El cineasta guatemalteco César Díaz ganó la noche del sábado 25 de mayo el premio Cámara de Oro a la mejor ópera prima de la 72 edición del Festival de Cannes por “Nuestras madres”.
Su película compitió en la Semana de la Crítica, sección paralela del certamen cinematográfico francés, y habla de víctimas y desaparecidos que dejó el conflicto interno de Guatemala, y los familiares que sobrevivieron.
Un emocionado Díaz dedicó el premio a todo su equipo pero, sobre todo, a esas víctimas y “a las mujeres que siguen de pie y que nos dan una lección de vida”.
“Nuestras madres” se llevó ya el miércoles el premio de la Sociedad de Autores y Compositores Dramáticos (SACD) de la Semana de la Crítica.
Con la Cámara de Oro, Cannes distingue a la mejor ópera prima presentada en la selección oficial o en las paralelas Semana de la Crítica y Quincena de Realizadores.
Su jurado estuvo presidido por el cineasta camboyano Rithy Panh, que entre los 26 filmes aspirantes tenían en su criba, entre otras, “Sem seu sangue”, de la brasileña Alice Furtado; “Ceniza negra”, de la argentina Sofía Quirós Ubeda, y “Canción sin nombre”, de la peruana Melina León.
El griego Vasilis Kekatos ganó la Palma de Oro al mejor cortometraje por “The Distance Between Us and the Sky”, mientras que la argentina Agustina San Martín obtuvo la mención especial del jurado por “Monstruo Dios”.
En total, 11 proyectos aspiraban al máximo galardón de ese apartado, entre ellos el también argentino “La siesta”, de Federico Luis Tachella, o “White Echo”, de la estadounidense Chloë Sevigny.
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Un emocionado Díaz dedicó el premio a todo su equipo pero, sobre todo, a esas víctimas y “a las mujeres que siguen de pie y que nos dan una lección de vida”.
“Nuestras madres” se llevó ya el miércoles el premio de la Sociedad de Autores y Compositores Dramáticos (SACD) de la Semana de la Crítica.
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Su jurado estuvo presidido por el cineasta camboyano Rithy Panh, que entre los 26 filmes aspirantes tenían en su criba, entre otras, “Sem seu sangue”, de la brasileña Alice Furtado; “Ceniza negra”, de la argentina Sofía Quirós Ubeda, y “Canción sin nombre”, de la peruana Melina León.
El griego Vasilis Kekatos ganó la Palma de Oro al mejor cortometraje por “The Distance Between Us and the Sky”, mientras que la argentina Agustina San Martín obtuvo la mención especial del jurado por “Monstruo Dios”.
En total, 11 proyectos aspiraban al máximo galardón de ese apartado, entre ellos el también argentino “La siesta”, de Federico Luis Tachella, o “White Echo”, de la estadounidense Chloë Sevigny.