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Seis retos y dilemas para el nuevo Jefe del Ministerio Público

Redacción República
11 de mayo, 2014
La elección de Thelma Aldana pone fin a un tortuoso proceso de elecciónde Fiscal General, agudizado por la polarización que generó la no-inclusión deClaudia Paz y Paz en el listado final de los 6. Naturalmente, la elección deAldana ha sido foco de críticas. Su supuesta cercanía con el gobierno o sulimitada experiencia en persecución penal se presentan como los grandescuestionamientos a una gestión que ni siquiera ha iniciado. Por ello, en lugar de enfocarnos en analizar las vinculaciones políticaso los intereses de los actores que orbitaron entorno al proceso, les propongollevar a cabo un análisis institucional, desprovisto de pasiones personalistase ideológicas, para enfocarnos en los dilemas políticos y las interrogantes encuanto a modelos de gestión que enfrentará la nueva dirigencia del MinisterioPúblico.
El primer reto, y este es de carácter político, Thelma Aldana deberáquitarse la sombra de su supuesta cercanía con Pérez Molina. El problema no esexclusivo de su persona, sino es un efecto del sistema institucional en el quela designación del Jefe del MP recae en el Presidente. La misma sombra que hoyse posa sobre la nueva Fiscal, se vislumbraba en la elección de Paz y Paz porÁlvaro Colom, en la de Juan Luis Florido durante el Gobierno de Berger, o la deCarlos de León durante la gestión portillista. Por ello, para quitarse este focode cuestionamiento, la clave será visibilizar un esfuerzo por perseguir casosde corrupción, particularmente aquellos que salpican a la cúpula central delPartido Patriota. Casos como el vertiginoso crecimiento del patrimonio de laVicepresidente, los negocios en Gobernación y otras carteras del Ejecutivo, oalgunas vinculaciones incómodas de la dirigencia Patriota serán claves paraevidenciar el nivel de autonomía del Ministerio Público. El segundo reto político es el manejo de los casos asociados alconflicto armado. Y aquí, a diferencia de muchos analistas, yo no creo que Thelma Aldanaabiertamente tome la decisión de detener la persecución de los casos históricos,y particularmente, el de Genocidio contra Ríos Montt. Creo que es más factibleque el caso Ríos Montt quede en el limbo por la no integración de la Sala deApelaciones que deberá conocerlo. Y más creo que el candado a esos casos pasarápor la vía de la amnistía. Es decir, serán decisiones y procesos del OrganismoJudiciales los que terminen de dilucidar muchas de las interrogantes políticasentorno a dichos casos, y no las decisiones administrativas de la nueva fiscal.El tercer reto, pero este de carácter administrativo, será continuar conla depuración de la institución. Comoen teoría el Consejo sí se va a integrar, Aldana tendrá las herramientas paradestituir a fiscales asociados al crimen organizado y con casos corrupción.Muchos de ellos ya se encuentran en una especie de congeladora laboral, peropor la falta de integración del Consejo no han podido ser destituidos. El cuarto reto esmás un dilema que un desafío. ¿Continuará Aldana con el modelo de gestiónimplementado durante la gestión Paz y Paz? La división de las fiscalías entreunidades de investigación y de litigio aspiraba a fomentar la especialización yatajar la corrupción del sistema anterior, en el que un mismo fiscal conducíala totalidad del proceso. Sin embargo, la segmentación degeneró en unadesvinculación entre unidades. La imagen del fiscal litigante que desconocíageneralidades de la investigación, que llegaba sin preparación a lasaudiencias, o que estudiaba los memoriales en los pasillos de los juzgados, sevolvió norma. ¿Qué hará Aldana? ¿Perfeccionará el actual modelo de gestión?¿Retornará al nefasto modelo anterior? ¿O implementará su propio sistema?  Un quinto reto, quetambién se plantea como dilema de gestión, es la política de persecucióncriminal. Desde la administración de Amílcar Velásquez, las fiscalías dedelitos contra la vida, robo de celulares y contra el crimen organizadoenfocaron su trabajo de investigación en la identificación y desarticulación deredes, en lugar de atender caso por caso en lo individual. El modelo facilitóla captura de bandas como los violadores de la Roosevelt o la red Topacio derobo de propiedades, pero su efecto negativo fue la percepción de falta deceleridad en el abordaje de casos particulares. El sistema fue una respuesta alos limitados recursos del MP, pero la percepción de acceso a justicia es unavariable significativa al evaluar el desempeño de la institución. Igual que enel caso anterior, el dilema para Aldana es si hará borrón y cuenta nueva, o si trabajarásobre el andamiaje existente. La últimainterrogante serán las prioridades temáticas y presupuestarias de la nuevaadministración. Para Paz y Paz las prioridades fueronlos delitos contra la vida, los casos de narcotráfico de alto impacto, la violenciacontra la mujer y los casos de derechos humanos. En cambio, la persecución a lacorrupción no fue una prioridad, como se evidencia de la magra asignación de 7millones anuales promedio a la Fiscalía contra la corrupción. ¿Cuáles serán lasprioridades de Aldana? ¿Está el combate a la corrupción dentro de susprincipales líneas de gestión?

Seis retos y dilemas para el nuevo Jefe del Ministerio Público

Redacción República
11 de mayo, 2014
La elección de Thelma Aldana pone fin a un tortuoso proceso de elecciónde Fiscal General, agudizado por la polarización que generó la no-inclusión deClaudia Paz y Paz en el listado final de los 6. Naturalmente, la elección deAldana ha sido foco de críticas. Su supuesta cercanía con el gobierno o sulimitada experiencia en persecución penal se presentan como los grandescuestionamientos a una gestión que ni siquiera ha iniciado. Por ello, en lugar de enfocarnos en analizar las vinculaciones políticaso los intereses de los actores que orbitaron entorno al proceso, les propongollevar a cabo un análisis institucional, desprovisto de pasiones personalistase ideológicas, para enfocarnos en los dilemas políticos y las interrogantes encuanto a modelos de gestión que enfrentará la nueva dirigencia del MinisterioPúblico.
El primer reto, y este es de carácter político, Thelma Aldana deberáquitarse la sombra de su supuesta cercanía con Pérez Molina. El problema no esexclusivo de su persona, sino es un efecto del sistema institucional en el quela designación del Jefe del MP recae en el Presidente. La misma sombra que hoyse posa sobre la nueva Fiscal, se vislumbraba en la elección de Paz y Paz porÁlvaro Colom, en la de Juan Luis Florido durante el Gobierno de Berger, o la deCarlos de León durante la gestión portillista. Por ello, para quitarse este focode cuestionamiento, la clave será visibilizar un esfuerzo por perseguir casosde corrupción, particularmente aquellos que salpican a la cúpula central delPartido Patriota. Casos como el vertiginoso crecimiento del patrimonio de laVicepresidente, los negocios en Gobernación y otras carteras del Ejecutivo, oalgunas vinculaciones incómodas de la dirigencia Patriota serán claves paraevidenciar el nivel de autonomía del Ministerio Público. El segundo reto político es el manejo de los casos asociados alconflicto armado. Y aquí, a diferencia de muchos analistas, yo no creo que Thelma Aldanaabiertamente tome la decisión de detener la persecución de los casos históricos,y particularmente, el de Genocidio contra Ríos Montt. Creo que es más factibleque el caso Ríos Montt quede en el limbo por la no integración de la Sala deApelaciones que deberá conocerlo. Y más creo que el candado a esos casos pasarápor la vía de la amnistía. Es decir, serán decisiones y procesos del OrganismoJudiciales los que terminen de dilucidar muchas de las interrogantes políticasentorno a dichos casos, y no las decisiones administrativas de la nueva fiscal.El tercer reto, pero este de carácter administrativo, será continuar conla depuración de la institución. Comoen teoría el Consejo sí se va a integrar, Aldana tendrá las herramientas paradestituir a fiscales asociados al crimen organizado y con casos corrupción.Muchos de ellos ya se encuentran en una especie de congeladora laboral, peropor la falta de integración del Consejo no han podido ser destituidos. El cuarto reto esmás un dilema que un desafío. ¿Continuará Aldana con el modelo de gestiónimplementado durante la gestión Paz y Paz? La división de las fiscalías entreunidades de investigación y de litigio aspiraba a fomentar la especialización yatajar la corrupción del sistema anterior, en el que un mismo fiscal conducíala totalidad del proceso. Sin embargo, la segmentación degeneró en unadesvinculación entre unidades. La imagen del fiscal litigante que desconocíageneralidades de la investigación, que llegaba sin preparación a lasaudiencias, o que estudiaba los memoriales en los pasillos de los juzgados, sevolvió norma. ¿Qué hará Aldana? ¿Perfeccionará el actual modelo de gestión?¿Retornará al nefasto modelo anterior? ¿O implementará su propio sistema?  Un quinto reto, quetambién se plantea como dilema de gestión, es la política de persecucióncriminal. Desde la administración de Amílcar Velásquez, las fiscalías dedelitos contra la vida, robo de celulares y contra el crimen organizadoenfocaron su trabajo de investigación en la identificación y desarticulación deredes, en lugar de atender caso por caso en lo individual. El modelo facilitóla captura de bandas como los violadores de la Roosevelt o la red Topacio derobo de propiedades, pero su efecto negativo fue la percepción de falta deceleridad en el abordaje de casos particulares. El sistema fue una respuesta alos limitados recursos del MP, pero la percepción de acceso a justicia es unavariable significativa al evaluar el desempeño de la institución. Igual que enel caso anterior, el dilema para Aldana es si hará borrón y cuenta nueva, o si trabajarásobre el andamiaje existente. La últimainterrogante serán las prioridades temáticas y presupuestarias de la nuevaadministración. Para Paz y Paz las prioridades fueronlos delitos contra la vida, los casos de narcotráfico de alto impacto, la violenciacontra la mujer y los casos de derechos humanos. En cambio, la persecución a lacorrupción no fue una prioridad, como se evidencia de la magra asignación de 7millones anuales promedio a la Fiscalía contra la corrupción. ¿Cuáles serán lasprioridades de Aldana? ¿Está el combate a la corrupción dentro de susprincipales líneas de gestión?