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Lo que Gloria Álvarez no dijo

Redacción República
05 de noviembre, 2014

El discurso de
Gloria Álvarez en el Parlamento Iberoamericano de la Juventud fue un aporte
más de cómo la tecnología se ha convertido en una herramienta útil para
mejorar el funcionamiento del Estado. No obstante, me gustaría profundizar en
ciertos temas que se tocaron de manera superficial en su discurso.


La primera de
ellas, es con respecto a el sistema republicano.


La verdadera
razón de por que el republicanismo representa la mejor forma de gobierno, no es
por que pueda impedir el populismo, es por que contempla la inclusión de la
ciudadanía en el quehacer político, dándole a éste el rol de vigilancia y
cuestionamiento perenne de las autoridades.

SUSCRIBITE A NUESTRO NEWSLETTER

Philip Pettit lo
explica en su libro de Republicanismo: “Una
democracia contestaría (que es parte de la República) tendrá que ser también
incluyente, dar espacios para que gentes procedentes de todos los rincones de
la sociedad puedan impugnar las decisiones legislativas, ejecutivas o
judiciales. Este requisito significa que el estado tendrá que ser
representativo de diferentes sectores de la población, que los canales de
disputa tendrán que estar bien establecidos en la comunidad y que el estado
tendrá que guardarse de la influencia de las organizaciones empresariales y de
otros interés poderosos.”

Con respecto a
la vigilancia, y la corrupción de los
funcionarios, Pettit expone qué: “En
orden a resguardarlos de las tentaciones corruptas, tiene que haber un grado
confiable de transparencia y publicidad. (…) Creo que aquello es necesario para
proteger contra las tentaciones pues todos, si bien no corruptos, son
corruptibles. El poder sin vigilancia, el poder sin la posibilidad de ser
expuesto a la vergüenza, es particularmente peligroso.”


Resumiendo lo
dicho por Philip Pettit, la relevancia del sistema republicano recae en que
para que éste verdaderamente exista, deben existir mecanismos de disputabilidad
en donde la ciudadanía pueda canalizar sus demandas con respecto a la labor de
las autoridades gubernamentales. Pero lo más importante, es que el Estado –a
través de sus instituciones- pueda responder ante dichos cuestionamientos. Haciendo
qué la premisa fundamental del republicanismo “checks and balances” se cumpla.


El segundo tema
que me gustaría abordar, es con respecto al rol de la tecnología y su
convergencia con los valores republicanos.


Primero me
gustaría dejar claro que cuando hablo de tecnología, no me refiero únicamente
al uso de redes sociales como medio de manifestación, por que seamos sinceros,
de nada sirve una “share” o un “like” en Facebook, si no está acompañado de un
verdadero debate, o de una verdadera respuesta institucional. De nada sirve
compartir el audio de Gudy Rivera chantajeando a la magistrada Escobar, si el
próximo año vamos a votar por él en las elecciones.


El verdadero
aporte de la tecnología –y que precisamente congenia con los canales de
disputabilidad y vigilancia de la República- es la apertura de datos.


Como lo expliqué
en mi artículo anterior, Open Data, es una revolución a nivel mundial que busca
liberar datos para hacer de los procesos gubernamentales más transparentes.
Asimismo, busca que nuestras autoridades sean más “accountables”, más
responsables con sus decisiones.


Es a través de
aplicaciones móviles y plataformas web, que cientos de ciudadanos responsables
están cambiando su región, haciendo una comunidad más transparente, y una
comunidad más abierta. Pero más que eso, están construyendo un Estado con
autoridades más responsables –y menos impunes- a la hora de tomar decisiones.






Lo que Gloria Álvarez no dijo

Redacción República
05 de noviembre, 2014

El discurso de
Gloria Álvarez en el Parlamento Iberoamericano de la Juventud fue un aporte
más de cómo la tecnología se ha convertido en una herramienta útil para
mejorar el funcionamiento del Estado. No obstante, me gustaría profundizar en
ciertos temas que se tocaron de manera superficial en su discurso.


La primera de
ellas, es con respecto a el sistema republicano.


La verdadera
razón de por que el republicanismo representa la mejor forma de gobierno, no es
por que pueda impedir el populismo, es por que contempla la inclusión de la
ciudadanía en el quehacer político, dándole a éste el rol de vigilancia y
cuestionamiento perenne de las autoridades.

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Philip Pettit lo
explica en su libro de Republicanismo: “Una
democracia contestaría (que es parte de la República) tendrá que ser también
incluyente, dar espacios para que gentes procedentes de todos los rincones de
la sociedad puedan impugnar las decisiones legislativas, ejecutivas o
judiciales. Este requisito significa que el estado tendrá que ser
representativo de diferentes sectores de la población, que los canales de
disputa tendrán que estar bien establecidos en la comunidad y que el estado
tendrá que guardarse de la influencia de las organizaciones empresariales y de
otros interés poderosos.”

Con respecto a
la vigilancia, y la corrupción de los
funcionarios, Pettit expone qué: “En
orden a resguardarlos de las tentaciones corruptas, tiene que haber un grado
confiable de transparencia y publicidad. (…) Creo que aquello es necesario para
proteger contra las tentaciones pues todos, si bien no corruptos, son
corruptibles. El poder sin vigilancia, el poder sin la posibilidad de ser
expuesto a la vergüenza, es particularmente peligroso.”


Resumiendo lo
dicho por Philip Pettit, la relevancia del sistema republicano recae en que
para que éste verdaderamente exista, deben existir mecanismos de disputabilidad
en donde la ciudadanía pueda canalizar sus demandas con respecto a la labor de
las autoridades gubernamentales. Pero lo más importante, es que el Estado –a
través de sus instituciones- pueda responder ante dichos cuestionamientos. Haciendo
qué la premisa fundamental del republicanismo “checks and balances” se cumpla.


El segundo tema
que me gustaría abordar, es con respecto al rol de la tecnología y su
convergencia con los valores republicanos.


Primero me
gustaría dejar claro que cuando hablo de tecnología, no me refiero únicamente
al uso de redes sociales como medio de manifestación, por que seamos sinceros,
de nada sirve una “share” o un “like” en Facebook, si no está acompañado de un
verdadero debate, o de una verdadera respuesta institucional. De nada sirve
compartir el audio de Gudy Rivera chantajeando a la magistrada Escobar, si el
próximo año vamos a votar por él en las elecciones.


El verdadero
aporte de la tecnología –y que precisamente congenia con los canales de
disputabilidad y vigilancia de la República- es la apertura de datos.


Como lo expliqué
en mi artículo anterior, Open Data, es una revolución a nivel mundial que busca
liberar datos para hacer de los procesos gubernamentales más transparentes.
Asimismo, busca que nuestras autoridades sean más “accountables”, más
responsables con sus decisiones.


Es a través de
aplicaciones móviles y plataformas web, que cientos de ciudadanos responsables
están cambiando su región, haciendo una comunidad más transparente, y una
comunidad más abierta. Pero más que eso, están construyendo un Estado con
autoridades más responsables –y menos impunes- a la hora de tomar decisiones.