El artículo de Juan José Micheo Fuentes publicado en elPeriodico ayer jueves 15 de mayo,sugiere considerar el Crecimiento poblacional como una bomba de tiempo.Cuestiono con todo ímpetu esta idea neo-maltusiana generadora de miedo ydesesperanza.Fue Thomas Robert Malthus quien originalmente hace dos siglos plantearaesta tesis y aludiera a que dicho crecimiento “desmedido” repercutiría enhambrunas que acabarían con el género humano. Estas ideas han sido refutadasreiteradamente, por pensadores y especialistas, y aún por algo mejor: laevidencia.  Hoy, siendo casi los 8millardos de personas, cada vez éstas viven más, comen mejor, padecen menosenfermedades y disponen de servicios básicos y tecnologías.El crecimiento poblacional que experimenta Guatemala no debe preocuparcomo una condición per se. Sí, y como bien indica Fuentes Micheo, el bajocrecimiento económico pues esta condición es variable aún más fundamental paraque la población experimente curvas naturales de crecimiento-decrecimiento.La ausencia de servicios públicos, la pobreza y la desnutrición, la reducciónde áreas boscosas y la macrocefalia de las ciudades son efectos que obedecenmás bien al escaso y lento crecimiento económico, al aumento sin límites de losgobiernos y burocracias y a la ausencia de certeza juridica sobre la vida y lapropiedad. Y es ello lo que realmente debe ocuparnos, a mi juicio.  Pensar en educación, planificación familiar,bonos demográficos y demás medidas de ingeniería social sólo traerá consigo laintromisión del gobierno en un fenómeno que subyace a los fines y creencias másinternas de las personas, además de los obvios y ya confirmados fracasos comoel visto en la Europa actual. Por último, preguntaría a Fuentes Micheo y a todo aquel que ose pensarbajo sus premisas, ¿es usted parte de ese “exceso” poblacional? y si surespuesta es “no”, ¿cómo lo sabe?