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Entonces ¿En qué quedamos?

Adriana Lopez
27 de noviembre, 2015

Los doctores y pacientes de los hospitales nacionales están manifestando en las calles por la falta de insumos para atender y ser aliviados, respectivamente. Los medios de comunicación ponen updates cada cierto tiempo con los datos más importantes que se dan en las conferencias de prensa y he escuchado a muchas personas hablar de la falta de atención que hay en los hospitales. Miles de personas acuden diariamente a las instalaciones de los hospitales para que se les brinde la medicina que mantiene su salud estable (entiéndase acá que hablo de los accidentados, enfermos crónicos, personas de la tercera edad, etc.)

Para muchas personas, su vida literalmente depende de los hospitales públicos. A veces nos cuesta imaginarlo, pero es cierto: hay un mundo crudo más allá de la burbuja en la que vivimos y es un hecho que en Guatemala hay hombres, mujeres y niños cuyo único medio para cuidar su salud o aliviar un dolor físico, es el hospital público.

El problema existe, pero es imperceptible para todos nosotros que sí podemos darnos el lujo de pagarle al doctor de la familia una buena cuota cada vez que sentimos un pequeño malestar. Ya sabe, ser el clásico tipo que cambia de canal cuando el presentador dice: “Y en los hospitales sigue la crisis de bla bla bla” Y hasta llega uno a preguntarse, “¿Pero cuál es el gran alboroto en los hospitales?” Y la respuesta es, que hay vidas en juego cada vez que los doctores le anuncian al país que ya no tienen más para dar.

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Para ajuste de cuentas, acaba de ser noticia que nuestra ex-vicepresidenta ha gastado ya más de Q17,000 en exámenes médicos, aún cuando está privada de libertad. Y diga usted que me abstuve de reescribir más actos vergonzosos que nuestros exgobernantes han cometido a través del tiempo sin medir tan solo un poco las consecuencias.

Si a usted le enoja que en el gobierno roben dinero, hagan contratos ilícitos y jueguen con la salud de los guatemaltecos; hágase por favor esta pregunta: ¿Qué está haciendo usted que lo haga diferente a ellos? ¿Está bien informado, por lo menos, de lo que está pasando? Informarse y mostrar interés en la causa, es vital para el cambio. Cuando usted conoce el problema, puede brindar soluciones. Cuando usted conoce sus derechos, puede exigir que se cumplan y cuando usted sabe de lo que está hablando, es más fácil que le presten atención.

Como siempre digo, el problema no vamos a solucionarlo nosotros solos. Pero el apoyo que podríamos dar, siempre va a acelerar el proceso. Para terminar quiero recordar las palabras de Desmond Tutu: “Si eres neutral en situaciones de injusticia, has elegido el lado del opresor.” ¿Hace cuánto tiempo que estamos del lado equivocado?

Entonces ¿En qué quedamos?

Adriana Lopez
27 de noviembre, 2015

Los doctores y pacientes de los hospitales nacionales están manifestando en las calles por la falta de insumos para atender y ser aliviados, respectivamente. Los medios de comunicación ponen updates cada cierto tiempo con los datos más importantes que se dan en las conferencias de prensa y he escuchado a muchas personas hablar de la falta de atención que hay en los hospitales. Miles de personas acuden diariamente a las instalaciones de los hospitales para que se les brinde la medicina que mantiene su salud estable (entiéndase acá que hablo de los accidentados, enfermos crónicos, personas de la tercera edad, etc.)

Para muchas personas, su vida literalmente depende de los hospitales públicos. A veces nos cuesta imaginarlo, pero es cierto: hay un mundo crudo más allá de la burbuja en la que vivimos y es un hecho que en Guatemala hay hombres, mujeres y niños cuyo único medio para cuidar su salud o aliviar un dolor físico, es el hospital público.

El problema existe, pero es imperceptible para todos nosotros que sí podemos darnos el lujo de pagarle al doctor de la familia una buena cuota cada vez que sentimos un pequeño malestar. Ya sabe, ser el clásico tipo que cambia de canal cuando el presentador dice: “Y en los hospitales sigue la crisis de bla bla bla” Y hasta llega uno a preguntarse, “¿Pero cuál es el gran alboroto en los hospitales?” Y la respuesta es, que hay vidas en juego cada vez que los doctores le anuncian al país que ya no tienen más para dar.

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Para ajuste de cuentas, acaba de ser noticia que nuestra ex-vicepresidenta ha gastado ya más de Q17,000 en exámenes médicos, aún cuando está privada de libertad. Y diga usted que me abstuve de reescribir más actos vergonzosos que nuestros exgobernantes han cometido a través del tiempo sin medir tan solo un poco las consecuencias.

Si a usted le enoja que en el gobierno roben dinero, hagan contratos ilícitos y jueguen con la salud de los guatemaltecos; hágase por favor esta pregunta: ¿Qué está haciendo usted que lo haga diferente a ellos? ¿Está bien informado, por lo menos, de lo que está pasando? Informarse y mostrar interés en la causa, es vital para el cambio. Cuando usted conoce el problema, puede brindar soluciones. Cuando usted conoce sus derechos, puede exigir que se cumplan y cuando usted sabe de lo que está hablando, es más fácil que le presten atención.

Como siempre digo, el problema no vamos a solucionarlo nosotros solos. Pero el apoyo que podríamos dar, siempre va a acelerar el proceso. Para terminar quiero recordar las palabras de Desmond Tutu: “Si eres neutral en situaciones de injusticia, has elegido el lado del opresor.” ¿Hace cuánto tiempo que estamos del lado equivocado?