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CICIG ¿tiene los días contados?

Redacción
28 de octubre, 2014

En marzo del 2007, el Congreso de la República consultó a la Corte de Constitucionalidad sobre la viabilidad constitucional del acuerdo de establecimiento de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), firmado entre el Gobierno de Guatemala y la Organización de Naciones Unidas. Según el texto de dicho acuerdo, su objetivo, entre otros, es “[a]poyar, fortalecer y coadyuvar a las instituciones del Estado de Guatemala encargadas de la investigación y la persecución penal de los delitos presuntamente cometidos con ocasión de la actividad de los cuerpos ilegales de seguridad y aparatos clandestinos de seguridad y cualquier otra conducta delictiva conexa con éstos que operan en el país; así como en la determinación de sus estructuras, actividades, formas de operación y fuentes de financiamiento, promoviendo tanto la desarticulación de dichas organizaciones como la sanción penal de los partícipes de los delitos cometidos […] crea una Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala, con arreglo a las disposiciones del presente Acuerdo, los compromisos del Estado establecidos en instrumentos nacionales e internacionales de derechos humanos”.


Ese tribunal opinó en su momento que ese acuerdo internacional es constitucional abriendo la brecha jurídica para que la CICIG colaborara con la investigación de los delitos de acción pública y asesoría propia de esa materia al Estado de Guatemala, especialmente lo relacionado con acciones ilegales que afecten el pleno goce y ejercicio de los derechos civiles y políticos y, que se vinculen con agentes del Estado, o los presuntos delincuentes cuenten con capacidad de generar impunidad para sus acciones ilícitas.
Desde sus inicios, la CICIG –en ejercicio de su mandato- ha participado en la investigación de casos de vital importancia; recientemente, los resultados de su labor han permitido ligar a proceso al exdirector del Sistema Penitenciario, por su presunta vinculación con una estructura criminal liderada por Byron Lima Oliva, dedicada a cobros ilegales para beneficiar a reos en las cárceles. Así mismo, la solicitud de antejuicio contra el diputado Godofredo Rivera Estrada sucedida después de los hechos denunciados por Claudia Escobar Mejía sobre posibles presiones para que una Sala de la Corte de Apelaciones otorgara un amparo “en contra de una decisión del Tribunal Supremo Electoral (TSE), a cambio de resultar reelegida en Sala de Apelaciones”.
El mandato de la CICIG ha sido renovado en varias ocasiones; sin embargo, para el Presidente Otto Pérez Molina ya no es necesario… es hora de que las funciones de investigación delictiva sean realizadas por las autoridades competentes sin ayuda de nadie. Su posición no ha sido del agrado de diversos sectores sociales y políticos. Por ejemplo, los diputados de EG, LIDER, CREO y TODOS manifestaron su apoyo a la prórroga del plazo del mandato. La opinión pública ha acusado al Presidente y a la Vicepresidente de temer que el hierro de la justicia caiga sobre supuestos actos ilícitos que se les ha endilgado en los medios de comunicación (contrataciones estatales irregulares, incrementos desmedidos de sus patrimonios, tráfico de influencias en el sistema de justicia). Al unísono, la comunidad internacional le ha manifestado públicamente al Presidente que cuenta con el apoyo financiero que necesite para mantener a la CICIG en funciones.
Así las cosas, el mandatario parece no ceder… dice que lo analizará con calma, pero sus declaraciones no dejan duda: para él la CICIG tiene los días contados

CICIG ¿tiene los días contados?

Redacción
28 de octubre, 2014

En marzo del 2007, el Congreso de la República consultó a la Corte de Constitucionalidad sobre la viabilidad constitucional del acuerdo de establecimiento de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), firmado entre el Gobierno de Guatemala y la Organización de Naciones Unidas. Según el texto de dicho acuerdo, su objetivo, entre otros, es “[a]poyar, fortalecer y coadyuvar a las instituciones del Estado de Guatemala encargadas de la investigación y la persecución penal de los delitos presuntamente cometidos con ocasión de la actividad de los cuerpos ilegales de seguridad y aparatos clandestinos de seguridad y cualquier otra conducta delictiva conexa con éstos que operan en el país; así como en la determinación de sus estructuras, actividades, formas de operación y fuentes de financiamiento, promoviendo tanto la desarticulación de dichas organizaciones como la sanción penal de los partícipes de los delitos cometidos […] crea una Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala, con arreglo a las disposiciones del presente Acuerdo, los compromisos del Estado establecidos en instrumentos nacionales e internacionales de derechos humanos”.


Ese tribunal opinó en su momento que ese acuerdo internacional es constitucional abriendo la brecha jurídica para que la CICIG colaborara con la investigación de los delitos de acción pública y asesoría propia de esa materia al Estado de Guatemala, especialmente lo relacionado con acciones ilegales que afecten el pleno goce y ejercicio de los derechos civiles y políticos y, que se vinculen con agentes del Estado, o los presuntos delincuentes cuenten con capacidad de generar impunidad para sus acciones ilícitas.
Desde sus inicios, la CICIG –en ejercicio de su mandato- ha participado en la investigación de casos de vital importancia; recientemente, los resultados de su labor han permitido ligar a proceso al exdirector del Sistema Penitenciario, por su presunta vinculación con una estructura criminal liderada por Byron Lima Oliva, dedicada a cobros ilegales para beneficiar a reos en las cárceles. Así mismo, la solicitud de antejuicio contra el diputado Godofredo Rivera Estrada sucedida después de los hechos denunciados por Claudia Escobar Mejía sobre posibles presiones para que una Sala de la Corte de Apelaciones otorgara un amparo “en contra de una decisión del Tribunal Supremo Electoral (TSE), a cambio de resultar reelegida en Sala de Apelaciones”.
El mandato de la CICIG ha sido renovado en varias ocasiones; sin embargo, para el Presidente Otto Pérez Molina ya no es necesario… es hora de que las funciones de investigación delictiva sean realizadas por las autoridades competentes sin ayuda de nadie. Su posición no ha sido del agrado de diversos sectores sociales y políticos. Por ejemplo, los diputados de EG, LIDER, CREO y TODOS manifestaron su apoyo a la prórroga del plazo del mandato. La opinión pública ha acusado al Presidente y a la Vicepresidente de temer que el hierro de la justicia caiga sobre supuestos actos ilícitos que se les ha endilgado en los medios de comunicación (contrataciones estatales irregulares, incrementos desmedidos de sus patrimonios, tráfico de influencias en el sistema de justicia). Al unísono, la comunidad internacional le ha manifestado públicamente al Presidente que cuenta con el apoyo financiero que necesite para mantener a la CICIG en funciones.
Así las cosas, el mandatario parece no ceder… dice que lo analizará con calma, pero sus declaraciones no dejan duda: para él la CICIG tiene los días contados