“Quien apoya la censura, se hace cómplice de este Gobierno. #asídesimple” se lee en un tweet de Mirsay Shimkevich, una amiga venezolana que trabaja en la Cámara de Industriales del Estado de Aragua. Lo que me parece tan válido para Venezuela como lo es para Guatemala. Ya que en efecto, es así de simple. Quien negocia libertades a cambio de privilegios, al igual que quien dice defenderlas dependiendo de la simpatía que le genere el agraviado, no es solo cómplice; además es un cobarde.
Ojalá y en los casi dos años aún que nos quedan de campaña, podamos entender el valor de los principios y la consistencia, en lugar de acompañar sin profundidad y como borregos la campaña anti-Baldizón. No importa quién sea el próximo, el lobo no viene, el lobo ya llegó y es nuestra responsabilidad vigilar y defender nuestras libertades, y en especial nuestra libertad de expresión, #asídesimple.
“Quien apoya la censura, se hace cómplice de este Gobierno. #asídesimple” se lee en un tweet de Mirsay Shimkevich, una amiga venezolana que trabaja en la Cámara de Industriales del Estado de Aragua. Lo que me parece tan válido para Venezuela como lo es para Guatemala. Ya que en efecto, es así de simple. Quien negocia libertades a cambio de privilegios, al igual que quien dice defenderlas dependiendo de la simpatía que le genere el agraviado, no es solo cómplice; además es un cobarde.
Ojalá y en los casi dos años aún que nos quedan de campaña, podamos entender el valor de los principios y la consistencia, en lugar de acompañar sin profundidad y como borregos la campaña anti-Baldizón. No importa quién sea el próximo, el lobo no viene, el lobo ya llegó y es nuestra responsabilidad vigilar y defender nuestras libertades, y en especial nuestra libertad de expresión, #asídesimple.