas, pero también a las familias que han vivido el duelo en una temporada en la que el distanciamiento social resulta indispensable y a la vez genera una sensación de soledad en tiempos difíciles.
En el transcurso de la pandemia COVID 19, hemos visto cómo en muchos de nuestros círculos cercanos se han enfermado muchas personas o incluso nosotros mismos, algunos graves y otros leves, pero de nuevo el estigma y la soledad han sido algo relevante, principalmente en quienes lo vivieron a inicios de 2020.
Esta situación que empezó en marzo del 2020 en Guatemala, ha dejado a más de 8,165 personas fallecidas, pero más que un número, detrás de estas personas hay familias, amigos que lloran su muerte.
Estas muertes representan muchas cosas para nosotros, primero el dolor humano y lo efímera que resulta la vida; luego, el sentimiento de luto que embarga a todos y que desde luego que se convierte en un momento de meditación y de resignación.
Muchos hemos perdido amigos y familiares en estos meses, hemos llorado y pasado o estamos en el duelo, y sólo nos queda recordar los momentos que marcaron en nuestras vidas, el compartir con ellos y elevar un pensamiento de recuerdo que nos lleva a tratar de entender el porqué de su partida sin tener con certeza esa dura realidad.
Y por aquellos que ya nos dejaron por el paso de esta pandemia mis respetos y oraciones, resignación a quienes nos quedamos y recordar a estas personas en nuestros corazones.
Sin lugar a dudas los que superamos la enfermedad nos ha dejado un legado de ver la vida de diferente manera pensando siempre en que tenemos una oportunidad de ser mejores personas, ciudadanos, compañeros, hermanos, hijos, padres; en fin, ser mejores seres humanos y comprender que la vida se compone de momentos y que nuestra riqueza recae en cómo nos comportamos con el prójimo.
Es por ello que en estos momentos difíciles hay que hacer un homenaje a todas aquellas familias y amigos que hemos perdido.
Con estas líneas, también deseo enviar un mensaje de ánimo y mis oraciones a quienes están pasando por esta enfermedad, para que pasen lo más pronto posible esta prueba.