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Con o sin cama

Redacción República
29 de septiembre, 2014

A raíz del cuestionamiento de la influencia de grupos de
poder en el trabajo de las Comisiones de Postulación, tanto para la CSJ como
para Sala de Apelaciones, para “colar a sus candidatos” entre los nominados, hace
unas semanas, la vicepresidente Roxana Baldetti en declaraciones a la prensa,
dijo que en el 2004 las elecciones de magistrados de la Corte Suprema de
Justicia (CSJ) se hacían “a dedo y alrededor de una cama”.

Con estas declaraciones, supongo que la vicepresidente quiso
evidenciar que antes la cosa era peor de lo que es ahora, ya que por lo menos
ahora quienes seleccionan a los nominados son una Comisión integrada por
diferentes grupos, entre ellos decanos de universidades y representantes de
colegios de profesionales, entre otros. Estos comisionados están obligados a
hacer públicas las reuniones y proceso de selección, además que el proceso está
abierto a impugnaciones. Esto implica que si hay presión (cosa de la cual no
dudo) por lo menos será discreta, lo cual desde ningún punto de vista la hace
menos detestable.

Después de varias sesiones y otras tantas impugnaciones, los
comisionados eligieron la nómina de veintiséis candidatos a magistrados. Esta
lista fue entregada a los diputados del Congreso para su análisis y elección de
los trece titulares. De manera sorpresiva, al inicio del tercer día de la
entrega de la lista en el Congreso, diputados del partido Libertad Democrática
Renovada (Líder), hasta ese momento de oposición, apoyaron la moción privilegiada
del Partido Patriota (PP) para “entrar a conocer en ese momento” la elección de
magistrados del CSJ.

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Cualquier ingenuo pensaría que la idea era iniciar el
proceso para poder entrevistar y conocer a los nominados en cuestión y así
tomar una decisión de quiénes son los mejores para integrar esa corte. Sin
embargo para lo único que sirvió esa moción fue para demostrar, claramente, que
Líder y ninguno de quienes votaron en esta elección son oposición cuando de
repartirse el botín, el poder y los privilegios se trata.

Ya que con o sin cama de por medio, la lista de “ungidos”
para magistrados (previamente negociada) circulaba en el Congreso antes de las
elecciones con la consigna de votar sólo por ellos. Con o sin cama de por
medio, los diputados se plegaron a los deseos de sus “jefes”, los cuales, por
supuesto que no somos nosotros los que pagamos sus sueldos y que cada cuatro
años piden nuestro voto para “seguir defendiéndonos”.

Con o sin cama de por medio, la cosa no ha cambiado mucho
que hace diez años. Antes se repartían el poder “a dedo y alrededor de una
cama”. Ahora ejercen presión en las comisiones, “cuelan” a sus candidatos y
negocian, con o sin cama, la elección para repartirse las sillas en la Corte.

Ante la burda, descarada y aborrecible tragicomedia
representada por estos diputados, es necesario conocer la lista de quiénes y
cómo votaron en esta elección, ya que el “cuasi-anonimato” los escuda para solo
levantar la patita cual borregos y esconderse entre la manada para después
decirnos que ellos ni estaban ahí. Es tan burda la actuación de estos diputados
que ni siquiera se excusaron mediante el lenguaje atolitario, ni siquiera
intentaron hacernos creer que lo hicieron para proteger la institucionalidad.

Ahora falta esperar las resoluciones a las impugnaciones presentadas
ante la Comisión de Postulación, lo cual deja más enredado el asunto de lo que
ya estaba. ¿Es válida la elección si hay impugnaciones sin resolver? ¿Es válido
elegir magistrados y esperar a que venza el plazo para levantar el acuerdo?
Además de las sillas en la CSJ, ¿qué otras negociaciones hubo de por
medio?¿bonos?¿presupuesto?

Después de las declaraciones de Baldetti, no cabe duda que como dijo Charles Dudley Warner “La política
hace extraños compañeros de cama”

@Md30



Con o sin cama

Redacción República
29 de septiembre, 2014

A raíz del cuestionamiento de la influencia de grupos de
poder en el trabajo de las Comisiones de Postulación, tanto para la CSJ como
para Sala de Apelaciones, para “colar a sus candidatos” entre los nominados, hace
unas semanas, la vicepresidente Roxana Baldetti en declaraciones a la prensa,
dijo que en el 2004 las elecciones de magistrados de la Corte Suprema de
Justicia (CSJ) se hacían “a dedo y alrededor de una cama”.

Con estas declaraciones, supongo que la vicepresidente quiso
evidenciar que antes la cosa era peor de lo que es ahora, ya que por lo menos
ahora quienes seleccionan a los nominados son una Comisión integrada por
diferentes grupos, entre ellos decanos de universidades y representantes de
colegios de profesionales, entre otros. Estos comisionados están obligados a
hacer públicas las reuniones y proceso de selección, además que el proceso está
abierto a impugnaciones. Esto implica que si hay presión (cosa de la cual no
dudo) por lo menos será discreta, lo cual desde ningún punto de vista la hace
menos detestable.

Después de varias sesiones y otras tantas impugnaciones, los
comisionados eligieron la nómina de veintiséis candidatos a magistrados. Esta
lista fue entregada a los diputados del Congreso para su análisis y elección de
los trece titulares. De manera sorpresiva, al inicio del tercer día de la
entrega de la lista en el Congreso, diputados del partido Libertad Democrática
Renovada (Líder), hasta ese momento de oposición, apoyaron la moción privilegiada
del Partido Patriota (PP) para “entrar a conocer en ese momento” la elección de
magistrados del CSJ.

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Cualquier ingenuo pensaría que la idea era iniciar el
proceso para poder entrevistar y conocer a los nominados en cuestión y así
tomar una decisión de quiénes son los mejores para integrar esa corte. Sin
embargo para lo único que sirvió esa moción fue para demostrar, claramente, que
Líder y ninguno de quienes votaron en esta elección son oposición cuando de
repartirse el botín, el poder y los privilegios se trata.

Ya que con o sin cama de por medio, la lista de “ungidos”
para magistrados (previamente negociada) circulaba en el Congreso antes de las
elecciones con la consigna de votar sólo por ellos. Con o sin cama de por
medio, los diputados se plegaron a los deseos de sus “jefes”, los cuales, por
supuesto que no somos nosotros los que pagamos sus sueldos y que cada cuatro
años piden nuestro voto para “seguir defendiéndonos”.

Con o sin cama de por medio, la cosa no ha cambiado mucho
que hace diez años. Antes se repartían el poder “a dedo y alrededor de una
cama”. Ahora ejercen presión en las comisiones, “cuelan” a sus candidatos y
negocian, con o sin cama, la elección para repartirse las sillas en la Corte.

Ante la burda, descarada y aborrecible tragicomedia
representada por estos diputados, es necesario conocer la lista de quiénes y
cómo votaron en esta elección, ya que el “cuasi-anonimato” los escuda para solo
levantar la patita cual borregos y esconderse entre la manada para después
decirnos que ellos ni estaban ahí. Es tan burda la actuación de estos diputados
que ni siquiera se excusaron mediante el lenguaje atolitario, ni siquiera
intentaron hacernos creer que lo hicieron para proteger la institucionalidad.

Ahora falta esperar las resoluciones a las impugnaciones presentadas
ante la Comisión de Postulación, lo cual deja más enredado el asunto de lo que
ya estaba. ¿Es válida la elección si hay impugnaciones sin resolver? ¿Es válido
elegir magistrados y esperar a que venza el plazo para levantar el acuerdo?
Además de las sillas en la CSJ, ¿qué otras negociaciones hubo de por
medio?¿bonos?¿presupuesto?

Después de las declaraciones de Baldetti, no cabe duda que como dijo Charles Dudley Warner “La política
hace extraños compañeros de cama”

@Md30