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¿Se puede mejorar la democracia?

Redacción
19 de marzo, 2014

Indudablemente si. ¿Es fácil? Indudablemente no. El tajante no es resultado de los muchos intereses creados al rededor de los vicios que genera el sistema. Los sistemas políticos tienen una característica intrínseca a ellos, y es que tienden con el tiempo a concentrar beneficios y a dispersar costos. Por ejemplo, una carretera (o los túmulos) concentra beneficios alrededor de quienes viven cerca de la nueva construcción y de quienes la usas. Mientras los que la pagan y no la usan, no están consientes del costo de la misma. Pero quien se beneficia si esta pendiente de que el proyecto se realice. 

Hay muchos ejemplos alrededor de los beneficiarios del sistema, como los exPac, la distribución de abono, la bolsa solidaria, los subsidios a la luz y al transporte, la burocracia, etc.. Los que pagamos impuestos no sabemos cuanto menos pagaríamos si desaparecen estos programas o tampoco tenemos idea de que otros servicios tendríamos. Pero los que reciben estas ayudas están dispuestos a defender y gritar las bondades de los programas. Y por supuesto siempre se cumple el dicho; “el que parte y reparte se lleva la mejor parte”. Y los que parten y reparten son los políticos que ganan o han ganado las elecciones. 
Otro enemigo de los cambios que necesita “la democracia”, que también es un gran amigo, son los medios de comunicación. Por supuesto que una democracia sin libertada de expresión no sobrevive, pero una democracia con medios de comunicación “comprados o comprometidos” no dejan al sistema mejorar. 
Se ha demostrado hasta el cansancio que los políticos no son ángeles, es decir, no son personas que están interesados en alcanzar el bien común. Se ha comprobado que son seres humanos de carne y hueso que buscan sus propios intereses, tanto en su actuar como clientes o como empresarios y como políticos. No hay diferencia, son personas las que actúan. Por cierto, creer que los políticos son ángeles y buscan el bien común, causa tanta desilusiona en la democracia, pues le estamos pidiendo cosas que no nos puede dar el sistema democrático. 
A veces creemos que los periodistas son ángeles, o que los medios de comunicación solo tienen intereses loables y de acercarnos al bien común. Pues el análisis es el mismo que para los políticos, los periodistas y dueños de medios también tienen sus intereses personales, algunas veces son monetarios y otras son ideológicos, en ambos casos hacen un daño silencioso a la sociedad, silencioso porque no es un daño presente, es sobre todo un daño a los futuros cambios que necesita nuestras instituciones. 
Al igual que los políticos están pendientes de agenciarse de votos y de fondos para la próxima elección, lo que los aleja del “bien común”, los medios de comunicación muchas veces están mas interesados en defender una ideología o ganar dinero que en informar y buscar la verdad, que esa búsqueda genera los cambios que necesita la sociedad, lo que los aleja del bien común.

¿Se puede mejorar la democracia?

Redacción
19 de marzo, 2014

Indudablemente si. ¿Es fácil? Indudablemente no. El tajante no es resultado de los muchos intereses creados al rededor de los vicios que genera el sistema. Los sistemas políticos tienen una característica intrínseca a ellos, y es que tienden con el tiempo a concentrar beneficios y a dispersar costos. Por ejemplo, una carretera (o los túmulos) concentra beneficios alrededor de quienes viven cerca de la nueva construcción y de quienes la usas. Mientras los que la pagan y no la usan, no están consientes del costo de la misma. Pero quien se beneficia si esta pendiente de que el proyecto se realice. 

Hay muchos ejemplos alrededor de los beneficiarios del sistema, como los exPac, la distribución de abono, la bolsa solidaria, los subsidios a la luz y al transporte, la burocracia, etc.. Los que pagamos impuestos no sabemos cuanto menos pagaríamos si desaparecen estos programas o tampoco tenemos idea de que otros servicios tendríamos. Pero los que reciben estas ayudas están dispuestos a defender y gritar las bondades de los programas. Y por supuesto siempre se cumple el dicho; “el que parte y reparte se lleva la mejor parte”. Y los que parten y reparten son los políticos que ganan o han ganado las elecciones. 
Otro enemigo de los cambios que necesita “la democracia”, que también es un gran amigo, son los medios de comunicación. Por supuesto que una democracia sin libertada de expresión no sobrevive, pero una democracia con medios de comunicación “comprados o comprometidos” no dejan al sistema mejorar. 
Se ha demostrado hasta el cansancio que los políticos no son ángeles, es decir, no son personas que están interesados en alcanzar el bien común. Se ha comprobado que son seres humanos de carne y hueso que buscan sus propios intereses, tanto en su actuar como clientes o como empresarios y como políticos. No hay diferencia, son personas las que actúan. Por cierto, creer que los políticos son ángeles y buscan el bien común, causa tanta desilusiona en la democracia, pues le estamos pidiendo cosas que no nos puede dar el sistema democrático. 
A veces creemos que los periodistas son ángeles, o que los medios de comunicación solo tienen intereses loables y de acercarnos al bien común. Pues el análisis es el mismo que para los políticos, los periodistas y dueños de medios también tienen sus intereses personales, algunas veces son monetarios y otras son ideológicos, en ambos casos hacen un daño silencioso a la sociedad, silencioso porque no es un daño presente, es sobre todo un daño a los futuros cambios que necesita nuestras instituciones. 
Al igual que los políticos están pendientes de agenciarse de votos y de fondos para la próxima elección, lo que los aleja del “bien común”, los medios de comunicación muchas veces están mas interesados en defender una ideología o ganar dinero que en informar y buscar la verdad, que esa búsqueda genera los cambios que necesita la sociedad, lo que los aleja del bien común.