La violencia y la inseguridad, son factores que han limitado el crecimiento económico en nuestro país, durante varios años. A partir del 2009, el número de homicidios llegó a 46 por cada 100,000 habitantes, lo cual generó una reacción importante por parte de las autoridades de seguridad, así como un fuerte acompañamiento del sector privado y la sociedad civil, de buscar soluciones conjuntas para comenzar a reducir este flagelo. El Encuentro Nacional de Empresarios (ENADE) en su edición del 2009, precisamente enfocó su tema central en Seguridad, Justicia y Desarrollo, para mostrar programas que podían implementarse como centros de monitoreo, programas de tecnología que mostraran los círculos de calor donde se producen los crímenes y que estos fueran reportados por la ciudadanía, mayor coordinación entre el gobierno y la sociedad civil en buscar soluciones conjuntas al fenómeno.
Esta serie de acciones, que pasaron de ser simples propuestas a realidades concretas, han ayudado a reducir la violencia homicida en el país, logrando llegar a terminar el 2014 con una tasa de 31 homicidios por cada 100,000 habitantes (la menor tasa en 18 años). El haber replicado muchos programas e iniciativas, similares a los que se hicieron en Colombia en su momento, ha sido determinante para que nuestro país esté casi llegando a igualar al país sudamericano, que tiene una tasa de 28 homicidios por cada 100,000 habitantes (meta a la que se comprometió el Presidente en el ENADE del año pasado para el 2015).
Un estudio publicado por la Coalición por la Seguridad Ciudadana, demuestra cómo el triángulo norte de Centroamérica en general, ha logrado reducir su tasa de homicidios. El impacto positivo de la reducción en la tasa de homicidios ha impactado positivamente en el índice mensual de la actividad económica, el cual ha mejorado gracias a la reducción de la violencia en el país.
Con estas buenas noticias, tampoco podemos tapar el sol con un dedo. Cualquier país con una tasa mayor a los 10 homicidios por cada 100,000 habitantes, es considerado por tener una epidemia según la Organización Mundial para la Salud. Incluso hay municipios como San José en Escuintla o Teculután en Zacapa, considerados extremadamente peligrosos, con tasas de 153 o 132 homicidios por cada 100,000 habitantes respectivamente. Por ello, es importante que los alcaldes generen dentro de sus propuestas: iniciativas para prevenir la violencia y con ello lograr incidir positivamente en generar un clima más propicio a la atracción de inversión. Recordemos que mientras más seguridad exista, mayor será el crecimiento económico y esto generará un círculo virtuoso de desarrollo.
Fuente: http://www.fundesa.org.gt/cms/es/cides/coalicion-por-la-seguridad-ciudadana.html
@jczapata_s
La violencia y la inseguridad, son factores que han limitado el crecimiento económico en nuestro país, durante varios años. A partir del 2009, el número de homicidios llegó a 46 por cada 100,000 habitantes, lo cual generó una reacción importante por parte de las autoridades de seguridad, así como un fuerte acompañamiento del sector privado y la sociedad civil, de buscar soluciones conjuntas para comenzar a reducir este flagelo. El Encuentro Nacional de Empresarios (ENADE) en su edición del 2009, precisamente enfocó su tema central en Seguridad, Justicia y Desarrollo, para mostrar programas que podían implementarse como centros de monitoreo, programas de tecnología que mostraran los círculos de calor donde se producen los crímenes y que estos fueran reportados por la ciudadanía, mayor coordinación entre el gobierno y la sociedad civil en buscar soluciones conjuntas al fenómeno.
Esta serie de acciones, que pasaron de ser simples propuestas a realidades concretas, han ayudado a reducir la violencia homicida en el país, logrando llegar a terminar el 2014 con una tasa de 31 homicidios por cada 100,000 habitantes (la menor tasa en 18 años). El haber replicado muchos programas e iniciativas, similares a los que se hicieron en Colombia en su momento, ha sido determinante para que nuestro país esté casi llegando a igualar al país sudamericano, que tiene una tasa de 28 homicidios por cada 100,000 habitantes (meta a la que se comprometió el Presidente en el ENADE del año pasado para el 2015).
Un estudio publicado por la Coalición por la Seguridad Ciudadana, demuestra cómo el triángulo norte de Centroamérica en general, ha logrado reducir su tasa de homicidios. El impacto positivo de la reducción en la tasa de homicidios ha impactado positivamente en el índice mensual de la actividad económica, el cual ha mejorado gracias a la reducción de la violencia en el país.
Con estas buenas noticias, tampoco podemos tapar el sol con un dedo. Cualquier país con una tasa mayor a los 10 homicidios por cada 100,000 habitantes, es considerado por tener una epidemia según la Organización Mundial para la Salud. Incluso hay municipios como San José en Escuintla o Teculután en Zacapa, considerados extremadamente peligrosos, con tasas de 153 o 132 homicidios por cada 100,000 habitantes respectivamente. Por ello, es importante que los alcaldes generen dentro de sus propuestas: iniciativas para prevenir la violencia y con ello lograr incidir positivamente en generar un clima más propicio a la atracción de inversión. Recordemos que mientras más seguridad exista, mayor será el crecimiento económico y esto generará un círculo virtuoso de desarrollo.
Fuente: http://www.fundesa.org.gt/cms/es/cides/coalicion-por-la-seguridad-ciudadana.html
@jczapata_s