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Evaluación ¿Diagnóstica, Sumativa o Formativa? ¿Cuál es la guatemalteca?

Redacción
30 de abril, 2014

Desde el primer momento que se escucha la palabra examen, prueba o evaluación, aumenta la respiración y la palpitación del corazón del sustentante. Pueden ser pruebas médicas, vocacionales, de destrezas o de conocimientos. El simple hecho de tener que demostrar una proeza en un determinado aspecto, o la carencia de la misma, provoca un sentimiento de nerviosismo y cuestionamiento propio. En lo médico, hay parámetros controlables, no todos; en lo vocacional, son aspectos únicos de cada persona que indica su posible fortaleza o gusto, y no son infalibles. Y las evaluaciones de conocimiento supuestamente miden la aprehensión e integración del mismo, por medio de preguntas directas o el desarrollo de ideas. 

Se escucha con frecuencia de las evaluaciones de los estudiantes de los varios niveles académicos, y su pobre rendimiento. Habrá que tomar en consideración qué tipo de evaluación se está aplicando, y qué es precisamente lo que se pretende medir. 
Comúnmente se conocen tres enfoques en la evaluación: diagnóstico, sumativo y formativo. La evaluación diagnóstica establece la base de donde partir, el inicio desde el cual se mide la esperada mejora o profundización, se conoce así la situación, y ésta se aplica al comienzo del carrera educativo, con procesos simples y sin ponderación numérica ; la sumativa indica con números fríos y absolutos calificando el conocimiento, aplicada con tiempos precisos y con una ponderación puntual, y la evaluación formativa, que como lo indica su nombre, es una herramienta que apoya a la formación del estudiante indicando su ubicación en la ruta del aprendizaje para así detectar las necesidades del alumno en el momento preciso, para poner a su consideración y alcance el conocimiento necesario. 
La evaluación formativa permite que también se evalúe el docente; puede detectar si su planificación es adecuada, si el contenido está bien estructurado, si él, como mediador del aprendizaje, se está expresando con claridad, si está motivando al alumnado provocándoles la curiosidad y la necesidad de investigar, si él también está aprendiendo con los alumnos, pues cada experiencia en el aula es de mutuo aprendizaje. 
La evaluación formativa sí requiere de instrumentos de comprobación del conocimiento. Estos se aplican de manera continua, con variados formatos, desde preguntas orales, que el docente debe observar y ponderar, hasta pruebas cortas, ensayos, presentaciones, todos estos discutidos y comentados en el momento para llegar puntual al proceso formativo. 
Lo expone magistralmente el Dr. Pedro Morales, S.J. , experto en evaluación: “Los efectos positivos y con frecuencia no pretendidos de los exámenes pueden convertirse en el fin explícito de la evaluación. La frecuencia, tiempos y modos de la evaluación pueden adaptarse a esta finalidad: informar a tiempo al profesor y a los alumnos para corregir errores a tiempo y evitar el fracaso.” 
Las evaluaciones debieran ser la oportunidad de comprobar el éxito del alumno en la interiorización del conocimiento, y su exposición del mismo; poder compartirlo con propiedad, o admitir en un momento, que no comprendió; y de manera cooperativa con el docente y los compañeros, se vuelve a construir esa base que será el cimiento del día siguiente y así sucesivamente. Y sin el temor que la palabra evaluación comunica. 
¿Qué tipo de evaluación se practica en Guatemala? Se discuten las pruebas estandarizadas, como medida de puestos dentro de la visión mundial. ¿Una prueba estandarizada puede representar el aprendizaje de cada persona? ¿Es la ruta para llegar al conocimiento? En el documento de MINEDUC “Evaluación educativa estandarizada en Guatemala: un camino recorrido, un camino por recorrer” se describe el desarrollo histórico de la evaluación local y los retos que actualmente se enfrentan. ¿Se podrá implementar el proceso individualizado que exige una evaluación formativa? Implica fuerte compromiso docente y de gestión, inversión en tiempo y recursos. 
El fin de la educación es el desarrollo del ser humano, quien puede reconocer sin temor, que aún tiene más por aprender. La evaluación formativa es una herramienta que es útil durante toda la vida, que es aplicable en todos los ámbitos. Cuestionar y resolver. Y crecer.

Evaluación ¿Diagnóstica, Sumativa o Formativa? ¿Cuál es la guatemalteca?

Redacción
30 de abril, 2014

Desde el primer momento que se escucha la palabra examen, prueba o evaluación, aumenta la respiración y la palpitación del corazón del sustentante. Pueden ser pruebas médicas, vocacionales, de destrezas o de conocimientos. El simple hecho de tener que demostrar una proeza en un determinado aspecto, o la carencia de la misma, provoca un sentimiento de nerviosismo y cuestionamiento propio. En lo médico, hay parámetros controlables, no todos; en lo vocacional, son aspectos únicos de cada persona que indica su posible fortaleza o gusto, y no son infalibles. Y las evaluaciones de conocimiento supuestamente miden la aprehensión e integración del mismo, por medio de preguntas directas o el desarrollo de ideas. 

Se escucha con frecuencia de las evaluaciones de los estudiantes de los varios niveles académicos, y su pobre rendimiento. Habrá que tomar en consideración qué tipo de evaluación se está aplicando, y qué es precisamente lo que se pretende medir. 
Comúnmente se conocen tres enfoques en la evaluación: diagnóstico, sumativo y formativo. La evaluación diagnóstica establece la base de donde partir, el inicio desde el cual se mide la esperada mejora o profundización, se conoce así la situación, y ésta se aplica al comienzo del carrera educativo, con procesos simples y sin ponderación numérica ; la sumativa indica con números fríos y absolutos calificando el conocimiento, aplicada con tiempos precisos y con una ponderación puntual, y la evaluación formativa, que como lo indica su nombre, es una herramienta que apoya a la formación del estudiante indicando su ubicación en la ruta del aprendizaje para así detectar las necesidades del alumno en el momento preciso, para poner a su consideración y alcance el conocimiento necesario. 
La evaluación formativa permite que también se evalúe el docente; puede detectar si su planificación es adecuada, si el contenido está bien estructurado, si él, como mediador del aprendizaje, se está expresando con claridad, si está motivando al alumnado provocándoles la curiosidad y la necesidad de investigar, si él también está aprendiendo con los alumnos, pues cada experiencia en el aula es de mutuo aprendizaje. 
La evaluación formativa sí requiere de instrumentos de comprobación del conocimiento. Estos se aplican de manera continua, con variados formatos, desde preguntas orales, que el docente debe observar y ponderar, hasta pruebas cortas, ensayos, presentaciones, todos estos discutidos y comentados en el momento para llegar puntual al proceso formativo. 
Lo expone magistralmente el Dr. Pedro Morales, S.J. , experto en evaluación: “Los efectos positivos y con frecuencia no pretendidos de los exámenes pueden convertirse en el fin explícito de la evaluación. La frecuencia, tiempos y modos de la evaluación pueden adaptarse a esta finalidad: informar a tiempo al profesor y a los alumnos para corregir errores a tiempo y evitar el fracaso.” 
Las evaluaciones debieran ser la oportunidad de comprobar el éxito del alumno en la interiorización del conocimiento, y su exposición del mismo; poder compartirlo con propiedad, o admitir en un momento, que no comprendió; y de manera cooperativa con el docente y los compañeros, se vuelve a construir esa base que será el cimiento del día siguiente y así sucesivamente. Y sin el temor que la palabra evaluación comunica. 
¿Qué tipo de evaluación se practica en Guatemala? Se discuten las pruebas estandarizadas, como medida de puestos dentro de la visión mundial. ¿Una prueba estandarizada puede representar el aprendizaje de cada persona? ¿Es la ruta para llegar al conocimiento? En el documento de MINEDUC “Evaluación educativa estandarizada en Guatemala: un camino recorrido, un camino por recorrer” se describe el desarrollo histórico de la evaluación local y los retos que actualmente se enfrentan. ¿Se podrá implementar el proceso individualizado que exige una evaluación formativa? Implica fuerte compromiso docente y de gestión, inversión en tiempo y recursos. 
El fin de la educación es el desarrollo del ser humano, quien puede reconocer sin temor, que aún tiene más por aprender. La evaluación formativa es una herramienta que es útil durante toda la vida, que es aplicable en todos los ámbitos. Cuestionar y resolver. Y crecer.