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Una curiosa tendencia

Redacción
25 de junio, 2014

Es interesante observar cómo con el paso del tiempo las cosas, las circunstancias, las realidades van cambiando poco a poco. Ese proceso de cambio irreversible en el tiempo es a lo que llaman tendencias. Y al observarlas con cuidado es posible anticipar acciones que pueden hacer la diferencia para el futuro de una persona, organización o incluso un país. 

Existen muchas tendencias relacionadas con hábitos de consumo o preferencias de los consumidores. Dentro de ellas podemos mencionar algunas que vemos hoy con claridad al ser observadores, como la tendencia a la personalización, buscar productos hechos a la medida y gusto del consumidor o la tendencia a ingerir alimentos sanos, orgánicos, naturales. La capacidad de observar e identificar tendencias puede, sin lugar a duda, mejorar el desempeño de un negocio o una organización. Interesante, pero no son estos temas de tendencias que quiero comentar en este artículo de hoy. 
Un cambio curioso viene acentuándose en los países desarrollados, y pareciera ser un fenómeno que también está presente ahora en países en vías de desarrollo. Me refiero a que el gran crecimiento en economías desarrolladas reflejaba hace varias décadas principalmente el crecimiento de las grandes empresas e instituciones. En otras palabras pareciera que las responsables de dicho crecimiento fueran únicamente las empresas grandes. Pero los tiempos han cambiado y hoy se ve que los resultados son la suma de miles y en algunos casos millones de buenos resultados resultantes de las acciones realizadas por muchos emprendedores. Cuánto más descansen las economías en un amplio número de actividades económicas y no en una o dos, más sólida y segura será la estructura de ese país en tiempos de crisis. 
El ritmo se acelera, pues lo que distingue a estos pequeños emprendedores es la velocidad que tienen para decidir y sobretodo para actuar. 
El reconocido autor de temas gerenciales, Peter Drucker, en su libro ‘Innovación y Emprendimiento’, menciona esto como una curiosa observación que él notaba en la economía de su país y de otros países del mundo. Menciona que para fines de la Segunda Guerra Mundial y principios de los años 70, progreso se definía como número de instituciones grandes que fueron desarrolladas. Pero cómo se explica el fenómeno en el que aún cuando grandes organizaciones perdieron empleados entre 1970 y 1983, la economía en USA por ejemplo, creció y también así su fuerza laboral. Y la respuesta se encuentra en esas ‘muchas’ pequeñas organizaciones. El número de organizaciones nuevas que surgió en esos años y que incluso crecieron a un ritmo importante fue grande. Allí encuentra Drucker la respuesta. 
Este fenómeno, esta tendencia es interesante para países como Guatemala, pues quizás la solución a ese buscado crecimiento económico no estará únicamente en el buen desempeño de las grandes organizaciones, que claro hacen al país dichoso y afortunado por el hecho de existir, pero no es suficiente. Parece que la respuesta está en la capacidad que muchos nuevos emprendedores nazcan y crezcan a su ritmo. Aprovechemos a reaccionar a esta tendencia y así podremos ver a una Guatemala pujante con esperanzas de continua creación de riqueza en el entorno de negocios.

Una curiosa tendencia

Redacción
25 de junio, 2014

Es interesante observar cómo con el paso del tiempo las cosas, las circunstancias, las realidades van cambiando poco a poco. Ese proceso de cambio irreversible en el tiempo es a lo que llaman tendencias. Y al observarlas con cuidado es posible anticipar acciones que pueden hacer la diferencia para el futuro de una persona, organización o incluso un país. 

Existen muchas tendencias relacionadas con hábitos de consumo o preferencias de los consumidores. Dentro de ellas podemos mencionar algunas que vemos hoy con claridad al ser observadores, como la tendencia a la personalización, buscar productos hechos a la medida y gusto del consumidor o la tendencia a ingerir alimentos sanos, orgánicos, naturales. La capacidad de observar e identificar tendencias puede, sin lugar a duda, mejorar el desempeño de un negocio o una organización. Interesante, pero no son estos temas de tendencias que quiero comentar en este artículo de hoy. 
Un cambio curioso viene acentuándose en los países desarrollados, y pareciera ser un fenómeno que también está presente ahora en países en vías de desarrollo. Me refiero a que el gran crecimiento en economías desarrolladas reflejaba hace varias décadas principalmente el crecimiento de las grandes empresas e instituciones. En otras palabras pareciera que las responsables de dicho crecimiento fueran únicamente las empresas grandes. Pero los tiempos han cambiado y hoy se ve que los resultados son la suma de miles y en algunos casos millones de buenos resultados resultantes de las acciones realizadas por muchos emprendedores. Cuánto más descansen las economías en un amplio número de actividades económicas y no en una o dos, más sólida y segura será la estructura de ese país en tiempos de crisis. 
El ritmo se acelera, pues lo que distingue a estos pequeños emprendedores es la velocidad que tienen para decidir y sobretodo para actuar. 
El reconocido autor de temas gerenciales, Peter Drucker, en su libro ‘Innovación y Emprendimiento’, menciona esto como una curiosa observación que él notaba en la economía de su país y de otros países del mundo. Menciona que para fines de la Segunda Guerra Mundial y principios de los años 70, progreso se definía como número de instituciones grandes que fueron desarrolladas. Pero cómo se explica el fenómeno en el que aún cuando grandes organizaciones perdieron empleados entre 1970 y 1983, la economía en USA por ejemplo, creció y también así su fuerza laboral. Y la respuesta se encuentra en esas ‘muchas’ pequeñas organizaciones. El número de organizaciones nuevas que surgió en esos años y que incluso crecieron a un ritmo importante fue grande. Allí encuentra Drucker la respuesta. 
Este fenómeno, esta tendencia es interesante para países como Guatemala, pues quizás la solución a ese buscado crecimiento económico no estará únicamente en el buen desempeño de las grandes organizaciones, que claro hacen al país dichoso y afortunado por el hecho de existir, pero no es suficiente. Parece que la respuesta está en la capacidad que muchos nuevos emprendedores nazcan y crezcan a su ritmo. Aprovechemos a reaccionar a esta tendencia y así podremos ver a una Guatemala pujante con esperanzas de continua creación de riqueza en el entorno de negocios.