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La “enfermedad holandesa”, el otro virus en la economía guatemalteca

Melanie Müllers
04 de agosto, 2021

Diversos estudios de especialistas apuntan  con evidencia de que las remesas pueden afectar negativamente, porque reducen los incentivos para trabajar y fomentar el emprendimiento.

Los especialistas en el tema, han advertido que altos niveles de remesas pueden provocar un círculo vicioso de estancamiento y dependencia económica, lo que llaman una “trampa de remesas“.

Además, pueden conducir a una apreciación del tipo de cambio, por lo tanto, reducir la competitividad de las exportaciones y provocar una contracción de los sectores comercializables; es decir, lo que se conoce como la “Enfermedad Holandesa“.

En la década de los 1960s, en Países Bajos se encontraron grandes reservas de gas natural en el Mar del Norte. Por consiguiente, se generó un aumento importante de sus riquezas y, por ende, mayor ingreso en divisas por la explotación del gas.

Contrario a lo que podría pensarse sobre las consecuencias del aumento de la riqueza, algunos efectos no fueron positivos para el país. Teniendo fuertes repercusiones en segmentos económicos importantes. La enfermedad holandesa refleja esta paradoja de ingreso.

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El investigador guatemalteco Eduardo Enrique Samayoa Alvarado, examinó el impacto de las remesas en las principales variables macroeconómicas. Los resultados mostraron  que un incremento en el flujo de remesas causa que la composición de la relación del valor agregado del sector transable cambie a ser no transable, los cual sginifica que los bienes solo pueden consumirse en la economía en que se producen; no pueden importarse ni exportarse. Lo cual impulsa una reasignación de recursos que ponen en peligro el desempeño del sector transable guatemalteco. Samayoa, advirtió que no solo el fenómeno de la enfermedad holandesa se hace presente, sino que también un shock en las remesas provoca un aumento en la tasa de desempleo. También afirmó, que las remesas son pro cíclicas con el producto, lo cual significa que las remesas están impulsadas por ganancias. Los hallazgos empíricos  muestran que la tasa de desempleo aumenta como resultado de un incremento en el flujo de remesas, lo que puede interpretarse como evidencia de que una proporción de las remesas está impulsada por motivaciones altruistas. 

Concretamente en este estudio se evaluó el impacto de las remesas en el desempeño macroeconómico de la economía guatemalteca y su relación con el tipo de cambio real y el desempleo, entre otras variables. Principalmente, existen dos problemas indeseables que pueden surgir cuando las remesas representan una proporción significativa en relación con el tamaño de la economía receptora. El primero es el hecho de que un ingreso significativo de divisas podría causar una apreciación del tipo de cambio real, que a su vez puede causar una pérdida de competitividad internacional.

El segundo problema indeseable está motivado por la idea de que, con el tiempo, los individuos que reciben remesas pueden cambiar sus hábitos de empleo, abandonar el mercado laboral y utilizar sus ingresos no laborales para cubrir sus gastos. El análisis de cómo las familias gastan sus ingresos no laborales estuvo fuera del alcance del estudio, pero se considera necesario evaluar la relación de mediano y largo plazo entre las remesas y la oferta laboral en general. Los adultos que viven en hogares que reciben remesas trabajan menos horas por semana, menos horas por mes, están menos involucrados en el mercado laboral y, aunque participan en el mercado laboral, tienen una tasa de ocupación más baja que los que no reciben remesas. 

Guatemala debe trabajar en la inclusión financiera de las remesas para fomentar ahorros, lo cual puede ser un primer paso para luego acceder a otros productos y servicios financieros, incluyendo crédito y microseguros. A nivel macroeconómico, el contar con más personas en el sistema financiero formal, contribuye a una mayor estabilidad financiera del país.

La “enfermedad holandesa”, el otro virus en la economía guatemalteca

Melanie Müllers
04 de agosto, 2021

Diversos estudios de especialistas apuntan  con evidencia de que las remesas pueden afectar negativamente, porque reducen los incentivos para trabajar y fomentar el emprendimiento.

Los especialistas en el tema, han advertido que altos niveles de remesas pueden provocar un círculo vicioso de estancamiento y dependencia económica, lo que llaman una “trampa de remesas“.

Además, pueden conducir a una apreciación del tipo de cambio, por lo tanto, reducir la competitividad de las exportaciones y provocar una contracción de los sectores comercializables; es decir, lo que se conoce como la “Enfermedad Holandesa“.

En la década de los 1960s, en Países Bajos se encontraron grandes reservas de gas natural en el Mar del Norte. Por consiguiente, se generó un aumento importante de sus riquezas y, por ende, mayor ingreso en divisas por la explotación del gas.

Contrario a lo que podría pensarse sobre las consecuencias del aumento de la riqueza, algunos efectos no fueron positivos para el país. Teniendo fuertes repercusiones en segmentos económicos importantes. La enfermedad holandesa refleja esta paradoja de ingreso.

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Concretamente en este estudio se evaluó el impacto de las remesas en el desempeño macroeconómico de la economía guatemalteca y su relación con el tipo de cambio real y el desempleo, entre otras variables. Principalmente, existen dos problemas indeseables que pueden surgir cuando las remesas representan una proporción significativa en relación con el tamaño de la economía receptora. El primero es el hecho de que un ingreso significativo de divisas podría causar una apreciación del tipo de cambio real, que a su vez puede causar una pérdida de competitividad internacional.

El segundo problema indeseable está motivado por la idea de que, con el tiempo, los individuos que reciben remesas pueden cambiar sus hábitos de empleo, abandonar el mercado laboral y utilizar sus ingresos no laborales para cubrir sus gastos. El análisis de cómo las familias gastan sus ingresos no laborales estuvo fuera del alcance del estudio, pero se considera necesario evaluar la relación de mediano y largo plazo entre las remesas y la oferta laboral en general. Los adultos que viven en hogares que reciben remesas trabajan menos horas por semana, menos horas por mes, están menos involucrados en el mercado laboral y, aunque participan en el mercado laboral, tienen una tasa de ocupación más baja que los que no reciben remesas. 

Guatemala debe trabajar en la inclusión financiera de las remesas para fomentar ahorros, lo cual puede ser un primer paso para luego acceder a otros productos y servicios financieros, incluyendo crédito y microseguros. A nivel macroeconómico, el contar con más personas en el sistema financiero formal, contribuye a una mayor estabilidad financiera del país.