¿Es posible desarrollar proyectos agroindustriales cuidando el medio ambiente? La respuesta es sí. La prueba es que NaturAceites ha suscrito convenios con entidades como la fundación Defensores de la Naturaleza para asegurar la protección de recursos como el agua y la vida silvestre en el área de sus operaciones.
En 2019 la empresa firmó un acuerdo con esta fundación que administra cuatro áreas protegidas en Guatemala. Uno de los sitios que tiene a su cargo, bajo la figura de coadministración con el Consejo Nacional de Áreas Protegidas, es el Refugio de Vida Silvestre Bocas del Polochic.
En ese lugar, Defensores de la Naturaleza protege el humedal conformado por la desembocadura del río Polochic en el lago de Izabal. El humedal fue reconocido de importancia mundial por la Convención Internacional Ramsar, que promueve acciones de conservación.
NaturAceites se sumó a este esfuerzo de protección y firmó el acuerdo que consiste en monitoreo constante de la calidad de agua de los ríos alrededor de sus operaciones. Además, seguimiento a la biodiversidad y protección de las riberas, lo que asegura cuidado de la vida silvestre.
La empresa también prohíbe la caza y la deforestación. Parte importante de su programa de conservación incluye uso de cámaras y monitoreo de aves y mamíferos.
Trabajo conjunto con NaturAceites
La fundación Defensores de la Naturaleza tiene 40 años de apoyar la protección de zonas protegidas. En Guatemala inició sus labores de cuidado en la Reserva de Biosfera Sierra de las Minas, en 1990. Seis años más tarde, en 1996, recibió la administración del Refugio de Vida Silvestre Bocas del Polochic, en 1997 del Parque Nacional Naciones Unidas y en 1999 el Parque Nacional Sierra del Lacandón.
Luis Barrientos, director del Refugio de Vida Silvestre Bocas del Polochic, comentó que parte de sus logros es la convivencia con las comunidades y propietarios privados, así como la protección de la zonas bajo su responsabilidad.
Con las empresas, destaca el convenio de cooperación suscrito con NaturAceites en 2019. Comentó que el monitoreo de aguas y cuidado de las zonas riparias, permite "establecer indicadores de sanidad o bienestar ecosistémico".
También se preocupan por proteger las especies emblemáticas de los ecosistemas, como el manatí. "Trabajamos para que las comunidades y municipios apoyen la preservación de esta especie. Además, de los monos aulladores, el cocodrilo americano, tortugas y nutrias", explicó Barrientos.
El trabajo de Defensores de la Naturaleza cuenta con un respaldo de estudios que permiten establecer por qué son importantes las riberas de los ríos, los bosques y los corredores biológicos, agregó el entrevistado.
"Esperamos seguir trabajando en esa línea porque de esa manera hay bastante qué hacer y con esos elementos es más fácil realizar proyectos en conjunto", apuntó.
La importancia de las zonas riparias
Las áreas riparias son franjas de vegetación natural o no cultivada, ubicadas a lo largo de ríos, arroyos, manantiales, humedales y lagos. EStán rodeadas de áreas agrícolas tales como las plantaciones de palma de aceite u otros cultivos.
Proporcionan beneficios ambientales para el sistema hidrológico, como la filtración del agua antes de que fluya hacia los ríos. También ayudan en la estabilización de las márgenes de los ríos y la protección contra las inundaciones.
Asimismo, favorecen la conservación de la biodiversidad, y proporcionan beneficios sociales en forma de agua limpia y recursos naturales, informó NaturAceites.
Un filtro del mar caribe
El Refugio de Vida Silvestre Bocas del Polochic se caracteriza por ser el humedal de agua dulce más funcional del país por su ecosistema natural que filtra sedimientos y nutrientes derivados de las actividades humanas a lo largo del Valle del Polochic.
Este proceso ayuda a reducir de manera significativa la contaminación que desemboca en el Lago de Izabal y con ello también se beneficia el mar Caribe.
Tiene una extensión de 20,760 hectáreas, 500 especies de fauna, 341 especies de flora y está conformado por ocho comunidades.
En este lugar se encuentra la más alta cantidad de manatíes (Trichechus manatus) en Guatemala. Es considerado el sitio de mayor observación de la especie en el golfo de Honduras.
El territorio terrestre y acuático cubre zonas llenas de una abundante vida silvestre. El humedal es hogar de 326 especies de aves, 49 de mamíferos, 25 de reptiles, 11 de anfibios y 89 de peces.
Aproximadamente, 5,500 personas (la mayoría de etnias mayas) viven en las comunidades que rodean el área protegida.
Estas personas se benefician de las ventajas ecológicas que brinda el humedal. Por ejemplo, agua limpia, tierra fértil, leña, materias primas y pesca.
La Fundación Defensores de la Naturaleza trabaja con la población local mediante programas de educación y desarrollo sostenible para mejorar la calidad de vida y proteger el refugio, informó la fundación.
¿Es posible desarrollar proyectos agroindustriales cuidando el medio ambiente? La respuesta es sí. La prueba es que NaturAceites ha suscrito convenios con entidades como la fundación Defensores de la Naturaleza para asegurar la protección de recursos como el agua y la vida silvestre en el área de sus operaciones.
En 2019 la empresa firmó un acuerdo con esta fundación que administra cuatro áreas protegidas en Guatemala. Uno de los sitios que tiene a su cargo, bajo la figura de coadministración con el Consejo Nacional de Áreas Protegidas, es el Refugio de Vida Silvestre Bocas del Polochic.
En ese lugar, Defensores de la Naturaleza protege el humedal conformado por la desembocadura del río Polochic en el lago de Izabal. El humedal fue reconocido de importancia mundial por la Convención Internacional Ramsar, que promueve acciones de conservación.
NaturAceites se sumó a este esfuerzo de protección y firmó el acuerdo que consiste en monitoreo constante de la calidad de agua de los ríos alrededor de sus operaciones. Además, seguimiento a la biodiversidad y protección de las riberas, lo que asegura cuidado de la vida silvestre.
La empresa también prohíbe la caza y la deforestación. Parte importante de su programa de conservación incluye uso de cámaras y monitoreo de aves y mamíferos.
Trabajo conjunto con NaturAceites
La fundación Defensores de la Naturaleza tiene 40 años de apoyar la protección de zonas protegidas. En Guatemala inició sus labores de cuidado en la Reserva de Biosfera Sierra de las Minas, en 1990. Seis años más tarde, en 1996, recibió la administración del Refugio de Vida Silvestre Bocas del Polochic, en 1997 del Parque Nacional Naciones Unidas y en 1999 el Parque Nacional Sierra del Lacandón.
Luis Barrientos, director del Refugio de Vida Silvestre Bocas del Polochic, comentó que parte de sus logros es la convivencia con las comunidades y propietarios privados, así como la protección de la zonas bajo su responsabilidad.
Con las empresas, destaca el convenio de cooperación suscrito con NaturAceites en 2019. Comentó que el monitoreo de aguas y cuidado de las zonas riparias, permite "establecer indicadores de sanidad o bienestar ecosistémico".
También se preocupan por proteger las especies emblemáticas de los ecosistemas, como el manatí. "Trabajamos para que las comunidades y municipios apoyen la preservación de esta especie. Además, de los monos aulladores, el cocodrilo americano, tortugas y nutrias", explicó Barrientos.
El trabajo de Defensores de la Naturaleza cuenta con un respaldo de estudios que permiten establecer por qué son importantes las riberas de los ríos, los bosques y los corredores biológicos, agregó el entrevistado.
"Esperamos seguir trabajando en esa línea porque de esa manera hay bastante qué hacer y con esos elementos es más fácil realizar proyectos en conjunto", apuntó.
La importancia de las zonas riparias
Las áreas riparias son franjas de vegetación natural o no cultivada, ubicadas a lo largo de ríos, arroyos, manantiales, humedales y lagos. EStán rodeadas de áreas agrícolas tales como las plantaciones de palma de aceite u otros cultivos.
Proporcionan beneficios ambientales para el sistema hidrológico, como la filtración del agua antes de que fluya hacia los ríos. También ayudan en la estabilización de las márgenes de los ríos y la protección contra las inundaciones.
Asimismo, favorecen la conservación de la biodiversidad, y proporcionan beneficios sociales en forma de agua limpia y recursos naturales, informó NaturAceites.
Un filtro del mar caribe
El Refugio de Vida Silvestre Bocas del Polochic se caracteriza por ser el humedal de agua dulce más funcional del país por su ecosistema natural que filtra sedimientos y nutrientes derivados de las actividades humanas a lo largo del Valle del Polochic.
Este proceso ayuda a reducir de manera significativa la contaminación que desemboca en el Lago de Izabal y con ello también se beneficia el mar Caribe.
Tiene una extensión de 20,760 hectáreas, 500 especies de fauna, 341 especies de flora y está conformado por ocho comunidades.
En este lugar se encuentra la más alta cantidad de manatíes (Trichechus manatus) en Guatemala. Es considerado el sitio de mayor observación de la especie en el golfo de Honduras.
El territorio terrestre y acuático cubre zonas llenas de una abundante vida silvestre. El humedal es hogar de 326 especies de aves, 49 de mamíferos, 25 de reptiles, 11 de anfibios y 89 de peces.
Aproximadamente, 5,500 personas (la mayoría de etnias mayas) viven en las comunidades que rodean el área protegida.
Estas personas se benefician de las ventajas ecológicas que brinda el humedal. Por ejemplo, agua limpia, tierra fértil, leña, materias primas y pesca.
La Fundación Defensores de la Naturaleza trabaja con la población local mediante programas de educación y desarrollo sostenible para mejorar la calidad de vida y proteger el refugio, informó la fundación.