Le damos la bienvenida al 2015, que no se hizo esperar para a dar las primeras pinceladas en lo que desde hace tiempo pintaba ser un año bastante complejo para la agenda nacional. Desde hace algunos meses sabíamos que las características particulares de este año lo convertirían en uno de los más impredecibles de la última década. La contienda electoral sin lugar a dudas será el tema más importante para los guatemaltecos, tomando en consideración la realidad que azota a nuestro país y los grandes desafíos que aun debemos de superar en nuestro afán de encontrar verdadero desarrollo.

Sin embargo las mismas cualidades del 2015, deben necesariamente hacer hincapié en otros temas fundamentales para la agenda del país como lo son la corrupción y la transparencia. En un año en el que estaremos plagados de propuestas, ofrecimientos y un desmedido uso de propaganda proselitista no se puede dejar pasar desapercibido una de las más importantes luchas que a nivel global tenemos en el siglo 21. Es evidente que a nivel mundial la tendencia va dirigida precisamente a abordar estos temas por el creciente clamor social que se muestra inconforme por la alza en los indices de corrupción y las pusilánimes gestiones de los gobiernos en cuanto a transparencia se refiere. La ciudadanía pone cada vez más en manifiesto la urgente necesidad de un cambio claro, urgente y efectivo en la actitud de parte de nuestros actores políticos al abordar esta problemática.

Varios estudios demuestran que alrededor del mundo cada vez más personas claman por que sus gobiernos mejoren los niveles de transparencia y que exista voluntad entre los partidos políticos para luchar contra la corrupción. Ejemplos recientes como el de España, en donde el gobierno ha tenido que dar la cara a la población ibérica por los escándalos de corrupción ligados al partido oficial, demuestran que cada vez más hay menos tolerancia a este tipo de actividades y que la ciudadanía no va a permitir que los funcionarios públicos sigan abusando.

Es por esta razón que el 2015 en Guatemala debe de traer la mesa este debate, haciéndolo resonar a manera que se genera cada vez más presión para avanzar en estos temas. En las anteriores elecciones nuestros partidos políticos convenientemente han prestado muy poca atención a la lucha contra la corrupción. Ahora es oportuno que estos mismos partidos aborden el tema con la seriedad del caso y de esa forma presenten planes de gobierno con políticas que vayan acorde a las exigencias de la población. Se debe de buscar un consenso general de parte de todos los actores de nuestra sociedad para introducir reformas eficientes a nuestro marco legal, institucional y educativo. De igual manera la sociedad guatemalteca, con la participación activa de personas e instituciones independientes de la sociedad civil, debe de ser vigilante y más importante debe actuar con firmeza a la hora de que se evidencien actos de corrupción. Es únicamente de esta manera lograremos avances en la materia.

Si buscamos verdadero desarrollo, debemos primero configurar gobiernos que respondan única y exclusivamente a su mandato y sean respetuosos de la ley. Exigir mas transparencia es nuestro derecho, y los partidos políticos deben de reconocer que su margen de maniobra cada día se irá reduciendo de no hacer nada al respecto. Urge rendición de cuentas de parte de nuestras autoridades para garantizar gobiernos más transparentes, eficientes y con mejores resultados.

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