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¿Cómo controlar el impulso de comer por ansiedad?

Edgar Quiñónez
07 de octubre, 2021

La comida es un estímulo muy placentero para todas las personas. No solo comemos para quitarnos el hambre, sino que también es una estrategia para calmar el estrés. En este último caso, el comer por razones fisiológicas se convierte en comer por ansiedad.

La ansiedad por la comida es un problema muy habitual en la actualidad. Quizás sea una de las razones que explican que cada vez haya más personas con sobrepeso y obesidad, ya que si hay algo que caracteriza este fenómeno, es el consumo de alimentos poco saludables.

Aprender a controlar el impulso de comer por ansiedad es una enseñanza muy valiosa, ya que no solo es un problema de salud físico, sino que también es mental. A continuación, explicamos todo lo que hay que saber sobre este tema.


Esta nota también te puede interesar: 5 afirmaciones que te ayudarán a perdonarte


Consejos para el control de la ansiedad

1- Identifica diferentes sensaciones

La sensación que se tiene por el hambre fisiológica no es la misma que cuando aparece el hambre emocional. Si se aprende a diferenciar entre ambas, será más fácil ponerle remedio nada más aparezca.

En primer lugar, la ansiedad por la comida aparece de forma súbita y se experimenta como un deseo urgente por comer alimentos específicos, o antojos. Por su parte, con el hambre fisiológica es diferente; esta aparece poco a poco y vale cualquier comida para calmarla.

Además, la percepción es diferente en el cuerpo. Mientras que el hambre emocional se experimenta en todo el tronco (estómago, pecho y cuello), el hambre fisiológica se siente únicamente en el estómago.


2- Aprendeotras formas de gestionar el estrés

Las causas del comer por ansiedad siempre están relacionadas con un estado de estrés sostenido en el tiempo. Por tanto, aprender a controlar las emociones negativas de otras maneras más saludables es clave para superar esta afección.

La forma más sencilla, y una de las más eficaces, es practicar una respiraciones profundas. Si a estas respiraciones se le suma imaginar cosas positivas o simplemente cerrar los ojos para desconectar del agobio, la eficacia se incrementa notablemente.

Este es solo un ejemplo, pero en realidad sirve cualquier técnica de relajación. A este respecto, y según un estudio publicado por la revista Técnicas de Relajación y Autocontrol Emocional, la práctica de las técnicas de relajación es una estrategia muy útil para potenciar el autocontrol y reducir el estrés.

Fotografía de Ryan McGuire en Pixabay, utilizada con fines ilustrativos.

3- Manténlos antojos fuera del alcance

Otra diferencia entre el hambre emocional y la fisiológica son los alimentos preferidos para satisfacerla. El comer por ansiedad se caracteriza por una marcada preferencia por los alimentos ricos en azúcares y grasas.

El motivo que explicaría esto es que esta clase de comida activa el sistema de recompensa en el cerebro, el mismo que se activa ante cualquier estímulo placentero, como la música, el sexo o las adicciones. Al activar el sistema de recompensa, se generan sensaciones de felicidad y bienestar, por lo que la conducta se refuerza y se tiende a repetir en el futuro.

4. Establece rutinas sobre la hora de las comidas

El cuerpo humano es muy sensible a los hábitos. El organismo se acostumbra fácilmente a las regularidades y, una vez instauradas, es difícil romper la tendencia al hábito.

En el caso de las comidas ocurre lo mismo. El cuerpo se acostumbra a unos horarios y, cuando las horas de comer se acercan, se ponen en marcha procesos para estimular el apetito.

Todo esto quiere decir que si se habitúa al estómago a comer a unas horas fijas, es más probable que solo se sienta hambre en ese momento y no de forma indiscriminada durante el día. Por el contrario, no tener unos horarios regulares tiene el efecto contrario, el estómago demanda comida a cualquier hora.


5- Es posible controlar el comer por ansiedad

El impulso de comer por ansiedad es un problema psicológico que afecta a muchas personas, pero la mayoría de ellas no son capaces de reconocerlo. Las similitudes con el hambre fisiológica y la incapacidad de reconocer las emociones son factores determinantes que influyen en la aparición de esta afección.

Afortunadamente, es posible tratarla y que deje de suponer una amenaza para la salud, pero para ello es necesario la motivación y el compromiso con el cambio. También es muy útil contar con la opinión de un nutricionista para que la intervención sea lo más completa posible. Recuerda que cualquier inversión que hagas por la salud será calidad de vida ganada.

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¿Cómo controlar el impulso de comer por ansiedad?

Edgar Quiñónez
07 de octubre, 2021

La comida es un estímulo muy placentero para todas las personas. No solo comemos para quitarnos el hambre, sino que también es una estrategia para calmar el estrés. En este último caso, el comer por razones fisiológicas se convierte en comer por ansiedad.

La ansiedad por la comida es un problema muy habitual en la actualidad. Quizás sea una de las razones que explican que cada vez haya más personas con sobrepeso y obesidad, ya que si hay algo que caracteriza este fenómeno, es el consumo de alimentos poco saludables.

Aprender a controlar el impulso de comer por ansiedad es una enseñanza muy valiosa, ya que no solo es un problema de salud físico, sino que también es mental. A continuación, explicamos todo lo que hay que saber sobre este tema.


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Consejos para el control de la ansiedad

1- Identifica diferentes sensaciones

La sensación que se tiene por el hambre fisiológica no es la misma que cuando aparece el hambre emocional. Si se aprende a diferenciar entre ambas, será más fácil ponerle remedio nada más aparezca.

En primer lugar, la ansiedad por la comida aparece de forma súbita y se experimenta como un deseo urgente por comer alimentos específicos, o antojos. Por su parte, con el hambre fisiológica es diferente; esta aparece poco a poco y vale cualquier comida para calmarla.

Además, la percepción es diferente en el cuerpo. Mientras que el hambre emocional se experimenta en todo el tronco (estómago, pecho y cuello), el hambre fisiológica se siente únicamente en el estómago.


2- Aprendeotras formas de gestionar el estrés

Las causas del comer por ansiedad siempre están relacionadas con un estado de estrés sostenido en el tiempo. Por tanto, aprender a controlar las emociones negativas de otras maneras más saludables es clave para superar esta afección.

La forma más sencilla, y una de las más eficaces, es practicar una respiraciones profundas. Si a estas respiraciones se le suma imaginar cosas positivas o simplemente cerrar los ojos para desconectar del agobio, la eficacia se incrementa notablemente.

Este es solo un ejemplo, pero en realidad sirve cualquier técnica de relajación. A este respecto, y según un estudio publicado por la revista Técnicas de Relajación y Autocontrol Emocional, la práctica de las técnicas de relajación es una estrategia muy útil para potenciar el autocontrol y reducir el estrés.

Fotografía de Ryan McGuire en Pixabay, utilizada con fines ilustrativos.

3- Manténlos antojos fuera del alcance

Otra diferencia entre el hambre emocional y la fisiológica son los alimentos preferidos para satisfacerla. El comer por ansiedad se caracteriza por una marcada preferencia por los alimentos ricos en azúcares y grasas.

El motivo que explicaría esto es que esta clase de comida activa el sistema de recompensa en el cerebro, el mismo que se activa ante cualquier estímulo placentero, como la música, el sexo o las adicciones. Al activar el sistema de recompensa, se generan sensaciones de felicidad y bienestar, por lo que la conducta se refuerza y se tiende a repetir en el futuro.

4. Establece rutinas sobre la hora de las comidas

El cuerpo humano es muy sensible a los hábitos. El organismo se acostumbra fácilmente a las regularidades y, una vez instauradas, es difícil romper la tendencia al hábito.

En el caso de las comidas ocurre lo mismo. El cuerpo se acostumbra a unos horarios y, cuando las horas de comer se acercan, se ponen en marcha procesos para estimular el apetito.

Todo esto quiere decir que si se habitúa al estómago a comer a unas horas fijas, es más probable que solo se sienta hambre en ese momento y no de forma indiscriminada durante el día. Por el contrario, no tener unos horarios regulares tiene el efecto contrario, el estómago demanda comida a cualquier hora.


5- Es posible controlar el comer por ansiedad

El impulso de comer por ansiedad es un problema psicológico que afecta a muchas personas, pero la mayoría de ellas no son capaces de reconocerlo. Las similitudes con el hambre fisiológica y la incapacidad de reconocer las emociones son factores determinantes que influyen en la aparición de esta afección.

Afortunadamente, es posible tratarla y que deje de suponer una amenaza para la salud, pero para ello es necesario la motivación y el compromiso con el cambio. También es muy útil contar con la opinión de un nutricionista para que la intervención sea lo más completa posible. Recuerda que cualquier inversión que hagas por la salud será calidad de vida ganada.