Política
Política
Empresa
Empresa
Investigación y Análisis
Investigación y Análisis
Internacional
Internacional
Opinión
Opinión
Inmobiliaria
Inmobiliaria
Agenda Empresarial
Agenda Empresarial

El gobierno y las finanzas públicas

Redacción
24 de julio, 2014

El gobierno de Guatemala está siguiendo una tendencia bastante preocupante. En primer lugar, ya he referido en ocasiones anteriores que desde 2012 el gobierno dio un paso en una mala dirección con la aprobación de la conocida reforma fiscal a través de la ley de actualización tributaria. 

Si el gobierno decidió incrementar la presión fiscal uno podría pensar que esperaba mayores ingresos fiscales. Claro está, muchos sabemos que no se trata simplemente de cobrar más impuestos para que la recaudación aumente. El gobierno al fin y al cabo depende, para su recaudación, del desempeño de la economía de la gente de carne y hueso y es solo en la medida que ésta tenga un buen desempeño que la recaudación también lo tendrá. 
Al gobierno no le ha bastado lo anterior y ha procedido a incrementar la deuda pública. En mayo se aprobó con el voto de 146 diputados un préstamo por US$280 millones. Nuevamente fruto de un “consenso” entre los distinguidos parlamentarios. Por supuesto el consenso es un eufemismo para referirse al intercambio de favores que seguramente tuvo lugar para conseguir la aprobación de dicho préstamo. 
Todo esto trae como consecuencia que se marque una tendencia por medio de la cual el gasto público en relación al producto interior bruto venga en un aumento sumamente alarmante. En el año 2000 el nivel de deuda sobre el PIB era del 19,02%. En este 2014 se calcula que el nivel de endeudamiento público sobre el PIB oscilará el 25%. 
La práctica usual de los mandatarios de turno siempre ha sido declarar a los cuatro vientos: “somos el país con el menor nivel de endeudamiento de la región”. Es verdad, pero eso equivale a decir: “los demás lo están haciendo muy mal así que tenemos un amplio margen para hacer las cosas peor”
Lo que no se dice es que de continuar con un ritmo constante de endeudamiento el país perderá cada vez más puntos en las calificaciones de riesgo y cerrará las puertas a préstamos a futuro. De hecho en el mes de junio Fitch Ratings redujo la calificación de riesgo de Guatemala de +BB a BB. 
Guatemala tiene una actividad económica bastante débil. El año pasado el crecimiento del PIB fue del 3.7% pero si se ve con detalle los sectores que más influyeron en este incremento veremos que fue la actividad minera la que tuvo un mayor impacto al crecer un 11.6% y al tiempo que otros servicios de intermediación financiera tuvieron un auge interesante. 
Considerando la inestabilidad que presenta la actividad minera debido a una mala legislación que asigna el derecho del subsuelo al Estado y a otros problemas que se derivan de esta situación, no parece que el crecimiento futuro sea estable. El clima de negocios es bastante malo y lo más previsible es que no incrementen las inversiones en nuestro país. Dependiendo de cultivos, como el café, la cosa pinta mal. La roya continuará afectando la producción de café y con ello el nivel de empleo y de divisas por exportaciones. 
¿Qué pasaría de mantenerse el ritmo de endeudamiento y un mal desempeño de la economía real? Es previsible que la calificación de riesgo aumente y el gobierno entre en una situación en la que tenga que acudir al mercado financiero local en cuyo caso podría causar un crowding out y con ello un desabastecimiento de fondos para el sector productivo al tiempo que el banco central perdería reservas para hacer frente a la situación.

El gobierno y las finanzas públicas

Redacción
24 de julio, 2014

El gobierno de Guatemala está siguiendo una tendencia bastante preocupante. En primer lugar, ya he referido en ocasiones anteriores que desde 2012 el gobierno dio un paso en una mala dirección con la aprobación de la conocida reforma fiscal a través de la ley de actualización tributaria. 

Si el gobierno decidió incrementar la presión fiscal uno podría pensar que esperaba mayores ingresos fiscales. Claro está, muchos sabemos que no se trata simplemente de cobrar más impuestos para que la recaudación aumente. El gobierno al fin y al cabo depende, para su recaudación, del desempeño de la economía de la gente de carne y hueso y es solo en la medida que ésta tenga un buen desempeño que la recaudación también lo tendrá. 
Al gobierno no le ha bastado lo anterior y ha procedido a incrementar la deuda pública. En mayo se aprobó con el voto de 146 diputados un préstamo por US$280 millones. Nuevamente fruto de un “consenso” entre los distinguidos parlamentarios. Por supuesto el consenso es un eufemismo para referirse al intercambio de favores que seguramente tuvo lugar para conseguir la aprobación de dicho préstamo. 
Todo esto trae como consecuencia que se marque una tendencia por medio de la cual el gasto público en relación al producto interior bruto venga en un aumento sumamente alarmante. En el año 2000 el nivel de deuda sobre el PIB era del 19,02%. En este 2014 se calcula que el nivel de endeudamiento público sobre el PIB oscilará el 25%. 
La práctica usual de los mandatarios de turno siempre ha sido declarar a los cuatro vientos: “somos el país con el menor nivel de endeudamiento de la región”. Es verdad, pero eso equivale a decir: “los demás lo están haciendo muy mal así que tenemos un amplio margen para hacer las cosas peor”
Lo que no se dice es que de continuar con un ritmo constante de endeudamiento el país perderá cada vez más puntos en las calificaciones de riesgo y cerrará las puertas a préstamos a futuro. De hecho en el mes de junio Fitch Ratings redujo la calificación de riesgo de Guatemala de +BB a BB. 
Guatemala tiene una actividad económica bastante débil. El año pasado el crecimiento del PIB fue del 3.7% pero si se ve con detalle los sectores que más influyeron en este incremento veremos que fue la actividad minera la que tuvo un mayor impacto al crecer un 11.6% y al tiempo que otros servicios de intermediación financiera tuvieron un auge interesante. 
Considerando la inestabilidad que presenta la actividad minera debido a una mala legislación que asigna el derecho del subsuelo al Estado y a otros problemas que se derivan de esta situación, no parece que el crecimiento futuro sea estable. El clima de negocios es bastante malo y lo más previsible es que no incrementen las inversiones en nuestro país. Dependiendo de cultivos, como el café, la cosa pinta mal. La roya continuará afectando la producción de café y con ello el nivel de empleo y de divisas por exportaciones. 
¿Qué pasaría de mantenerse el ritmo de endeudamiento y un mal desempeño de la economía real? Es previsible que la calificación de riesgo aumente y el gobierno entre en una situación en la que tenga que acudir al mercado financiero local en cuyo caso podría causar un crowding out y con ello un desabastecimiento de fondos para el sector productivo al tiempo que el banco central perdería reservas para hacer frente a la situación.