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Desafiando las predicciones, los flujos de remesas se mantienen fuertes durante la crisis de COVID-19

Melanie Müllers
06 de octubre, 2021

A pesar de COVID-19, los flujos de remesas se mantuvieron estables en el 2020, registrando una disminución menor que la proyectada por el sistema bancario. Los flujos de remesas registrados oficialmente en países de ingresos bajos y medianos alcanzaron los $ 540 mil millones en 2020, solo un 1,6 por ciento por debajo del total de 2019 de $ 548 mil millones, según el último Informe sobre migración y desarrollo.

La disminución de los flujos de remesas registrados en 2020 fue menor que la registrada durante la crisis financiera mundial de 2009 (4,8 por ciento). También fue mucho menor que la caída de los flujos de inversión extranjera directa (IED) hacia países de ingresos bajos y medianos, que excluidos los flujos a China, cayeron más del 30% en 2020. Como resultado, los flujos de remesas a países de bajos y medianos ingresos. Los países de ingresos medianos superaron la suma de la IED ($ 259 mil millones) y la asistencia exterior para el desarrollo ($ 179 mil millones) en 2020.

Los principales beneficiados del flujo constante de remesas fueron los bancos con el cambio en los flujos de efectivo a canales digitales y de canales informales a formales y los tipos de cambio de divisas. Se cree que el tamaño real de las remesas, que incluye los flujos formales e informales, es mayor que los datos reportados oficialmente, aunque no está claro el alcance del impacto de COVID-19 en los flujos informales.

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El desempeño relativamente sólido de los flujos de remesas durante la crisis de COVID-19 también ha destacado la importancia de la disponibilidad oportuna de datos con un Observatorio de Remesas. Dada su creciente importancia como fuente de financiamiento externo para los países de ingresos bajos y medianos, existe la necesidad de una mejor recopilación de datos sobre remesas.

El Banco Mundial está ayudando a los estados miembros a monitorear el flujo de remesas a través de varios canales, los costos y la conveniencia de enviar dinero y las regulaciones para proteger la integridad financiera que afectan los flujos de remesas. Está trabajando con los países del G20 y la comunidad mundial para reducir los costos de las remesas y mejorar la inclusión financiera de los más necesitados.

Se espera que el crecimiento mundial de los flujos de remesas se recupere aún más en 2021 y 2022,  en los países mayoritariamente con niveles bajo y medio de ingresos aumenten en un 2,6 por ciento a $ 553 mil millones en 2021 y en un 2,2 por ciento a $ 565 mil millones en 2022. Aunque muchos países de altos ingresos han logrado avances significativos en en manejo de la pandemia en su población, las infecciones siguen siendo altas en varios paíes en desarrollo y las perspectivas de las remesas siguen siendo inciertas.

El COVID-19 sigue afectando a familias en todo el mundo, las remesas continúan siendo el salvavidas fundamental para las personas vulnerables de pocos ingresos. Las respuestas políticas de apoyo, junto con los sistemas nacionales de programas sociales, deben seguir siendo inclusivas para todas las comunidades, incluidos los migrantes. La fuerza de los flujos de remesas es notable, las remesas están ayudando a satisfacer la creciente necesidad de apoyo para los medios de vida de las familias, no pueden tratarse como un rubro pequeño. Organizaciones como OIM  ha estado monitoreando la migración y los flujos de remesas durante casi dos décadas, es importante trabajarlo con la SIB, el Banco de Guatemala y la iniciativa privada para producir datos oportunos y hacer que los flujos de remesas sean aún más productivos y sean de valor agregado para la problación.

Desafiando las predicciones, los flujos de remesas se mantienen fuertes durante la crisis de COVID-19

Melanie Müllers
06 de octubre, 2021

A pesar de COVID-19, los flujos de remesas se mantuvieron estables en el 2020, registrando una disminución menor que la proyectada por el sistema bancario. Los flujos de remesas registrados oficialmente en países de ingresos bajos y medianos alcanzaron los $ 540 mil millones en 2020, solo un 1,6 por ciento por debajo del total de 2019 de $ 548 mil millones, según el último Informe sobre migración y desarrollo.

La disminución de los flujos de remesas registrados en 2020 fue menor que la registrada durante la crisis financiera mundial de 2009 (4,8 por ciento). También fue mucho menor que la caída de los flujos de inversión extranjera directa (IED) hacia países de ingresos bajos y medianos, que excluidos los flujos a China, cayeron más del 30% en 2020. Como resultado, los flujos de remesas a países de bajos y medianos ingresos. Los países de ingresos medianos superaron la suma de la IED ($ 259 mil millones) y la asistencia exterior para el desarrollo ($ 179 mil millones) en 2020.

Los principales beneficiados del flujo constante de remesas fueron los bancos con el cambio en los flujos de efectivo a canales digitales y de canales informales a formales y los tipos de cambio de divisas. Se cree que el tamaño real de las remesas, que incluye los flujos formales e informales, es mayor que los datos reportados oficialmente, aunque no está claro el alcance del impacto de COVID-19 en los flujos informales.

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El desempeño relativamente sólido de los flujos de remesas durante la crisis de COVID-19 también ha destacado la importancia de la disponibilidad oportuna de datos con un Observatorio de Remesas. Dada su creciente importancia como fuente de financiamiento externo para los países de ingresos bajos y medianos, existe la necesidad de una mejor recopilación de datos sobre remesas.

El Banco Mundial está ayudando a los estados miembros a monitorear el flujo de remesas a través de varios canales, los costos y la conveniencia de enviar dinero y las regulaciones para proteger la integridad financiera que afectan los flujos de remesas. Está trabajando con los países del G20 y la comunidad mundial para reducir los costos de las remesas y mejorar la inclusión financiera de los más necesitados.

Se espera que el crecimiento mundial de los flujos de remesas se recupere aún más en 2021 y 2022,  en los países mayoritariamente con niveles bajo y medio de ingresos aumenten en un 2,6 por ciento a $ 553 mil millones en 2021 y en un 2,2 por ciento a $ 565 mil millones en 2022. Aunque muchos países de altos ingresos han logrado avances significativos en en manejo de la pandemia en su población, las infecciones siguen siendo altas en varios paíes en desarrollo y las perspectivas de las remesas siguen siendo inciertas.

El COVID-19 sigue afectando a familias en todo el mundo, las remesas continúan siendo el salvavidas fundamental para las personas vulnerables de pocos ingresos. Las respuestas políticas de apoyo, junto con los sistemas nacionales de programas sociales, deben seguir siendo inclusivas para todas las comunidades, incluidos los migrantes. La fuerza de los flujos de remesas es notable, las remesas están ayudando a satisfacer la creciente necesidad de apoyo para los medios de vida de las familias, no pueden tratarse como un rubro pequeño. Organizaciones como OIM  ha estado monitoreando la migración y los flujos de remesas durante casi dos décadas, es importante trabajarlo con la SIB, el Banco de Guatemala y la iniciativa privada para producir datos oportunos y hacer que los flujos de remesas sean aún más productivos y sean de valor agregado para la problación.