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Reflexionando sobre las mujeres emprendedoras

Redacción República
03 de abril, 2014

El fenómeno de emprendimiento está presente en todos los estratos sociales, en diferentes niveles educativos y con activa participación de ambos géneros. 

Cuando se habla de temas relacionados con emprendimiento en los foros internacionales, el tema de emprendimiento femenino llama profundamente la atención. 
Existen estudios que identifican efectos que genera una madre emprendedora en el hogar. Efectos que son interesantes de analizar y aunque no puede decirse que todos ellos son científicamente comprobados, sí son observaciones poderosas que nos permiten reflexionar. 
Cuando hablamos del rol de la mujer en una sociedad, sabemos que es un pilar fundamental. Incluso en muchas culturas la mujer es la constante en el hogar, quien administra los ingresos y quien educa a los hijos, siendo eje de la vida cotidiana en familia. 
Es posible mencionar varias formas de hacer el análisis del impacto de la mujer emprendedora en el hogar. Existen características que pueden observarse en todo emprendedor. Una mujer emprendedora posee o desarrolla estas características y sus hijos, por estar cerca gran parte del tiempo, aprenden estas actitudes al observarlas en ella. Actitudes que les ayudarán a salir adelante en su vida. 
Pensemos en un emprendimiento comercial sencillo para hacer el análisis: Una emprendedora ve una necesidad e intenta o prueba elaborar o vender algún producto para resolver esa necesidad. Si no funciona, lo cambia o mejora hasta que encuentra las características que realmente le gustan a su cliente, mantiene un diálogo cercano con el mismo para ir negociando, hasta llegar a un precio en que ambos están dispuestos a hacer la transacción de compra-venta. Muestra esa actitud de perseverancia y lucha que caracteriza al emprendedor. El aprendizaje para los hijos es muy valioso, pues son actitudes que los acompañan en la actividad emprendedora de su madre en el día a día. 
El otro efecto interesante de analizar es la dinámica dentro del hogar, especialmente en hogares de bajos ingresos económicos: la mujer genera un ingreso adicional a la familia y ese ingreso adicional le da libertad en el hogar, le da un espacio diferente de acción. Asigna esos fondos, fruto de su emprendimiento, en lo que ella considera importante. Hay estudios interesantes que muestran que el dinero que proviene de emprendimientos femeninos, en este tipo de hogares, se invierte en gran porcentaje en mejora de la calidad de vida de la familia, en mejor alimentación o salud, pero sobretodo en educación. La discusión común que uno podría encontrar en estos hogares sobre la educación de los niños o el trabajo de los hijos con sus padres tiene aquí otro toque, pues para el hogar no significa un gasto que el niño vaya a la escuela; los útiles están pagados por ese ingreso adicional que genera la mujer. 
Es interesante compartir algunos datos del GEM (Monitor Global de Emprendimiento), estudio que, año con año, es realizado por el Centro de Emprendimiento Kirzner, de la Universidad Francisco Marroquín, para aproximarse y comprender a mayor profundidad el fenómeno de emprendimiento en Guatemala. 
En este estudio observamos que en Guatemala, particularmente en relación a la TEA (Tasa de Emprendimiento Temprano), 19% de las mujeres adultas son emprendedoras, mismo porcentaje que se observa en los hombres adultos. Dato que es muy diferente al del resto de países, en donde es por lo menos 4% más alto el porcentaje de hombres adultos que son emprendedores que mujeres adultas. Por ejemplo en Latinoamérica, la TEA en mujeres adultas es de 15.6% y en hombres es de 21%. 
¿Será que estos datos nos están mostrando ese espíritu luchador al que hacíamos referencia en los párrafos anteriores? 
También este estudio nos revela que la edad en donde el emprendimiento femenino es más alto es entre 25 y 34 años y teniendo un estado civil de “casada”. Las motivaciones más fuertes para esos emprendimientos femeninos, según revela el estudio, son la autonomía en el hogar, tema que mencionamos antes, y la facilidad de generar ingreso combinándolo con sus actividades de madre. 
Éste representa un tema sumamente complejo, con elementos culturales muy interesantes para continuar investigando y discutiendo.

Reflexionando sobre las mujeres emprendedoras

Redacción República
03 de abril, 2014

El fenómeno de emprendimiento está presente en todos los estratos sociales, en diferentes niveles educativos y con activa participación de ambos géneros. 

Cuando se habla de temas relacionados con emprendimiento en los foros internacionales, el tema de emprendimiento femenino llama profundamente la atención. 
Existen estudios que identifican efectos que genera una madre emprendedora en el hogar. Efectos que son interesantes de analizar y aunque no puede decirse que todos ellos son científicamente comprobados, sí son observaciones poderosas que nos permiten reflexionar. 
Cuando hablamos del rol de la mujer en una sociedad, sabemos que es un pilar fundamental. Incluso en muchas culturas la mujer es la constante en el hogar, quien administra los ingresos y quien educa a los hijos, siendo eje de la vida cotidiana en familia. 
Es posible mencionar varias formas de hacer el análisis del impacto de la mujer emprendedora en el hogar. Existen características que pueden observarse en todo emprendedor. Una mujer emprendedora posee o desarrolla estas características y sus hijos, por estar cerca gran parte del tiempo, aprenden estas actitudes al observarlas en ella. Actitudes que les ayudarán a salir adelante en su vida. 
Pensemos en un emprendimiento comercial sencillo para hacer el análisis: Una emprendedora ve una necesidad e intenta o prueba elaborar o vender algún producto para resolver esa necesidad. Si no funciona, lo cambia o mejora hasta que encuentra las características que realmente le gustan a su cliente, mantiene un diálogo cercano con el mismo para ir negociando, hasta llegar a un precio en que ambos están dispuestos a hacer la transacción de compra-venta. Muestra esa actitud de perseverancia y lucha que caracteriza al emprendedor. El aprendizaje para los hijos es muy valioso, pues son actitudes que los acompañan en la actividad emprendedora de su madre en el día a día. 
El otro efecto interesante de analizar es la dinámica dentro del hogar, especialmente en hogares de bajos ingresos económicos: la mujer genera un ingreso adicional a la familia y ese ingreso adicional le da libertad en el hogar, le da un espacio diferente de acción. Asigna esos fondos, fruto de su emprendimiento, en lo que ella considera importante. Hay estudios interesantes que muestran que el dinero que proviene de emprendimientos femeninos, en este tipo de hogares, se invierte en gran porcentaje en mejora de la calidad de vida de la familia, en mejor alimentación o salud, pero sobretodo en educación. La discusión común que uno podría encontrar en estos hogares sobre la educación de los niños o el trabajo de los hijos con sus padres tiene aquí otro toque, pues para el hogar no significa un gasto que el niño vaya a la escuela; los útiles están pagados por ese ingreso adicional que genera la mujer. 
Es interesante compartir algunos datos del GEM (Monitor Global de Emprendimiento), estudio que, año con año, es realizado por el Centro de Emprendimiento Kirzner, de la Universidad Francisco Marroquín, para aproximarse y comprender a mayor profundidad el fenómeno de emprendimiento en Guatemala. 
En este estudio observamos que en Guatemala, particularmente en relación a la TEA (Tasa de Emprendimiento Temprano), 19% de las mujeres adultas son emprendedoras, mismo porcentaje que se observa en los hombres adultos. Dato que es muy diferente al del resto de países, en donde es por lo menos 4% más alto el porcentaje de hombres adultos que son emprendedores que mujeres adultas. Por ejemplo en Latinoamérica, la TEA en mujeres adultas es de 15.6% y en hombres es de 21%. 
¿Será que estos datos nos están mostrando ese espíritu luchador al que hacíamos referencia en los párrafos anteriores? 
También este estudio nos revela que la edad en donde el emprendimiento femenino es más alto es entre 25 y 34 años y teniendo un estado civil de “casada”. Las motivaciones más fuertes para esos emprendimientos femeninos, según revela el estudio, son la autonomía en el hogar, tema que mencionamos antes, y la facilidad de generar ingreso combinándolo con sus actividades de madre. 
Éste representa un tema sumamente complejo, con elementos culturales muy interesantes para continuar investigando y discutiendo.