Con la excusa de fortalecer el Sistema de Justicia, la autodenominada “sociedad civil” –infaltables cuando se trata de obtener privilegios o debilitar al Estado-, la Comunidad Internacional y exfuncionarios de gobierno como Edgar Gutiérrez, Eduardo Stein y Frank La Rue, solicitaron a la ONU la creación en Guatemala de una Comisión de apoyo para “desmantelar aparatos clandestinos enquistados en el Estado con el propósito de facilitar impunidad”. Eso dijeron, esa fue la excusa para que este experimento jurídico/social se llevara a cabo en Guatemala pero los verdaderos motivos y los resultados sabemos bien que fueron otros.

Luego de varias modificaciones, cambios de nombre y búsqueda de financiamiento, la CICIG se organizó con el aval del gobierno de turno y la ONU mediante un acuerdo que le permite establecerse desde 2,007 en nuestro territorio con inmunidad diplomática para sus miembros, exoneración de impuestos y toda clase de privilegios que sólo fomentaron la creación de una entidad supranacional poderosa, que inclusive salvó al gobierno de facto de Sandra Torres por el Caso Rosenberg y logró que destituyeran al Fiscal General Conrado Reyes, por mencionar dos ejemplos pero hay otros casos mediáticos que es necesario mencionar.

“CICIG DESARTICULA RED DE CRIMEN ORGANIZADO EN SISTEMA PENITENCIARIO”

¿Impactantes titulares no? ¿Qué hay detrás de esta investigación y su exposición mediática masiva, justo en el aniversario de este apéndice que la ONU desconoce oficialmente, pero que opera impunemente en Guatemala?

Lo que los medios han dado en llamar “Caso Lima”, es un plan cuidadosamente elaborado y cronometrado por los sectores más retrógrados y radicales de la izquierda internacional, para obtener la tan ansiada prórroga del mandato de la CICIG en nuestro país. Todo el show, la intensa propaganda y los blancos políticos cuidadosamente seleccionados, tienen este único objetivo: QUE SE RATIFIQUE UNA PRÓRROGA PARA EL MANDATO DE CICIG, y pretenden lograrlo mediante la farsa, el terrorismo mediático, el chantaje y la presión extranjera sobre el Estado guatemalteco.

No es para nada casual que justo al mismo tiempo en el que se llevan a cabo las capturas y se destapa la corrupción en el Sistema Penitenciario, se levante en voz de la “sociedad civil” la matriz de opinión que “la CICIG ya está dando resultados y necesita más tiempo, debe darse la continuidad en su ejercicio”. Esto lo vemos desde los mismos activistas, “periodistas” reconocidos como faferos, políticos y algunos funcionarios de gobierno. Esta debacle en Presidios es un problema de larga data que nadie ha querido resolver, y los que lo han intentado ya han purgado prisión o están hoy condenados a cadena perpetua en Suiza.

Aunque el presidente Otto Pérez Molina descartó públicamente que este organismo extranjero permanezca en Guatemala más allá de septiembre del 2,015 -Emisoras Unidas y Guatevisión, declaraciones 08/09/14-, también los ciudadanos hemos visto cómo el otrora “general y kaibil”, da marcha atrás en decisiones ya tomadas a la más mínima presión de los vividores que lucran de la falsa defensa de los Derechos Humanos. Por tal razón no sería nada extraño que nuevamente actúe de manera miedosa y cobarde, firmando, al final, esta prórroga rechazada por la mayoría de los guatemaltecos.

Es en este punto que los guatemaltecos debemos pronunciarnos y EXIGIR que de una vez por todas este organismo intruso abandone el territorio nacional. Ya es hora que la Comisión Intrusa Contra la Institucionalidad de Guatemala (CICIG) se marche por donde vino ya que se constituyó como un órgano paralelo enquistado en el Sistema Judicial que lesiona nuestra soberanía y debilita aún más la estructura del Estado.

¡ YA BASTA #FueraCICIG !