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“Gracias totales”

Redacción República
08 de septiembre, 2014

Celebrar
un cumpleaños, el de las cinco décadas para ser exacto, con una fiesta
electrónica –esa fue la clave estética—pero no podía faltar, por supuesto, un
tributo al gran Gustavo Cerati, el genio detrás de esa máquina rockera que
todos disfrutamos durante nuestra juventud: Soda Stereo.

Era
mi cumpleaños. La discoteca “Rouge” en el Centro Histórico. Pedí a uno de los
cuatro DJ´s que hiciera una remezcla de canciones de Cerati. Una especie de
homenaje, una especie de nostalgia, una suerte de celebración de vida de un
hombre que con su arte me acompañó fuera de Guatemala, durante todos esos años
que estudié y trabajé fuera de este hermoso país.

DJ
Prozak, DJ Fobia, DJ Rafa Tres, y DJ Ronald Quest fueron quienes tocaron esa
noche. Pedí a Fobia que hiciese la remezcla de canciones de Soda y Cerati que
sin perder la estética de la electrónica, también siguiesen el espíritu de las
letras de Soda. La remezcla quedó respetuosamente vibrante, sí, para celebrar
la vida.

SUSCRIBITE A NUESTRO NEWSLETTER

En
Guatemala debemos celebrar la vida y las grandes obras de nuestros genios
regionales que pocas veces vemos como una canción a la vida en una región de la
muerte. Tal vez porque somos una “Necro-Cracia”, esa paradoja por la cual a más
muertos creemos que más democracia. Estupidez que sólo en estos lares puede
considerarse como “democracia.”

De
hecho, siempre influenciado por la música electrónica, “Dance” sobre todo, mi
vida pasó lejos de Guate.

Soda
Stereo era muy conocido en la región en ese entonces. Yo obtenía su música por
medio de un compañero argentino a quien le escuché esta música en la
universidad en Estados Unidos. Le pedí que me trajese unos “cassettes” de Soda
cuando viajase a Argentina. Y así fue. Por unos dólares, casi sagrados por lo
escaso de ellos durante la vida estudiantil, extranjero, en un país de primer
mundo, pero el gusto es el gusto y ese fue “mi regalo” de navidad.

Era
la segunda mitad de los ochenta y me enganché con Cerati y Soda Stereo. Nunca
pude asistir a un concierto. Muchos dicen, y no lo puedo confirmar, que el de
Perú fue uno de los mejores. Creo que todos fueron excepcionales por la calidad
de música, letras, e ideas muy abstractas que sus letras transmitían.

Icónico
Cerati. El anuncio de los últimos “tours”, o de la despedida, o de la
separación causó revuelo. Cerati siguió solitario su producción. Soda era, para
ponerlo sencillo, sinérgica.

Con
esos “cassettes” en un “walkmen” –sí, lo sé, es prehistoria—viajaba escuchando
canciones de letras crípticas, de ritmo contagioso, de fuerza, en los cuales ya
la “electrónica” iba como parte del todo, sin opacar la fenomenal voz de
Cerati.

Nació
en el 59, unos cinco años antes que yo. Somos de la misma generación, creo que
una de las más creativas, incisivas, y libres que América Latina haya visto, y
la cual ha colocado las bases para una región que se rebeló contra el letargo
colectivista de los 70´s y los 80´s. Inició los 90´s y cerró el segundo milenio
de la era moderna.

Y
todos brincamos a su ritmo. Vos Cerati, gracias totales.

[email protected]

“Gracias totales”

Redacción República
08 de septiembre, 2014

Celebrar
un cumpleaños, el de las cinco décadas para ser exacto, con una fiesta
electrónica –esa fue la clave estética—pero no podía faltar, por supuesto, un
tributo al gran Gustavo Cerati, el genio detrás de esa máquina rockera que
todos disfrutamos durante nuestra juventud: Soda Stereo.

Era
mi cumpleaños. La discoteca “Rouge” en el Centro Histórico. Pedí a uno de los
cuatro DJ´s que hiciera una remezcla de canciones de Cerati. Una especie de
homenaje, una especie de nostalgia, una suerte de celebración de vida de un
hombre que con su arte me acompañó fuera de Guatemala, durante todos esos años
que estudié y trabajé fuera de este hermoso país.

DJ
Prozak, DJ Fobia, DJ Rafa Tres, y DJ Ronald Quest fueron quienes tocaron esa
noche. Pedí a Fobia que hiciese la remezcla de canciones de Soda y Cerati que
sin perder la estética de la electrónica, también siguiesen el espíritu de las
letras de Soda. La remezcla quedó respetuosamente vibrante, sí, para celebrar
la vida.

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En
Guatemala debemos celebrar la vida y las grandes obras de nuestros genios
regionales que pocas veces vemos como una canción a la vida en una región de la
muerte. Tal vez porque somos una “Necro-Cracia”, esa paradoja por la cual a más
muertos creemos que más democracia. Estupidez que sólo en estos lares puede
considerarse como “democracia.”

De
hecho, siempre influenciado por la música electrónica, “Dance” sobre todo, mi
vida pasó lejos de Guate.

Soda
Stereo era muy conocido en la región en ese entonces. Yo obtenía su música por
medio de un compañero argentino a quien le escuché esta música en la
universidad en Estados Unidos. Le pedí que me trajese unos “cassettes” de Soda
cuando viajase a Argentina. Y así fue. Por unos dólares, casi sagrados por lo
escaso de ellos durante la vida estudiantil, extranjero, en un país de primer
mundo, pero el gusto es el gusto y ese fue “mi regalo” de navidad.

Era
la segunda mitad de los ochenta y me enganché con Cerati y Soda Stereo. Nunca
pude asistir a un concierto. Muchos dicen, y no lo puedo confirmar, que el de
Perú fue uno de los mejores. Creo que todos fueron excepcionales por la calidad
de música, letras, e ideas muy abstractas que sus letras transmitían.

Icónico
Cerati. El anuncio de los últimos “tours”, o de la despedida, o de la
separación causó revuelo. Cerati siguió solitario su producción. Soda era, para
ponerlo sencillo, sinérgica.

Con
esos “cassettes” en un “walkmen” –sí, lo sé, es prehistoria—viajaba escuchando
canciones de letras crípticas, de ritmo contagioso, de fuerza, en los cuales ya
la “electrónica” iba como parte del todo, sin opacar la fenomenal voz de
Cerati.

Nació
en el 59, unos cinco años antes que yo. Somos de la misma generación, creo que
una de las más creativas, incisivas, y libres que América Latina haya visto, y
la cual ha colocado las bases para una región que se rebeló contra el letargo
colectivista de los 70´s y los 80´s. Inició los 90´s y cerró el segundo milenio
de la era moderna.

Y
todos brincamos a su ritmo. Vos Cerati, gracias totales.

[email protected]