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¡Yo sí lo vi!

Gabriel Arana Fuentes
31 de diciembre, 2017

Verde Ver es el blog de ecología de Zulena Escobedo y República lo publica los domingos (Más información en: [email protected])

Resplandeciente Quetzal, foto Zulena Escobedo, Biotopo Mario Dary Rivera

En abril de este año emprendimos el viaje para observar nuestra ave símbolo, el quetzal, Pharomachrus mocinno. En esa ocasión el destino fue Ranchitos del Quetzal, que según la información que encontramos, el ave se observa con bastante facilidad.

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Recorrimos los 160.5 kilómetros para llegar a ese paraíso, sobre la carretera a Cobán, en Purulhá, Baja Verapaz. Desde la llegada la vista enfocada al cielo y a las copas de los árboles, pensando que en una de las ramas nos podíamos llevar la sorpresa de ver el quetzal.

Con la expectativa al 100% que ese día conoceríamos al fin esta ave emblemática, símbolo de la libertad y llena de magia, como muchos la describen. Sin embargo, en esa oportunidad, a pesar de ser un lugar conocido por la experiencia de encontrar esta especie con facilidad, pues la suerte no nos acompañó.

El guía comentaba que las condiciones de clima han variado, en ocasiones el bien llamado bosque nuboso se ha tornado con temperaturas más cálidas y los ciclos de lluvia ahora son más cortos. A pesar de estos cambios, en Ranchitos del Quetzal realizan mucha investigación para lograr que el bosque y el alimento del quetzal se mantengan para garantizar que su población en la zona crezca. Otra ventaja, es la cercanía con el biotopo del quetzal Mario Dary Rivera, lo que permite un corredor para la buena estancia del ave.

No vimos el quetzal, pero sí gozamos de un excelente lugar en el bosque nuboso, con flora y algunas especies de aves e insectos característicos. Sin dejar de mencionar, la excelente atención y platillos que degustamos.

OTRO INTENTO

Resplandeciente Quetzal, foto Zulena Escobedo, Biotopo Mario Dary Rivera

El jueves 21 de diciembre iniciamos el viaje, el objetivo era participar en el conteo navideño de aves en una de las áreas programadas para el viernes 22, en una reserva en las afueras de Cobán, Alta Verapaz.

Luego de una corta estancia en la reserva natural Rubel Chaim, regresamos a Posada Montaña del Quetzal, con la idea de lograr observar aves y si se presentaba, también el quetzal. Preguntamos en el hotel si tenían alguna información de avistamientos en los últimos días, la respuesta fue positiva.

Cerca de las dos de la tarde, el viernes 22 pasamos a la garita de ingreso al biotopo Mario Dary Rivera, consultamos y en ese día no lo habían visto, conducimos unos metros a la entrada de Ranchitos del Quetzal, para sorpresa estaba cerrado. Transcurrieron unos minutos, volteamos hacia la entrada del biotopo, un grupo de personas muy entusiasmadas con celulares en mano captando algo, sin dudar regresamos. ¡Allí está! Exclamaba el grupo, ¡el quetzal!

Resplandeciente Quetzal, foto Zulena Escobedo, Biotopo Mario Dary Rivera

En efecto, ¡allí estaba! En un árbol de aguacatillo, muy cerca de la carretera. Tranquilo, observando el movimiento de las personas y autos, paciente, deslumbrante, con los colores verde y rojo, ¡brillantes! Como los libros y los relatos lo describen, el resplandeciente quetzal.

Era un macho, con la cola de tamaño medio, posando para las cámaras, para que todos los presentes observáramos su belleza.

En esa tarde ubicamos tres machos y una hembra, comiendo en los árboles cerca de la carretera, en los límites del biotopo. Con los rostros llenos de alegría y además, con la suerte de captar un par de fotografías, el objetivo se cumplió.

Resplandeciente Quetzal, foto Zulena Escobedo, Biotopo Mario Dary Rivera

Se destacan los esfuerzos que se hacen en la zona por conservar el hábitat del quetzal, sin embargo se necesita atender otras necesidades como seguridad, infraestructura y señalización vial de algunas áreas del corredor nuboso.

Al final, ya puedo decir ¡yo sí vi el quetzal! Ave misteriosa y protagonista de innumerables historias y relatos, que llama a locales y extranjeros a conocerla.

Resplandeciente Quetzal, foto Zulena Escobedo, Biotopo Mario Dary Rivera

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Gabriel Arana Fuentes
31 de diciembre, 2017

Verde Ver es el blog de ecología de Zulena Escobedo y República lo publica los domingos (Más información en: [email protected])

Resplandeciente Quetzal, foto Zulena Escobedo, Biotopo Mario Dary Rivera

En abril de este año emprendimos el viaje para observar nuestra ave símbolo, el quetzal, Pharomachrus mocinno. En esa ocasión el destino fue Ranchitos del Quetzal, que según la información que encontramos, el ave se observa con bastante facilidad.

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Recorrimos los 160.5 kilómetros para llegar a ese paraíso, sobre la carretera a Cobán, en Purulhá, Baja Verapaz. Desde la llegada la vista enfocada al cielo y a las copas de los árboles, pensando que en una de las ramas nos podíamos llevar la sorpresa de ver el quetzal.

Con la expectativa al 100% que ese día conoceríamos al fin esta ave emblemática, símbolo de la libertad y llena de magia, como muchos la describen. Sin embargo, en esa oportunidad, a pesar de ser un lugar conocido por la experiencia de encontrar esta especie con facilidad, pues la suerte no nos acompañó.

El guía comentaba que las condiciones de clima han variado, en ocasiones el bien llamado bosque nuboso se ha tornado con temperaturas más cálidas y los ciclos de lluvia ahora son más cortos. A pesar de estos cambios, en Ranchitos del Quetzal realizan mucha investigación para lograr que el bosque y el alimento del quetzal se mantengan para garantizar que su población en la zona crezca. Otra ventaja, es la cercanía con el biotopo del quetzal Mario Dary Rivera, lo que permite un corredor para la buena estancia del ave.

No vimos el quetzal, pero sí gozamos de un excelente lugar en el bosque nuboso, con flora y algunas especies de aves e insectos característicos. Sin dejar de mencionar, la excelente atención y platillos que degustamos.

OTRO INTENTO

Resplandeciente Quetzal, foto Zulena Escobedo, Biotopo Mario Dary Rivera

El jueves 21 de diciembre iniciamos el viaje, el objetivo era participar en el conteo navideño de aves en una de las áreas programadas para el viernes 22, en una reserva en las afueras de Cobán, Alta Verapaz.

Luego de una corta estancia en la reserva natural Rubel Chaim, regresamos a Posada Montaña del Quetzal, con la idea de lograr observar aves y si se presentaba, también el quetzal. Preguntamos en el hotel si tenían alguna información de avistamientos en los últimos días, la respuesta fue positiva.

Cerca de las dos de la tarde, el viernes 22 pasamos a la garita de ingreso al biotopo Mario Dary Rivera, consultamos y en ese día no lo habían visto, conducimos unos metros a la entrada de Ranchitos del Quetzal, para sorpresa estaba cerrado. Transcurrieron unos minutos, volteamos hacia la entrada del biotopo, un grupo de personas muy entusiasmadas con celulares en mano captando algo, sin dudar regresamos. ¡Allí está! Exclamaba el grupo, ¡el quetzal!

Resplandeciente Quetzal, foto Zulena Escobedo, Biotopo Mario Dary Rivera

En efecto, ¡allí estaba! En un árbol de aguacatillo, muy cerca de la carretera. Tranquilo, observando el movimiento de las personas y autos, paciente, deslumbrante, con los colores verde y rojo, ¡brillantes! Como los libros y los relatos lo describen, el resplandeciente quetzal.

Era un macho, con la cola de tamaño medio, posando para las cámaras, para que todos los presentes observáramos su belleza.

En esa tarde ubicamos tres machos y una hembra, comiendo en los árboles cerca de la carretera, en los límites del biotopo. Con los rostros llenos de alegría y además, con la suerte de captar un par de fotografías, el objetivo se cumplió.

Resplandeciente Quetzal, foto Zulena Escobedo, Biotopo Mario Dary Rivera

Se destacan los esfuerzos que se hacen en la zona por conservar el hábitat del quetzal, sin embargo se necesita atender otras necesidades como seguridad, infraestructura y señalización vial de algunas áreas del corredor nuboso.

Al final, ya puedo decir ¡yo sí vi el quetzal! Ave misteriosa y protagonista de innumerables historias y relatos, que llama a locales y extranjeros a conocerla.

Resplandeciente Quetzal, foto Zulena Escobedo, Biotopo Mario Dary Rivera

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