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País de Emprendimiento

Redacción
14 de mayo, 2014

En efecto, la mayoría de ellos,
emprendedores por necesidad. La falta de oportunidades en el mercado laboral
obliga cientos de miles de guatemaltecos, posiblemente millones de ellos, a
recurrir al emprendimiento como una forma para agenciarse un mínimo de recursos
que les permita subsistir. En ese sentido, más que una afirmación categórica,
el título de esta columna debería estar entre signos de interrogación: ¿País de
emprendedores? La respuesta a esta pregunta suscita un sano cuestionamiento
acerca del potencial aporte al desarrollo de la mayoría de emprendimientos que
hoy existen en Guatemala. Así como nadie niega la importancia del papel del emprendimiento
por necesidad como válvula de escape a ante la falta de empleo asalariado
formal, nadie se atrevería a argumentar que el desarrollo del país puede
descansar en este el emprendimiento por necesidad.

Desde esa perspectiva, la evidenciaestadística existente, recientemente reseñada en una publicación del CIENtitulada “Emprendimiento y Desarrollo Rural”, muestra que la mayoría denegocios de los emprendedores guatemaltecos son “pequeños, de pocasofisticación productiva, generan poco o ningún empleo, generan pocos nivelesde ingreso, de poca conexión internacional y baja conectividad a mercados”.  Ante tal realidad salta a la vista laurgencia de eliminar las restricciones que limitan el crecimiento de losnegocios existentes. Aunque el problema en cuestión tiene muchas causas,algunas de restricciones afectan por igual el potencial de crecimiento y sofisticaciónde todo tipo de negocios en Guatemala, sin importar si son micro, pequeñas,medianas o  grandes empresas.
Según el CIEN, el acceso afinanciamiento, una de las fórmulas de política pública más utilizada paraapoyar a los negocios, no es la principal restricción que limita el desarrollode los negocios en Guatemala. Las grandes empresas tienen a su alcancemúltiples oportunidades de financiamiento a distintos costos; las micro ypequeñas empresas, dado el reducido tamaño de sus operaciones, generalmenteresuelven sus necesidades de inversión mediante el financiamiento de familiaresy conocidos. Por otra parte, el nivel educativo de los emprendedores y su bajacapacitación en temas propios de la operación de una empresa limitan seriamenteel potencial de crecimiento de sus negocios, su nivel de sofisticación, lacapacidad de innovación, de comercialización de sus productos y de cumplimientocon las regulaciones gubernamentales. Las malas condiciones y/o ausenciade infraestructura física básica en materia de comunicación terrestre, telecomunicaciones,servicios de agua, alcantarillado y energía eléctrica, etcétera, se conviertenen importantes limitaciones para el desarrollo de las empresas; “una buenacarretera, un buen camino asfaltado, un buen sistema de transporte, y que seantransitables en todo momento, tiene un alto impacto en la rentabilidad de losnegocios”, enfatiza el estudio. La falta de certeza jurídica y el poco respetoa los derechos de propiedad se convierten también en poderosos limitantes parael crecimiento de los negocios. Factores a los que se añaden el efecto negativodel crimen y la violencia sobre la rentabilidad de los negocios, niveles deinversión y disposición de los emprendedores a seguir al frente de susnegocios. Por si fuera poco, el alto costo de la formalidad es un factor másque se añade a esta pesada carga. En todo caso, si se quisiera juzgar eldesarrollo económico del país desde la perspectiva de la contribución de losempresarios al proceso, la conclusión sería que Guatemala necesita crear másoportunidades de empleo asalariado formal y menos cantidad de emprendedores pornecesidad. En otras palabras, un tipo de empresario distinto a la mayoría delos que hoy existen. 

País de Emprendimiento

Redacción
14 de mayo, 2014

En efecto, la mayoría de ellos,
emprendedores por necesidad. La falta de oportunidades en el mercado laboral
obliga cientos de miles de guatemaltecos, posiblemente millones de ellos, a
recurrir al emprendimiento como una forma para agenciarse un mínimo de recursos
que les permita subsistir. En ese sentido, más que una afirmación categórica,
el título de esta columna debería estar entre signos de interrogación: ¿País de
emprendedores? La respuesta a esta pregunta suscita un sano cuestionamiento
acerca del potencial aporte al desarrollo de la mayoría de emprendimientos que
hoy existen en Guatemala. Así como nadie niega la importancia del papel del emprendimiento
por necesidad como válvula de escape a ante la falta de empleo asalariado
formal, nadie se atrevería a argumentar que el desarrollo del país puede
descansar en este el emprendimiento por necesidad.

Desde esa perspectiva, la evidenciaestadística existente, recientemente reseñada en una publicación del CIENtitulada “Emprendimiento y Desarrollo Rural”, muestra que la mayoría denegocios de los emprendedores guatemaltecos son “pequeños, de pocasofisticación productiva, generan poco o ningún empleo, generan pocos nivelesde ingreso, de poca conexión internacional y baja conectividad a mercados”.  Ante tal realidad salta a la vista laurgencia de eliminar las restricciones que limitan el crecimiento de losnegocios existentes. Aunque el problema en cuestión tiene muchas causas,algunas de restricciones afectan por igual el potencial de crecimiento y sofisticaciónde todo tipo de negocios en Guatemala, sin importar si son micro, pequeñas,medianas o  grandes empresas.
Según el CIEN, el acceso afinanciamiento, una de las fórmulas de política pública más utilizada paraapoyar a los negocios, no es la principal restricción que limita el desarrollode los negocios en Guatemala. Las grandes empresas tienen a su alcancemúltiples oportunidades de financiamiento a distintos costos; las micro ypequeñas empresas, dado el reducido tamaño de sus operaciones, generalmenteresuelven sus necesidades de inversión mediante el financiamiento de familiaresy conocidos. Por otra parte, el nivel educativo de los emprendedores y su bajacapacitación en temas propios de la operación de una empresa limitan seriamenteel potencial de crecimiento de sus negocios, su nivel de sofisticación, lacapacidad de innovación, de comercialización de sus productos y de cumplimientocon las regulaciones gubernamentales. Las malas condiciones y/o ausenciade infraestructura física básica en materia de comunicación terrestre, telecomunicaciones,servicios de agua, alcantarillado y energía eléctrica, etcétera, se conviertenen importantes limitaciones para el desarrollo de las empresas; “una buenacarretera, un buen camino asfaltado, un buen sistema de transporte, y que seantransitables en todo momento, tiene un alto impacto en la rentabilidad de losnegocios”, enfatiza el estudio. La falta de certeza jurídica y el poco respetoa los derechos de propiedad se convierten también en poderosos limitantes parael crecimiento de los negocios. Factores a los que se añaden el efecto negativodel crimen y la violencia sobre la rentabilidad de los negocios, niveles deinversión y disposición de los emprendedores a seguir al frente de susnegocios. Por si fuera poco, el alto costo de la formalidad es un factor másque se añade a esta pesada carga. En todo caso, si se quisiera juzgar eldesarrollo económico del país desde la perspectiva de la contribución de losempresarios al proceso, la conclusión sería que Guatemala necesita crear másoportunidades de empleo asalariado formal y menos cantidad de emprendedores pornecesidad. En otras palabras, un tipo de empresario distinto a la mayoría delos que hoy existen.