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¡Bienvenidos a Casa Embajadores de la Paz!

Redacción
15 de marzo, 2015

El día 11 de marzo arribaron al país los 150 integrantes del XIV Contingente de Fuerzas Especiales que se encontraban desplegados en la República Democrática del Congo como parte del componente militar de la misión de Naciones Unidas para la Estabilización del Congo (MONUSCO). Como ciudadano guatemalteco me es muy grato que hayan retornado a casa sin novedad ni bajas que lamentar. La misión que cumplen los soldados guatemaltecos en el Congo no es sencilla. Requiere tiempo, sacrificio y esfuerzo. Muchas veces lo más difícil no son las operaciones militares, entrenamiento rutinario o el sol abrasador y las inclemencias del tiempo. Lo más difícil de estas misiones es la separación de más de nueve meses de los integrantes y sus seres queridos.

El Ejército de Guatemala ha contribuido enormemente a la estabilización del Congo, habiendo estado presente en las áreas de conflicto más difíciles durante los momentos de mayor tensión, crisis y violencia, en la cual incluso algunos valientes kaibiles ofrendaron sus vidas al servicio de la paz. El trabajo que realizan los miembros de un contingente es increíble pero se desconoce en Guatemala. Muchas misiones involucran realizar patrullas o reconocimientos de búsqueda y confirmación de información en lugares muy remotos e inaccesibles en medio de la jungla africana. Otras son más serias y se hacen para asegurar la protección de la población civil. Algunas misiones que se podrían considerar rutinarias son las más irónicas ya que consisten en proporcionarle escolta y seguridad a los grupos de Derechos Humanos, agencias y organizaciones civiles que muchas veces son los mayores críticos de los kaibiles y el Ejército de Guatemala en nuestra tierra pero que en suelo ajeno hasta le han otorgado al contingente guatemalteco reconocimientos por su profesionalismo y respeto a los Derechos Humanos.

Lo que me parece una falta de respeto, decoro y civismo es la actitud tomada por el diputado por Petén MANUEL BARQUIN del partido LIDER de solicitar a la Sala Regional Mixta de la Corte de Apelaciones del Departamento de Petén un amparo para que se impidiera el traslado del contingente a las instalaciones del Comando Aéreo del Norte en dónde se habían hecho todos los preparativos por parte del Ministerio de la Defensa para recibir y albergar a los recién llegados. El diputado Barquín no solo abusa de autoridad sino que se extralimita en sus funciones ya que como diputado únicamente puede legislar y fiscalizar. Es más, hasta para la interpelación, de acuerdo a la Constitución Política de la República el Congreso no puede interpelar en cuestiones de operaciones militares pendientes o asuntos diplomáticos. Esta misión cubre los dos ámbitos ya que no ha finalizado hasta el retorno de los elementos a sus unidades después de la cuarentena y desintegración del Contingente.

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El amparo otorgado es inconstitucional. En primer lugar, violenta la libre locomoción de ciudadanos como usted y yo al prohibirles a los soldados llegar a su destino en Petén. En segundo lugar, interfiere con el cumplimiento de una operación en curso del Ejército, el cuál responde a su mandato constitucional del artículo 244 de la Constitución Política de la República. Por si fuera poco, esta interferencia por parte del diputado Barquín atenta contra la estructura y jerarquía del mismo e impide la operación programada, lo que le hace incurrir en costos adicionales no proyectados, aparte del efecto psicológico contrario que tiene en quienes están retornando, sus familias y la población desinformada y manipulada por motivos políticos que estará con temor y paranoia a una enfermedad que no está presente en el Congo actualmente y que no ha contagiado a ningún soldado. Este estigma que el diputado Barquín les ha marcado en la frente a nuestros soldados será difícil de borrar, por lo que él se debe responsabilizar de esto como se responsabiliza a alguien por el delito de pánico financiero.

El diputado Barquín es una vergüenza para Guatemala. Debería renunciar y pedirles perdón al pueblo de Guatemala y al Ejército. Si su lógica fuera sensata entonces se daría cuenta que es mejor tener una instalación de cuarentena en el territorio de menor densidad poblacional como lo es Petén con 17.1 hab/Km2 (Cifras para el Desarrollo Humano Petén, PNUD 2011) que en el departamento de Guatemala con 1,377.6 hab/Km2 (Cifras para el Desarrollo Humano Guatemala, PNUD 2011) donde se ubica la Brigada Militar Mariscal Zavala. Se daría cuenta también el inteligentísimo diputado que entonces es mejor que el Ejército no cumpla con el mandato constitucional estipulado en el artículo 249 de prestar su cooperación en “situaciones de emergencia o calamidad pública” porque pudiera ser que algún soldado contagie a la población de gripe o diarrea. ¡Ridículo! Ya quisiera verlo en tiempos de un terremoto, inundación o erupción volcánica.

Invito al diputado Barquín a que viaje a la República Democrática del Congo y al campamento de tránsito en la ciudad de Entebbe, Uganda para vivir él mismo los procedimientos y controles sanitarios a los que se sometieron los soldados antes de venir y de paso para que dé una vuelta a pie acompañando a los soldados para sentir lo que sienten ellos durante sus misiones, yo lo conozco porque lo he vivido. Que nos cuente después como siente los brazos luego de recibir incontables inyecciones y sacadas de sangre para pruebas, o las fiebres y reacciones que dan algunas de las vacunas.

Al final del día no importa donde se quedan los soldados. Ellos tienen derecho a estar en instalaciones adecuadas y cómodas luego de haber servido a nuestro país en tierras lejanas y portado con orgullo la bandera de Guatemala en el hombro, poniendo en alto el nombre de Guatemala entre otras unidades militares. Lo que se merecen nuestros compatriotas uniformados es la más calurosa bienvenida y la mejor de las atenciones. ¡Bienvenidos kaibiles, valientes guerreros y embajadores de la paz!

¡Bienvenidos a Casa Embajadores de la Paz!

Redacción
15 de marzo, 2015

El día 11 de marzo arribaron al país los 150 integrantes del XIV Contingente de Fuerzas Especiales que se encontraban desplegados en la República Democrática del Congo como parte del componente militar de la misión de Naciones Unidas para la Estabilización del Congo (MONUSCO). Como ciudadano guatemalteco me es muy grato que hayan retornado a casa sin novedad ni bajas que lamentar. La misión que cumplen los soldados guatemaltecos en el Congo no es sencilla. Requiere tiempo, sacrificio y esfuerzo. Muchas veces lo más difícil no son las operaciones militares, entrenamiento rutinario o el sol abrasador y las inclemencias del tiempo. Lo más difícil de estas misiones es la separación de más de nueve meses de los integrantes y sus seres queridos.

El Ejército de Guatemala ha contribuido enormemente a la estabilización del Congo, habiendo estado presente en las áreas de conflicto más difíciles durante los momentos de mayor tensión, crisis y violencia, en la cual incluso algunos valientes kaibiles ofrendaron sus vidas al servicio de la paz. El trabajo que realizan los miembros de un contingente es increíble pero se desconoce en Guatemala. Muchas misiones involucran realizar patrullas o reconocimientos de búsqueda y confirmación de información en lugares muy remotos e inaccesibles en medio de la jungla africana. Otras son más serias y se hacen para asegurar la protección de la población civil. Algunas misiones que se podrían considerar rutinarias son las más irónicas ya que consisten en proporcionarle escolta y seguridad a los grupos de Derechos Humanos, agencias y organizaciones civiles que muchas veces son los mayores críticos de los kaibiles y el Ejército de Guatemala en nuestra tierra pero que en suelo ajeno hasta le han otorgado al contingente guatemalteco reconocimientos por su profesionalismo y respeto a los Derechos Humanos.

Lo que me parece una falta de respeto, decoro y civismo es la actitud tomada por el diputado por Petén MANUEL BARQUIN del partido LIDER de solicitar a la Sala Regional Mixta de la Corte de Apelaciones del Departamento de Petén un amparo para que se impidiera el traslado del contingente a las instalaciones del Comando Aéreo del Norte en dónde se habían hecho todos los preparativos por parte del Ministerio de la Defensa para recibir y albergar a los recién llegados. El diputado Barquín no solo abusa de autoridad sino que se extralimita en sus funciones ya que como diputado únicamente puede legislar y fiscalizar. Es más, hasta para la interpelación, de acuerdo a la Constitución Política de la República el Congreso no puede interpelar en cuestiones de operaciones militares pendientes o asuntos diplomáticos. Esta misión cubre los dos ámbitos ya que no ha finalizado hasta el retorno de los elementos a sus unidades después de la cuarentena y desintegración del Contingente.

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El amparo otorgado es inconstitucional. En primer lugar, violenta la libre locomoción de ciudadanos como usted y yo al prohibirles a los soldados llegar a su destino en Petén. En segundo lugar, interfiere con el cumplimiento de una operación en curso del Ejército, el cuál responde a su mandato constitucional del artículo 244 de la Constitución Política de la República. Por si fuera poco, esta interferencia por parte del diputado Barquín atenta contra la estructura y jerarquía del mismo e impide la operación programada, lo que le hace incurrir en costos adicionales no proyectados, aparte del efecto psicológico contrario que tiene en quienes están retornando, sus familias y la población desinformada y manipulada por motivos políticos que estará con temor y paranoia a una enfermedad que no está presente en el Congo actualmente y que no ha contagiado a ningún soldado. Este estigma que el diputado Barquín les ha marcado en la frente a nuestros soldados será difícil de borrar, por lo que él se debe responsabilizar de esto como se responsabiliza a alguien por el delito de pánico financiero.

El diputado Barquín es una vergüenza para Guatemala. Debería renunciar y pedirles perdón al pueblo de Guatemala y al Ejército. Si su lógica fuera sensata entonces se daría cuenta que es mejor tener una instalación de cuarentena en el territorio de menor densidad poblacional como lo es Petén con 17.1 hab/Km2 (Cifras para el Desarrollo Humano Petén, PNUD 2011) que en el departamento de Guatemala con 1,377.6 hab/Km2 (Cifras para el Desarrollo Humano Guatemala, PNUD 2011) donde se ubica la Brigada Militar Mariscal Zavala. Se daría cuenta también el inteligentísimo diputado que entonces es mejor que el Ejército no cumpla con el mandato constitucional estipulado en el artículo 249 de prestar su cooperación en “situaciones de emergencia o calamidad pública” porque pudiera ser que algún soldado contagie a la población de gripe o diarrea. ¡Ridículo! Ya quisiera verlo en tiempos de un terremoto, inundación o erupción volcánica.

Invito al diputado Barquín a que viaje a la República Democrática del Congo y al campamento de tránsito en la ciudad de Entebbe, Uganda para vivir él mismo los procedimientos y controles sanitarios a los que se sometieron los soldados antes de venir y de paso para que dé una vuelta a pie acompañando a los soldados para sentir lo que sienten ellos durante sus misiones, yo lo conozco porque lo he vivido. Que nos cuente después como siente los brazos luego de recibir incontables inyecciones y sacadas de sangre para pruebas, o las fiebres y reacciones que dan algunas de las vacunas.

Al final del día no importa donde se quedan los soldados. Ellos tienen derecho a estar en instalaciones adecuadas y cómodas luego de haber servido a nuestro país en tierras lejanas y portado con orgullo la bandera de Guatemala en el hombro, poniendo en alto el nombre de Guatemala entre otras unidades militares. Lo que se merecen nuestros compatriotas uniformados es la más calurosa bienvenida y la mejor de las atenciones. ¡Bienvenidos kaibiles, valientes guerreros y embajadores de la paz!