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La necedad con la ley

Redacción República
10 de abril, 2014

Cuando se trata de averiguar las causas del subdesarrollo, muchos dirán que son los magros servicios de educación, salud y seguridad social. No es cierto; en todo caso ello es una de las consecuencias, pero nunca la causa. La causa de la pobreza está en que los tribunales de justicia son deficientes. ¿Por qué? Sencillo, las leyes siempre están presentes en nuestras vidas, rigen la mayoría de nuestros actos en sociedad. Si los tribunales no pueden castigar al que las viole, el caos reina: el funcionario público tiene grandes incentivos para robar, los criminales para matar y los particulares para incumplir sus obligaciones. 

El derecho es un fenómeno social, pero es tan cotidiano que la gente raramente está al tanto de su existencia. Tomemos un tiempo para reflexionar sobre ello. Todos los bienes que utiliza los obtuvo por medio de algún contrato, desde el cereal hasta su casa. Usted tiene derecho de propiedad sobre ellos, que le permite usarlos como desee, obtener los frutos que produzcan, venderlos o donarlos. Su trabajo también surge de un contrato entre usted y su patrono, o entre usted y su empleado: una parte presta las fuerzas de sus músculos o el conocimiento de su mente y la otra una remuneración. 
Las empresas que trabajan para usted, produciendo los bienes y servicios que consume, pertenecen a sociedades, entidades formadas por la unión organizada de personas, capital y bienes con el objetivo crear utilidades a los accionistas, satisfaciendo de la mejor manera a los consumidores. El esqueleto de las fundaciones benéficas y las asociaciones es bastante parecido al de las sociedades mercantiles, con la diferencia que no lucran. Pero en cualquiera de éstas existe una forma organizada de llevar a cabo sus funciones, hay normas, derechos y obligaciones. 
Usted, por el hecho de ser persona, vale igual que cualquier otro ante la ley. Nadie tiene el poder de vida o muerte sobre usted. Ninguna persona es su amo y nadie podrá ser su esclavo. Usted tiene prohibido producir daños corporales o psicológicos a otras personas; cae castigo sobre quien secuestra, despoja de a otros de sus bienes o lo compromete en actos sexuales no consentidos. 
Usted nació como una persona libre, esta libertad exige una protección contra el mayor opresor de toda la historia: el Estado. El Estado debe estar sujeto a normas que limitan el uso de su poder. La policía no puede arrestarlo a menos que haya orden de juez o porque fue sorprendido cometiendo un delito. Las autoridades no pueden invadir la privacidad de su hogar, su correspondencia o comunicaciones. Si es sospechoso de cometer un crimen las autoridades no lo pueden torturar, ni está obligado a confesar el crimen. Si es sometido a un proceso penal usted es inocente hasta que un juez lo declare culpable y siempre podrá defenderse. 
Si el gobierno le disgusta, usted puede expresar su rechazo por cualquier medio, ese el derecho a la libertad de expresión. También puede practicar cualquier culto o religión sin temer una persecución. 
Ningún gobierno se puede quedar a perpetuidad en el poder, tenemos una democracia que exige alternabilidad. El Congreso no puede crear cualquier tipo de leyes; si violan la Constitución se derogan. El Presidente sólo puede hacer aquello que la Constitución le permite. Los funcionarios públicos deben rendir cuentas de sus actos, ellos no son nuestros patronos, nosotros los ciudadanos somos sus jefes y son responsables civil, administrativa y penalmente si violan la ley. 
Entonces, si los tribunales son incapaces de castigar, las relaciones sociales se atrofian y el país no será atractivo para la inversión, investigación y la educación.

La necedad con la ley

Redacción República
10 de abril, 2014

Cuando se trata de averiguar las causas del subdesarrollo, muchos dirán que son los magros servicios de educación, salud y seguridad social. No es cierto; en todo caso ello es una de las consecuencias, pero nunca la causa. La causa de la pobreza está en que los tribunales de justicia son deficientes. ¿Por qué? Sencillo, las leyes siempre están presentes en nuestras vidas, rigen la mayoría de nuestros actos en sociedad. Si los tribunales no pueden castigar al que las viole, el caos reina: el funcionario público tiene grandes incentivos para robar, los criminales para matar y los particulares para incumplir sus obligaciones. 

El derecho es un fenómeno social, pero es tan cotidiano que la gente raramente está al tanto de su existencia. Tomemos un tiempo para reflexionar sobre ello. Todos los bienes que utiliza los obtuvo por medio de algún contrato, desde el cereal hasta su casa. Usted tiene derecho de propiedad sobre ellos, que le permite usarlos como desee, obtener los frutos que produzcan, venderlos o donarlos. Su trabajo también surge de un contrato entre usted y su patrono, o entre usted y su empleado: una parte presta las fuerzas de sus músculos o el conocimiento de su mente y la otra una remuneración. 
Las empresas que trabajan para usted, produciendo los bienes y servicios que consume, pertenecen a sociedades, entidades formadas por la unión organizada de personas, capital y bienes con el objetivo crear utilidades a los accionistas, satisfaciendo de la mejor manera a los consumidores. El esqueleto de las fundaciones benéficas y las asociaciones es bastante parecido al de las sociedades mercantiles, con la diferencia que no lucran. Pero en cualquiera de éstas existe una forma organizada de llevar a cabo sus funciones, hay normas, derechos y obligaciones. 
Usted, por el hecho de ser persona, vale igual que cualquier otro ante la ley. Nadie tiene el poder de vida o muerte sobre usted. Ninguna persona es su amo y nadie podrá ser su esclavo. Usted tiene prohibido producir daños corporales o psicológicos a otras personas; cae castigo sobre quien secuestra, despoja de a otros de sus bienes o lo compromete en actos sexuales no consentidos. 
Usted nació como una persona libre, esta libertad exige una protección contra el mayor opresor de toda la historia: el Estado. El Estado debe estar sujeto a normas que limitan el uso de su poder. La policía no puede arrestarlo a menos que haya orden de juez o porque fue sorprendido cometiendo un delito. Las autoridades no pueden invadir la privacidad de su hogar, su correspondencia o comunicaciones. Si es sospechoso de cometer un crimen las autoridades no lo pueden torturar, ni está obligado a confesar el crimen. Si es sometido a un proceso penal usted es inocente hasta que un juez lo declare culpable y siempre podrá defenderse. 
Si el gobierno le disgusta, usted puede expresar su rechazo por cualquier medio, ese el derecho a la libertad de expresión. También puede practicar cualquier culto o religión sin temer una persecución. 
Ningún gobierno se puede quedar a perpetuidad en el poder, tenemos una democracia que exige alternabilidad. El Congreso no puede crear cualquier tipo de leyes; si violan la Constitución se derogan. El Presidente sólo puede hacer aquello que la Constitución le permite. Los funcionarios públicos deben rendir cuentas de sus actos, ellos no son nuestros patronos, nosotros los ciudadanos somos sus jefes y son responsables civil, administrativa y penalmente si violan la ley. 
Entonces, si los tribunales son incapaces de castigar, las relaciones sociales se atrofian y el país no será atractivo para la inversión, investigación y la educación.