Política
Política
Empresa
Empresa
Investigación y Análisis
Investigación y Análisis
Internacional
Internacional
Opinión
Opinión
Inmobiliaria
Inmobiliaria
Agenda Empresarial
Agenda Empresarial

Objetivismo y la proposición descriptiva

Redacción República
28 de octubre, 2014

Como
vimos en mi artículo anterior, la función de la proposición clasificatoria es
conectar conceptos con otros conceptos, organizando nuestros archivos mentales
en una red cognitiva. El tener nuestros conceptos organizados lógicamente es de
un valor inestimable, pues significa que al identificar algo como P,
incluye todo lo que este P implica, todo lo que está conectado
lógicamente con P. Algunas de las conexiones con más valiosas
son las características de S. Por ejemplo, “humano” contiene todas las
características de los humanos: que tienen cierto rango de tamaño y forma, que
pueden caminar, hablar, pensar, aprender, se pueden reproducir, que los hay
machos y hembras, que pueden formar sociedades, comerciar, crear obras de arte,
etc. Tener el concepto “humano” es cognitivamente valioso e importante, no
porque etiqueta a los humanos, sino porque contiene conocimiento de sus
características
.

Mientras
la proposición clasificatoria clasifica al sujeto en su totalidad, la proposición descriptiva analiza de la
totalidad del sujeto, una parte, un atributo, una acción, etc.; 
es decir, cuando el predicado es un adjetivo, o preposición. En la proposición
descriptiva el predicado puede ser un adjetivo: “Verónica es joven”. O una
preposición: “Rita está en el supermercado”. O un verbo: “Verónica corre” o “Verónica
está corriendo”.

Las
proposiciones descriptivas son el medio para identificar características. El
análisis que se expresa en las proposiciones descriptivas es lo que permite la
identificación de factores causales, la clave de nuestro dominio del medio
ambiente y de la civilización. De hecho hay una clasificación en la proposición
descriptiva, pero es implícita, no explícita, y el predicado clasifica una
característica y no al sujeto como un todo. Cuando uno dice “esta mujer es
joven”, uno está clasificando la edad, reteniendo el hecho de que es la edad de
esta mujer. Podría decirse así:
“La edad de esta mujer es la edad de su juventud”, en contraposición, por
ejemplo, de “edad madura”. Podría decirse también para “estas jóvenes mujeres
corren”, “la acción de estas jóvenes mujeres es correr”. Estas afirmaciones
usan términos abstractos –edad y acción.

SUSCRIBITE A NUESTRO NEWSLETTER

En
la proposición descriptiva, el predicado clasifica una característica, pero
sólo como medio para describir al sujeto. En cambio, en una proposición
clasificatoria, la clasificación no es un medio sino que el fin. La clasificación
es el punto de la afirmación. En ambos casos, el propósito de las proposiciones
es hacer valer en el sujeto el conocimiento contenido en el predicado.

El
efecto de la proposición clasificatoria es afirmar: “Todo lo que es cierto de P
es cierto de este S.” “Todo lo que es cierto de la mujer es cierto de
estas dos entidades”. El efecto de la proposición descriptiva es afirmar: “Todo
lo que implica tener la característica P es cierto de este S.” “Todo
lo que es cierto de correr y de la edad, es cierto de la acción y condición de
estas dos jóvenes mujeres”.

Tenemos
pues, tres proposiciones: 1. “Esta entidad es
mujer”, proposición clasificatoria. 2. “La edad de esta mujer es la edad
de su juventud”, proposición descriptiva. 3. “La acción de esta mujer es correr”,
proposición descriptiva. El uso del adjetivo “joven” es reconocer que la edad
de las mujeres cae dentro de un rango de medidas, un rango de medidas
establecido con anterioridad, cuando se formó el concepto “joven”. Aplicar el
adjetivo “joven” relaciona la edad de las mujeres con otras cosas. “Estas
mujeres son jóvenes” coloca su edad dentro del rango de “juventud” dentro del
DCC (Denominador Conceptual Común): edad relativa. Al igual que las
proposiciones clasificatorias, las proposiciones descriptivas trabajan por
medio de inclusión de medidas.

Tanto
los juicios descriptivos como los clasificatorios requieren el darse cuenta de
las características. Las proposiciones descriptivas se enfocan
en las características individualmente, mientras que las proposiciones
clasificatorias se basan en una serie conectada de características,
aquellas comunes a los miembros de la clase.

Al
clasificar a Verónica como mujer, identificamos la clase de cosa que es Verónica.
El punto de hacer esto es el poder aplicar a Verónica nuestro conocimiento de
la serie de características humanas y femeninas que comparte con otras mujeres.
Al diferencia de la teoría Realista de conceptos, la proposición “Verónica es
mujer” no afirma el “ser” de ella, ni su identidad total. No afirma, por
ejemplo, el hecho de que Verónica es modelo para artistas, ni siquiera que es
caucásica. La proposición “Verónica es mujer” identifica que Verónica posee
esas características que son universales en las mujeres, no que posee esas
características adicionales. Esto muestra la diferencia entre conceptos y
proposiciones. El concepto “mujer” subsume todas las características de todas
las mujeres, pasadas, presentes y aún por nacer; todas las características
conocidas y las aún por conocer, en cualquier nivel de conocimiento, e incluye
las diferencias individuales como potencialidades. (Puede ser modelo, doctora,
etc.)

En
la lógica tradicional, y la moderna con los diagramas de Venn, las
proposiciones descriptivas se asimilan a las clasificatorias al hacer clasificaciones
defectuosas
en las que colocan al sujeto. La proposición “esta mujer es
joven” es tratada como si subsumiera a “esta mujer” en la clase de “cosas
jóvenes”. Pero no existe dicha clase ni el concepto “cosas jóvenes”. Aunque las
proposiciones clasificatorias anteceden cronológicamente a las proposiciones
descriptivas, aún las primeras proposiciones clasificatorias, como “mujer”,
dependen de la percepción de las características del sujeto. Una descripción no es una clasificación
disfrazada
. “Joven” es un adjetivo, no un substantivo. Los nombres o substantivos nombran; los adjetivos
caracterizan. Otro ejemplo es: “Esta mujer está corriendo”, donde el predicado
es un verbo –correr, no un
substantivo. Los nombres o substantivos
nombran; los verbos expresan acciones, un estado que realiza o sufre un sujeto.
Es evidente que no se puede subsumir a “esta mujer” en la clase “correr”. Ella
no es una unidad de “correr”. Es
un grave error tratar de reducir la descripción a un tipo de clasificación.


Objetivismo y la proposición descriptiva

Redacción República
28 de octubre, 2014

Como
vimos en mi artículo anterior, la función de la proposición clasificatoria es
conectar conceptos con otros conceptos, organizando nuestros archivos mentales
en una red cognitiva. El tener nuestros conceptos organizados lógicamente es de
un valor inestimable, pues significa que al identificar algo como P,
incluye todo lo que este P implica, todo lo que está conectado
lógicamente con P. Algunas de las conexiones con más valiosas
son las características de S. Por ejemplo, “humano” contiene todas las
características de los humanos: que tienen cierto rango de tamaño y forma, que
pueden caminar, hablar, pensar, aprender, se pueden reproducir, que los hay
machos y hembras, que pueden formar sociedades, comerciar, crear obras de arte,
etc. Tener el concepto “humano” es cognitivamente valioso e importante, no
porque etiqueta a los humanos, sino porque contiene conocimiento de sus
características
.

Mientras
la proposición clasificatoria clasifica al sujeto en su totalidad, la proposición descriptiva analiza de la
totalidad del sujeto, una parte, un atributo, una acción, etc.; 
es decir, cuando el predicado es un adjetivo, o preposición. En la proposición
descriptiva el predicado puede ser un adjetivo: “Verónica es joven”. O una
preposición: “Rita está en el supermercado”. O un verbo: “Verónica corre” o “Verónica
está corriendo”.

Las
proposiciones descriptivas son el medio para identificar características. El
análisis que se expresa en las proposiciones descriptivas es lo que permite la
identificación de factores causales, la clave de nuestro dominio del medio
ambiente y de la civilización. De hecho hay una clasificación en la proposición
descriptiva, pero es implícita, no explícita, y el predicado clasifica una
característica y no al sujeto como un todo. Cuando uno dice “esta mujer es
joven”, uno está clasificando la edad, reteniendo el hecho de que es la edad de
esta mujer. Podría decirse así:
“La edad de esta mujer es la edad de su juventud”, en contraposición, por
ejemplo, de “edad madura”. Podría decirse también para “estas jóvenes mujeres
corren”, “la acción de estas jóvenes mujeres es correr”. Estas afirmaciones
usan términos abstractos –edad y acción.

SUSCRIBITE A NUESTRO NEWSLETTER

En
la proposición descriptiva, el predicado clasifica una característica, pero
sólo como medio para describir al sujeto. En cambio, en una proposición
clasificatoria, la clasificación no es un medio sino que el fin. La clasificación
es el punto de la afirmación. En ambos casos, el propósito de las proposiciones
es hacer valer en el sujeto el conocimiento contenido en el predicado.

El
efecto de la proposición clasificatoria es afirmar: “Todo lo que es cierto de P
es cierto de este S.” “Todo lo que es cierto de la mujer es cierto de
estas dos entidades”. El efecto de la proposición descriptiva es afirmar: “Todo
lo que implica tener la característica P es cierto de este S.” “Todo
lo que es cierto de correr y de la edad, es cierto de la acción y condición de
estas dos jóvenes mujeres”.

Tenemos
pues, tres proposiciones: 1. “Esta entidad es
mujer”, proposición clasificatoria. 2. “La edad de esta mujer es la edad
de su juventud”, proposición descriptiva. 3. “La acción de esta mujer es correr”,
proposición descriptiva. El uso del adjetivo “joven” es reconocer que la edad
de las mujeres cae dentro de un rango de medidas, un rango de medidas
establecido con anterioridad, cuando se formó el concepto “joven”. Aplicar el
adjetivo “joven” relaciona la edad de las mujeres con otras cosas. “Estas
mujeres son jóvenes” coloca su edad dentro del rango de “juventud” dentro del
DCC (Denominador Conceptual Común): edad relativa. Al igual que las
proposiciones clasificatorias, las proposiciones descriptivas trabajan por
medio de inclusión de medidas.

Tanto
los juicios descriptivos como los clasificatorios requieren el darse cuenta de
las características. Las proposiciones descriptivas se enfocan
en las características individualmente, mientras que las proposiciones
clasificatorias se basan en una serie conectada de características,
aquellas comunes a los miembros de la clase.

Al
clasificar a Verónica como mujer, identificamos la clase de cosa que es Verónica.
El punto de hacer esto es el poder aplicar a Verónica nuestro conocimiento de
la serie de características humanas y femeninas que comparte con otras mujeres.
Al diferencia de la teoría Realista de conceptos, la proposición “Verónica es
mujer” no afirma el “ser” de ella, ni su identidad total. No afirma, por
ejemplo, el hecho de que Verónica es modelo para artistas, ni siquiera que es
caucásica. La proposición “Verónica es mujer” identifica que Verónica posee
esas características que son universales en las mujeres, no que posee esas
características adicionales. Esto muestra la diferencia entre conceptos y
proposiciones. El concepto “mujer” subsume todas las características de todas
las mujeres, pasadas, presentes y aún por nacer; todas las características
conocidas y las aún por conocer, en cualquier nivel de conocimiento, e incluye
las diferencias individuales como potencialidades. (Puede ser modelo, doctora,
etc.)

En
la lógica tradicional, y la moderna con los diagramas de Venn, las
proposiciones descriptivas se asimilan a las clasificatorias al hacer clasificaciones
defectuosas
en las que colocan al sujeto. La proposición “esta mujer es
joven” es tratada como si subsumiera a “esta mujer” en la clase de “cosas
jóvenes”. Pero no existe dicha clase ni el concepto “cosas jóvenes”. Aunque las
proposiciones clasificatorias anteceden cronológicamente a las proposiciones
descriptivas, aún las primeras proposiciones clasificatorias, como “mujer”,
dependen de la percepción de las características del sujeto. Una descripción no es una clasificación
disfrazada
. “Joven” es un adjetivo, no un substantivo. Los nombres o substantivos nombran; los adjetivos
caracterizan. Otro ejemplo es: “Esta mujer está corriendo”, donde el predicado
es un verbo –correr, no un
substantivo. Los nombres o substantivos
nombran; los verbos expresan acciones, un estado que realiza o sufre un sujeto.
Es evidente que no se puede subsumir a “esta mujer” en la clase “correr”. Ella
no es una unidad de “correr”. Es
un grave error tratar de reducir la descripción a un tipo de clasificación.