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El libro de Sabino que los apologistas de la CICIG no quieren que leas

Los ataques ad hominem tampoco se han hecho esperar.  Todo, para no contemplar, siquiera, la posibilidad de una óptica desde otro ángulo.  

Obra del Doctor Carlos Sabino
Alejandro Palmieri
10 de noviembre, 2022

El doctor Carlos Sabino, historiador y sociólogo argentino, publicó el libro titulado: La CICIG: ¿experimento o conspiración? Un recuento histórico de la Guatemala contemporánea.  Como era de esperarse, el título ha provocado polémica, ya no digamos el contenido.  

Y como suele pasar, tristemente en esta, la civilización del espectáculo -como la calificó Vargas Llosa- casi toda la crítica viene de personas que ni siquiera han leído el libro.  Los ataques ad hominem tampoco se han hecho esperar.  Todo, para no contemplar, siquiera, la posibilidad de una óptica desde otro ángulo.  

La obra tiene la intención de “…rescatar un pasado inmediato, ordenarlo y presentarlo de la forma más fría posible, lo cual no fue fácil; pero lo más importante a destacar es que este libro no es una denuncia, ni es una apología, quizá es una crítica en el sentido exacto de la palabra, en el sentido de análisis, pero no con el fin de denunciar o de elogiar, sino de contar y relatar muchos sucesos que hoy en día ni siquiera han terminado” como dice el autor. 

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El actuar de la CICIG polarizó al país debido a su proceder que, a unos a pesar de los abusos cometidos, les pareció magnífico, pero a algunos otros -los afectados- pareció ignominioso; podría decirse que de forma parecida a cómo los afectados por la lucha contrainsurgente puedan sentirse ofendidos por la visión “oficial” de los hechos.  Con el paso del tiempo y con la revelación de testimonios de uno y otro bando, se ha podido ir conociendo los abusos de unos y otros.  Si solo se contase con la versión “oficial”, la sociedad jamás hubiese sabido de los abusos cometidos por las fuerzas armadas, por ejemplo.  De igual forma, entonces, Sabino plasma el recuento de los hechos recopilados no solamente de una fuente, sino de multiplicidad de ellas. De hecho, una fuente citada a lo largo de la obra es el libro del exvocero de CICIG, Matías Ponce, titulado CICIG: Misión posible.  No se podrá decir que de esa fuente pueda venir fundamento para la crítica irracional o sin fundamento. 

Pero a diferencia de Ponce -y de la narrativa predominante en medios y redes sociales- Sabino también recoge el testimonio de procesados que dan cuenta de los abusos sufridos y de violaciones procesales en los juicios.  Como dice el autor, el libro no es una denuncia, pero tampoco apología; es un recuento de los hechos que, vale decir, están a disposición de cualquiera que los busque.  Sabino nos hace el favor de recopilarlos y narrarlos con una agradable prosa.  

El libro se divide en dos partes; la primera, narra la génesis de la CICIG, desde las pláticas de paz, pasando por la MINUGUA y la fallida CICIACS, hasta el experimento -o conspiración- que se volvió la CICIG.  En esa primera parte se relata con meridiana claridad la participación de actores interesados, como Edgar Gutiérrez y Eduardo Stein, dos de los autores intelectuales de ese ente.  Esa primea parte también narra cómo los 3 comisionados, en formas y métodos distintos, se desviaron de su mandato e intervinieron en la política guatemalteca; Castresana, el primero de ellos, salvó al gobierno de Álvaro Colom, luego de que el abogado Rodrigo Rosenberg acusara desde ultratumba al presidente y su más cercano círculo -incluyendo a su entonces esposa, Sandra Torres- de ser quienes estarían detrás de su muerte.  

Un error de diseño de la CICIG fue que requería de la solicitud de renovación por parte del estado de Guatemala cada dos años; patrocinadores y beneficiarios de CICIG se dieron cuenta de que habría que dar golpes mediáticos con cierta frecuencia para forzar a Guatemala a la renovación de mandatos, dado que los procesos judiciales en Guatemala usualmente tardan más de dos años y mostrar resultados antes de eso resultaría muy difícil.  Eso ocurrió desde la primera renovación, hasta que el presidente Jimmy Morales no sucumbió ante las presiones.

La primera parte termina con los capítulos 11 y 12 que se titulan “La forma de operar de la CICIG” y “Conclusiones.  Análisis y recomendaciones” respectivamente.  En ellos, el autor abandona el mero relato histórico y pasa a la opinión, algo que algunos le han criticado sin tomar en cuenta que esa opinión no es antojadiza, sino producto precisamente del trabajo de investigación realizado para poder escribir la historia de la manera más amplia y objetiva posible.  

La segunda parte del libro contiene “Casos emblemáticos” en los que CICIG intervino.  Por supuesto que están La Línea, Pavón, IGSS-Pisa, Construcción y Corrupción, Financiamiento Electoral Ilícito, entre otros; el recuento de los casos sirve a modo de evidencia de lo que se narró en la primera parte, como si el autor nos ofreciese evidencia -por si no le creyésemos- de lo que nos ha contado.

El texto contiene algunos errores de nombres y circunstancias que, si se es honesto, descubrirá que no altera la historia, una vez corregidos en la mente del lector.   Más allá de ello, quienes vivimos con alguna cercanía o seguimos los hechos narrados por afición o por virtud de haber participado en la vida política nacional de esos días, reconocemos que lo que Sabino escribe es lo mejor que se pudo haber hecho al narrar eventos históricos a tan corta distancia de haber ocurrido.  El libro -como la historia- añejará bien y, al ser consultado muchos años adelante, dará a quienes no vivieron en estos tiempos recios una muy buena perspectiva de lo acontecido.  

El libro de Sabino que los apologistas de la CICIG no quieren que leas

Los ataques ad hominem tampoco se han hecho esperar.  Todo, para no contemplar, siquiera, la posibilidad de una óptica desde otro ángulo.  

Obra del Doctor Carlos Sabino
Alejandro Palmieri
10 de noviembre, 2022

El doctor Carlos Sabino, historiador y sociólogo argentino, publicó el libro titulado: La CICIG: ¿experimento o conspiración? Un recuento histórico de la Guatemala contemporánea.  Como era de esperarse, el título ha provocado polémica, ya no digamos el contenido.  

Y como suele pasar, tristemente en esta, la civilización del espectáculo -como la calificó Vargas Llosa- casi toda la crítica viene de personas que ni siquiera han leído el libro.  Los ataques ad hominem tampoco se han hecho esperar.  Todo, para no contemplar, siquiera, la posibilidad de una óptica desde otro ángulo.  

La obra tiene la intención de “…rescatar un pasado inmediato, ordenarlo y presentarlo de la forma más fría posible, lo cual no fue fácil; pero lo más importante a destacar es que este libro no es una denuncia, ni es una apología, quizá es una crítica en el sentido exacto de la palabra, en el sentido de análisis, pero no con el fin de denunciar o de elogiar, sino de contar y relatar muchos sucesos que hoy en día ni siquiera han terminado” como dice el autor. 

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El actuar de la CICIG polarizó al país debido a su proceder que, a unos a pesar de los abusos cometidos, les pareció magnífico, pero a algunos otros -los afectados- pareció ignominioso; podría decirse que de forma parecida a cómo los afectados por la lucha contrainsurgente puedan sentirse ofendidos por la visión “oficial” de los hechos.  Con el paso del tiempo y con la revelación de testimonios de uno y otro bando, se ha podido ir conociendo los abusos de unos y otros.  Si solo se contase con la versión “oficial”, la sociedad jamás hubiese sabido de los abusos cometidos por las fuerzas armadas, por ejemplo.  De igual forma, entonces, Sabino plasma el recuento de los hechos recopilados no solamente de una fuente, sino de multiplicidad de ellas. De hecho, una fuente citada a lo largo de la obra es el libro del exvocero de CICIG, Matías Ponce, titulado CICIG: Misión posible.  No se podrá decir que de esa fuente pueda venir fundamento para la crítica irracional o sin fundamento. 

Pero a diferencia de Ponce -y de la narrativa predominante en medios y redes sociales- Sabino también recoge el testimonio de procesados que dan cuenta de los abusos sufridos y de violaciones procesales en los juicios.  Como dice el autor, el libro no es una denuncia, pero tampoco apología; es un recuento de los hechos que, vale decir, están a disposición de cualquiera que los busque.  Sabino nos hace el favor de recopilarlos y narrarlos con una agradable prosa.  

El libro se divide en dos partes; la primera, narra la génesis de la CICIG, desde las pláticas de paz, pasando por la MINUGUA y la fallida CICIACS, hasta el experimento -o conspiración- que se volvió la CICIG.  En esa primera parte se relata con meridiana claridad la participación de actores interesados, como Edgar Gutiérrez y Eduardo Stein, dos de los autores intelectuales de ese ente.  Esa primea parte también narra cómo los 3 comisionados, en formas y métodos distintos, se desviaron de su mandato e intervinieron en la política guatemalteca; Castresana, el primero de ellos, salvó al gobierno de Álvaro Colom, luego de que el abogado Rodrigo Rosenberg acusara desde ultratumba al presidente y su más cercano círculo -incluyendo a su entonces esposa, Sandra Torres- de ser quienes estarían detrás de su muerte.  

Un error de diseño de la CICIG fue que requería de la solicitud de renovación por parte del estado de Guatemala cada dos años; patrocinadores y beneficiarios de CICIG se dieron cuenta de que habría que dar golpes mediáticos con cierta frecuencia para forzar a Guatemala a la renovación de mandatos, dado que los procesos judiciales en Guatemala usualmente tardan más de dos años y mostrar resultados antes de eso resultaría muy difícil.  Eso ocurrió desde la primera renovación, hasta que el presidente Jimmy Morales no sucumbió ante las presiones.

La primera parte termina con los capítulos 11 y 12 que se titulan “La forma de operar de la CICIG” y “Conclusiones.  Análisis y recomendaciones” respectivamente.  En ellos, el autor abandona el mero relato histórico y pasa a la opinión, algo que algunos le han criticado sin tomar en cuenta que esa opinión no es antojadiza, sino producto precisamente del trabajo de investigación realizado para poder escribir la historia de la manera más amplia y objetiva posible.  

La segunda parte del libro contiene “Casos emblemáticos” en los que CICIG intervino.  Por supuesto que están La Línea, Pavón, IGSS-Pisa, Construcción y Corrupción, Financiamiento Electoral Ilícito, entre otros; el recuento de los casos sirve a modo de evidencia de lo que se narró en la primera parte, como si el autor nos ofreciese evidencia -por si no le creyésemos- de lo que nos ha contado.

El texto contiene algunos errores de nombres y circunstancias que, si se es honesto, descubrirá que no altera la historia, una vez corregidos en la mente del lector.   Más allá de ello, quienes vivimos con alguna cercanía o seguimos los hechos narrados por afición o por virtud de haber participado en la vida política nacional de esos días, reconocemos que lo que Sabino escribe es lo mejor que se pudo haber hecho al narrar eventos históricos a tan corta distancia de haber ocurrido.  El libro -como la historia- añejará bien y, al ser consultado muchos años adelante, dará a quienes no vivieron en estos tiempos recios una muy buena perspectiva de lo acontecido.