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Mito del beneficio del consumo

Redacción
10 de marzo, 2015

Fue un día gris para la ciencia económica cuando se popularizó la idea que el consumo es el motor del crecimiento.  Este gran error ha generado tanta confusión y hoy en día es apoyada no solo por comentaristas y políticos, sino por la gran mayoría de economistas (“consumistas”).  Comúnmente se cree que una crisis económica tiene su causa en una disminución del consumo, sin embargo la baja en el consumo es usualmente el síntoma de una crisis, no su causa.  El nivel de consumo es un indicador muy útil, transmite información importante sobre la actividad económica de un país y es un indicador predictivo, ya que lo primero que las personas ajustan cuando tienen problemas financieros es su nivel de consumo.  Y es precisamente por esa razón que cuando se observa una disminución generalizada en el consumo es cuando la economía ya está en problemas.
El consumo es el fin de toda actividad económica, la gente trabaja para consumir, produce para consumir y ahorra para consumir en el futuro.  El consumo refleja nuestras preferencias, consumimos primero lo más urgente y dejamos de consumir lo menos urgente, y es insaciable, ya que nuestras necesidades y deseos son, en teoría, ilimitados.  Para poder tener la posibilidad de consumir es necesario haber realizado una actividad de producción previa.  Inclusive Robinson Crusoe, antes de poder consumir una fruta primero debe realizar algunos movimientos físicos que le permitirán tener dicho alimento.  En una economía industrializada únicamente los que han llevado bienes o servicios al mercado pueden consumir, el consumo es la recompensa que tienen las personas que han sido productivas.  Al final de cada día las personas cuentan con una cantidad de dinero que se deriva directamente de su producción.  El gobierno usualmente no es parte del aparato productivo, pero sus funcionarios obtienen ingresos tasando la actividad productiva de otros, por lo que, inclusive lo que consume el gobierno y sus funcionarios provino de una producción previa.  Vemos que la única forma de incrementar el consumo es primero incrementando la producción.

Sin embargo, para los consumistas una forma de estimular la economía es por medio del incremento ‘artificial’ del consumo.  Según el argumento, una vez se incremente el consumo los productores observarán un incremento en la demanda de productos, lo cual los llevará a incrementar la producción, aumentando el empleo y así estimulando la economía.  Los mecanismos para aumentar el consumo son varios, por ejemplo el economista John Maynard Keynes famosamente dijo que lo ideal es que el gobierno realice proyectos de infraestructura, pero que enterrando dinero en minas abandonadas para que la población lo excave o tirando dinero desde un helicóptero también serían formas efectivas de estimular el consumo.  El argumento es provocativo, ha logrado seducir a varias generaciones de políticos y hasta ha influenciado la forma de analizar la economía, sin embargo no es difícil ver las deficiencias de esta política.  Una sociedad que consume más de lo que produce entrará en problemas de solvencia, esto aplica de la misma forma a todos los individuos, familias y empresas.

Cualquier persona, familia o sociedad que quiera incrementar su riqueza tiene que consumir menos y ahorrar más, el ahorro es el camino hacia el desarrollo, no el consumo.  Los proponentes de este pensamiento sostienen que al incrementar el ahorro incrementa el capital de una sociedad (“capitalistas”), lo cual permite incrementar la producción y el consumo futuro.  Keynes y los consumistas creen que es dañino para la economía si todos ahorramos y los capitalistas creen completamente lo contrario.  Este es uno de los grandes debates de nuestra época, y lamentablemente hasta ahora los consumistas están ganando.

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Es importante regresar al argumento inicial, todo consumo requiere de un acto de producción previo, los consumistas ignoran esto y utilizan el dinero como mecanismo para ‘engañar’ a la economía.  Quieren que las sociedades consuman más sin haber producido más.  Pero como dijo una gran filósofa, “la realidad existe”, no podemos engañar a la realidad, solo a nosotros mismos.  El consumismo puede aliviar la situación en el corto plazo, pero sus errores serán expuestos tarde o temprano, como el hombre que toma café para aliviar el sueño, el efecto durará un tiempo, pero al final del día tendrá que dormir.  Medir el nivel de consumo es importante para el análisis económico, pero la clave está en encontrar las razones por la cual disminuyó o aumento el consumo, se deber ver el nivel de consumo como el último paso de un gran número de procesos previos, y no como el inicio del proceso económico.

Mito del beneficio del consumo

Redacción
10 de marzo, 2015

Fue un día gris para la ciencia económica cuando se popularizó la idea que el consumo es el motor del crecimiento.  Este gran error ha generado tanta confusión y hoy en día es apoyada no solo por comentaristas y políticos, sino por la gran mayoría de economistas (“consumistas”).  Comúnmente se cree que una crisis económica tiene su causa en una disminución del consumo, sin embargo la baja en el consumo es usualmente el síntoma de una crisis, no su causa.  El nivel de consumo es un indicador muy útil, transmite información importante sobre la actividad económica de un país y es un indicador predictivo, ya que lo primero que las personas ajustan cuando tienen problemas financieros es su nivel de consumo.  Y es precisamente por esa razón que cuando se observa una disminución generalizada en el consumo es cuando la economía ya está en problemas.
El consumo es el fin de toda actividad económica, la gente trabaja para consumir, produce para consumir y ahorra para consumir en el futuro.  El consumo refleja nuestras preferencias, consumimos primero lo más urgente y dejamos de consumir lo menos urgente, y es insaciable, ya que nuestras necesidades y deseos son, en teoría, ilimitados.  Para poder tener la posibilidad de consumir es necesario haber realizado una actividad de producción previa.  Inclusive Robinson Crusoe, antes de poder consumir una fruta primero debe realizar algunos movimientos físicos que le permitirán tener dicho alimento.  En una economía industrializada únicamente los que han llevado bienes o servicios al mercado pueden consumir, el consumo es la recompensa que tienen las personas que han sido productivas.  Al final de cada día las personas cuentan con una cantidad de dinero que se deriva directamente de su producción.  El gobierno usualmente no es parte del aparato productivo, pero sus funcionarios obtienen ingresos tasando la actividad productiva de otros, por lo que, inclusive lo que consume el gobierno y sus funcionarios provino de una producción previa.  Vemos que la única forma de incrementar el consumo es primero incrementando la producción.

Sin embargo, para los consumistas una forma de estimular la economía es por medio del incremento ‘artificial’ del consumo.  Según el argumento, una vez se incremente el consumo los productores observarán un incremento en la demanda de productos, lo cual los llevará a incrementar la producción, aumentando el empleo y así estimulando la economía.  Los mecanismos para aumentar el consumo son varios, por ejemplo el economista John Maynard Keynes famosamente dijo que lo ideal es que el gobierno realice proyectos de infraestructura, pero que enterrando dinero en minas abandonadas para que la población lo excave o tirando dinero desde un helicóptero también serían formas efectivas de estimular el consumo.  El argumento es provocativo, ha logrado seducir a varias generaciones de políticos y hasta ha influenciado la forma de analizar la economía, sin embargo no es difícil ver las deficiencias de esta política.  Una sociedad que consume más de lo que produce entrará en problemas de solvencia, esto aplica de la misma forma a todos los individuos, familias y empresas.

Cualquier persona, familia o sociedad que quiera incrementar su riqueza tiene que consumir menos y ahorrar más, el ahorro es el camino hacia el desarrollo, no el consumo.  Los proponentes de este pensamiento sostienen que al incrementar el ahorro incrementa el capital de una sociedad (“capitalistas”), lo cual permite incrementar la producción y el consumo futuro.  Keynes y los consumistas creen que es dañino para la economía si todos ahorramos y los capitalistas creen completamente lo contrario.  Este es uno de los grandes debates de nuestra época, y lamentablemente hasta ahora los consumistas están ganando.

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Es importante regresar al argumento inicial, todo consumo requiere de un acto de producción previo, los consumistas ignoran esto y utilizan el dinero como mecanismo para ‘engañar’ a la economía.  Quieren que las sociedades consuman más sin haber producido más.  Pero como dijo una gran filósofa, “la realidad existe”, no podemos engañar a la realidad, solo a nosotros mismos.  El consumismo puede aliviar la situación en el corto plazo, pero sus errores serán expuestos tarde o temprano, como el hombre que toma café para aliviar el sueño, el efecto durará un tiempo, pero al final del día tendrá que dormir.  Medir el nivel de consumo es importante para el análisis económico, pero la clave está en encontrar las razones por la cual disminuyó o aumento el consumo, se deber ver el nivel de consumo como el último paso de un gran número de procesos previos, y no como el inicio del proceso económico.