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El proceso de emprender

Redacción
05 de marzo, 2014

Estamos acostumbrados a ver a Guatemala como un país de necesidades, un país en el que siempre se escucha decir que hay tantas carencias, tantos vacíos, tantas cosas que hacen falta. ¿Será este un entorno perfecto para un emprendedor? 

¿Qué ve un emprendedor cuando hay una necesidad? ¿Qué ve un emprendedor cuando cualquier persona tiene un deseo insatisfecho? La respuesta es muy simple: EL EMPRENDEDOR VE UNA OPORTUNIDAD, o mejor dicho MUCHAS OPORTUNIDADES. Es maravilloso observar cómo cambia la visión del mundo cuando una persona tiene un pensamiento emprendedor. 
El primer elemento necesario para ser un emprendedor es tener la capacidad para descubrir o crear oportunidades. La educación tradicional no nos entrena para verlas. El emprendedor debe tener la capacidad de observar, escuchar e incluso sentir lo que sus posibles clientes sienten en un determinado momento. De esta forma, el emprendedor ve el espacio de oportunidad, identifica claramente esa necesidad o deseo que busca atender. 
Pero el emprendimiento no puede existir sin acción. Ser muy observador no es suficiente para que el negocio pase; hacer, actuar… eso es lo indispensable. De aquí aquella famosa frase que dice: “La idea es de quien la hace”. Nos hace pensar en aquellas personas que son maravillosas para imaginar pero nunca llegan a la acción y entonces las cosas no pasan. O en personas que son tan analíticas y cuestionadoras que cualquier idea la destruyen sin siquiera haberlo intentado. 
Necesitamos empezar a ver el emprendimiento como un proceso. Un proceso que te lleva a descubrir una necesidad o deseo, analizar las circunstancias reales, crear soluciones diferentes e innovadoras para generar un prototipo simple de la idea, validarlo con posibles consumidores y convertirse en un producto real que perdurará en la medida en que podamos seguir adaptándolo a las necesidades de las personas. No hay nada más equivocado que pensar que la idea de negocios va a surgir como un chispazo; quizás ese chispazo lo necesitamos varias veces a lo largo del proceso. Ese proceso está en continua evolución y una vez se arranca cada paso posterior perfecciona o mejora la idea original. 
Aún cuando la imaginación es muy importante, es vital prepararnos para vivir ese proceso diferente, retador y demandante. En un mundo de alta competencia, cada paso dado debe ser hecho con excelencia, no se admiten errores. Es por ello que un emprendedor necesita prepararse con todas las herramientas y conocimientos existentes para que sus acciones garanticen de antemano el resultado. No se dejan las consecuencias de una acción al azahar, está completamente estudiado. 
Cada individuo tiene una gran oportunidad en sus manos: convertirse en un emprendedor. Practicar continuamente su capacidad para ver oportunidades, ejercitar su capacidad para ser empático y así sentir lo que otros sienten, desarrollar su capacidad de imaginar continuamente ideas nuevas y diferentes, saber los métodos que puede utilizar para ejecutar esa idea. 
El emprendimiento es una perfecta mezcla entre empatía, imaginación y ejecución. 
Por un momento observemos alrededor, pensemos en las necesidades de las personas que pasan cerca de nosotros. Analicemos por un momento sus deseos o las cosas que representan necesidades para ellos. Es interesante ejercitar la mente, entrenarla para ver en cada necesidad una oportunidad. Necesitamos activar nuestros sentidos para estar alertas y poder ver en las circunstancias de nuestro alrededor y pensar en dónde está la oportunidad que buscamos. Y luego necesitamos estar preparados para ese momento de oportunidad, para cuando esa oportunidad se presente y nosotros podamos tomarla con convicción; convertir esa oportunidad en una secuencia ordenada de acciones enfocadas que garanticen alcanzar un resultado exitoso.

El proceso de emprender

Redacción
05 de marzo, 2014

Estamos acostumbrados a ver a Guatemala como un país de necesidades, un país en el que siempre se escucha decir que hay tantas carencias, tantos vacíos, tantas cosas que hacen falta. ¿Será este un entorno perfecto para un emprendedor? 

¿Qué ve un emprendedor cuando hay una necesidad? ¿Qué ve un emprendedor cuando cualquier persona tiene un deseo insatisfecho? La respuesta es muy simple: EL EMPRENDEDOR VE UNA OPORTUNIDAD, o mejor dicho MUCHAS OPORTUNIDADES. Es maravilloso observar cómo cambia la visión del mundo cuando una persona tiene un pensamiento emprendedor. 
El primer elemento necesario para ser un emprendedor es tener la capacidad para descubrir o crear oportunidades. La educación tradicional no nos entrena para verlas. El emprendedor debe tener la capacidad de observar, escuchar e incluso sentir lo que sus posibles clientes sienten en un determinado momento. De esta forma, el emprendedor ve el espacio de oportunidad, identifica claramente esa necesidad o deseo que busca atender. 
Pero el emprendimiento no puede existir sin acción. Ser muy observador no es suficiente para que el negocio pase; hacer, actuar… eso es lo indispensable. De aquí aquella famosa frase que dice: “La idea es de quien la hace”. Nos hace pensar en aquellas personas que son maravillosas para imaginar pero nunca llegan a la acción y entonces las cosas no pasan. O en personas que son tan analíticas y cuestionadoras que cualquier idea la destruyen sin siquiera haberlo intentado. 
Necesitamos empezar a ver el emprendimiento como un proceso. Un proceso que te lleva a descubrir una necesidad o deseo, analizar las circunstancias reales, crear soluciones diferentes e innovadoras para generar un prototipo simple de la idea, validarlo con posibles consumidores y convertirse en un producto real que perdurará en la medida en que podamos seguir adaptándolo a las necesidades de las personas. No hay nada más equivocado que pensar que la idea de negocios va a surgir como un chispazo; quizás ese chispazo lo necesitamos varias veces a lo largo del proceso. Ese proceso está en continua evolución y una vez se arranca cada paso posterior perfecciona o mejora la idea original. 
Aún cuando la imaginación es muy importante, es vital prepararnos para vivir ese proceso diferente, retador y demandante. En un mundo de alta competencia, cada paso dado debe ser hecho con excelencia, no se admiten errores. Es por ello que un emprendedor necesita prepararse con todas las herramientas y conocimientos existentes para que sus acciones garanticen de antemano el resultado. No se dejan las consecuencias de una acción al azahar, está completamente estudiado. 
Cada individuo tiene una gran oportunidad en sus manos: convertirse en un emprendedor. Practicar continuamente su capacidad para ver oportunidades, ejercitar su capacidad para ser empático y así sentir lo que otros sienten, desarrollar su capacidad de imaginar continuamente ideas nuevas y diferentes, saber los métodos que puede utilizar para ejecutar esa idea. 
El emprendimiento es una perfecta mezcla entre empatía, imaginación y ejecución. 
Por un momento observemos alrededor, pensemos en las necesidades de las personas que pasan cerca de nosotros. Analicemos por un momento sus deseos o las cosas que representan necesidades para ellos. Es interesante ejercitar la mente, entrenarla para ver en cada necesidad una oportunidad. Necesitamos activar nuestros sentidos para estar alertas y poder ver en las circunstancias de nuestro alrededor y pensar en dónde está la oportunidad que buscamos. Y luego necesitamos estar preparados para ese momento de oportunidad, para cuando esa oportunidad se presente y nosotros podamos tomarla con convicción; convertir esa oportunidad en una secuencia ordenada de acciones enfocadas que garanticen alcanzar un resultado exitoso.