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Crear opinión pública

Redacción
29 de julio, 2014
Hace algunos años, en el curso de un programa de debates, un periodista de la televisión española lanzó una pregunta al entonces Presidente de la Patronal de España, Don José María Cuevas, pidiendo le contestara qué se sentía ser el hombre más poderoso del país. El dirigente empresarial, con mucho aplomo, le replicó diciendo que quien era el llamado a contestar esa pregunta era el propio periodista, pues “ahora el poder no está asociado al dinero o a la organización, sino al hecho de fabricar estados de opinión”. Qué razón tenía. 
Si quisiéramos estudiar un caso interesante de cómo se construye esa opinión, basta leer los medios en las últimas semanas. Un drama que ha existido desde hace muchos años, como lo es la migración ilegal, y ciertamente la migración de infantes no acompañados, entró con toda su fuerza a los titulares y noticias de los principales medios de comunicación nacionales. Este fenómeno, eco de lo que se sucedía ya en los Estados Unidos en el debate político allá, cobró carta de ciudadanía en nuestro país, procurándose primero la construcción de noticia y luego como natural consecuencia, su transformación en agenda política. 
Hay varias facetas interesantes para estudiar en este caso. Primero, el tiempo en que el tema emerge. El calendario político en Estados Unidos ha sido quien lo ha marcado claramente. De pronto, políticos y medios de comunicación americanos que tenían su vista en otro tipo de asuntos, movieron el tema de la migración en su escala de atención a prioridad número uno, al grado de que difícilmente se habla, en los corrillos públicos, de otro asunto que no sea el migratorio. Con ello surge entonces el impulso inicial. Luego, es interesante analizar la trazabilidad de cómo surge y quién lo introduce a nivel nacional. Tal nivel de permanencia en la cobertura y la sincronía, no puede existir por casualidad. En este orden de ideas, no me cabe la menor duda que la colocación del tema tenía un propósito que iba más allá del meramente informativo. A esto se sucede todo un coro de voces que se suman, agregando al análisis del tema, su propio sabor. Así pues la mesa está servida para que esta discusión se mueva del eje social, al de seguridad, al fiscal y finalmente al de la política pública. Puesto esto así, se está a pocos centímetros de dar el empujón final para que los gobiernos tengan que actuar. Como efectivamente ha sucedido. 
Sin duda alguna este tema requiere atención de inmediato, como lo ha requerido siempre. Es un drama social que desgarra a las familias guatemaltecas desde hace muchos años. Pero ha sido hasta ahora, que alguien ha decidido trabajar para la “construcción de un estado de opinión”, y que finalmente ha repercutido en la efectiva movilización de voluntades, recursos e instituciones. Es hacia allí que este artículo ha querido llamar la atención. En una época en que los medios de comunicación cada vez se diversifican más, que tienen mayor presión para encontrar nuevas avenidas de interacción con un público consumidor que se sofistica aceleradamente, el papel de estos medios tradicionales sigue siendo absolutamente imprescindible en la construcción de agenda. Tienen el poder de hacer aparecer o desaparecer temáticas de la mesa de discusión. 
Para los profesionales de la ciencia política o de la comunicación, el caso del tratamiento mediático de los menores migrantes no acompañados les presenta un modelo muy interesante de cómo se construye agenda a través de un esfuerzo mediático sistemático y muy estudiado a nivel de la opinión pública. Solo esperemos que así como las coyunturas políticas marcaron la prioridad del tema, no sean éstas las que nuevamente lo arrinconen como un problema que nadie quiere atender o que es preferible postergarlo para otro momento.

Crear opinión pública

Redacción
29 de julio, 2014
Hace algunos años, en el curso de un programa de debates, un periodista de la televisión española lanzó una pregunta al entonces Presidente de la Patronal de España, Don José María Cuevas, pidiendo le contestara qué se sentía ser el hombre más poderoso del país. El dirigente empresarial, con mucho aplomo, le replicó diciendo que quien era el llamado a contestar esa pregunta era el propio periodista, pues “ahora el poder no está asociado al dinero o a la organización, sino al hecho de fabricar estados de opinión”. Qué razón tenía. 
Si quisiéramos estudiar un caso interesante de cómo se construye esa opinión, basta leer los medios en las últimas semanas. Un drama que ha existido desde hace muchos años, como lo es la migración ilegal, y ciertamente la migración de infantes no acompañados, entró con toda su fuerza a los titulares y noticias de los principales medios de comunicación nacionales. Este fenómeno, eco de lo que se sucedía ya en los Estados Unidos en el debate político allá, cobró carta de ciudadanía en nuestro país, procurándose primero la construcción de noticia y luego como natural consecuencia, su transformación en agenda política. 
Hay varias facetas interesantes para estudiar en este caso. Primero, el tiempo en que el tema emerge. El calendario político en Estados Unidos ha sido quien lo ha marcado claramente. De pronto, políticos y medios de comunicación americanos que tenían su vista en otro tipo de asuntos, movieron el tema de la migración en su escala de atención a prioridad número uno, al grado de que difícilmente se habla, en los corrillos públicos, de otro asunto que no sea el migratorio. Con ello surge entonces el impulso inicial. Luego, es interesante analizar la trazabilidad de cómo surge y quién lo introduce a nivel nacional. Tal nivel de permanencia en la cobertura y la sincronía, no puede existir por casualidad. En este orden de ideas, no me cabe la menor duda que la colocación del tema tenía un propósito que iba más allá del meramente informativo. A esto se sucede todo un coro de voces que se suman, agregando al análisis del tema, su propio sabor. Así pues la mesa está servida para que esta discusión se mueva del eje social, al de seguridad, al fiscal y finalmente al de la política pública. Puesto esto así, se está a pocos centímetros de dar el empujón final para que los gobiernos tengan que actuar. Como efectivamente ha sucedido. 
Sin duda alguna este tema requiere atención de inmediato, como lo ha requerido siempre. Es un drama social que desgarra a las familias guatemaltecas desde hace muchos años. Pero ha sido hasta ahora, que alguien ha decidido trabajar para la “construcción de un estado de opinión”, y que finalmente ha repercutido en la efectiva movilización de voluntades, recursos e instituciones. Es hacia allí que este artículo ha querido llamar la atención. En una época en que los medios de comunicación cada vez se diversifican más, que tienen mayor presión para encontrar nuevas avenidas de interacción con un público consumidor que se sofistica aceleradamente, el papel de estos medios tradicionales sigue siendo absolutamente imprescindible en la construcción de agenda. Tienen el poder de hacer aparecer o desaparecer temáticas de la mesa de discusión. 
Para los profesionales de la ciencia política o de la comunicación, el caso del tratamiento mediático de los menores migrantes no acompañados les presenta un modelo muy interesante de cómo se construye agenda a través de un esfuerzo mediático sistemático y muy estudiado a nivel de la opinión pública. Solo esperemos que así como las coyunturas políticas marcaron la prioridad del tema, no sean éstas las que nuevamente lo arrinconen como un problema que nadie quiere atender o que es preferible postergarlo para otro momento.