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“Y no renuncia”

Ramon Parellada
28 de agosto, 2015

A 8 días de las elecciones generales para presidente, alcaldes y diputados en Guatemala, el panorama electoral no está claro. Encima de todo, el actual gobierno se cae en pedacitos con la vicepresidente procesada y encarcelada, varios ministros claves renunciando y el presidente aferrándose al poder contra viento y marea.

Ayer vivimos una de las más grandes manifestaciones que el país haya tenido. Miles de personas de diferentes instituciones, ideologías, estratos sociales, profesiones, trabajadores, empresarios, estudiantes y lo que parece más increíble, en forma totalmente pacífica, con armonía, caminaron ordenadamente hacia el parque Central sin causar caos ni disturbios para protestar por la corrupción, la actual y la futura y para pedir la renuncia al presidente actual, Otto Pérez Molina.

El domingo pasado, Otto Pérez Molina, contra toda racionalidad, arremetió contra los que le señalan indicando que él no renunciará, que la culpa es de otros, especialmente de los empresarios y de la comunidad internacional y que pide perdón pero no se irá. En ese momento ya habían renunciado sus mejores ministros, los que se consideraban sanos y que habían hecho una gran labor durante su gobierno. Su discurso pregrabado causó un gran malestar e invitaba al confrontamiento. Y la gente indignada salió a las calles pero no se rebajó a esa agresividad demostrada en ese Campo Pagado sino que fueron en una gran marcha a exigir respeto, cuentas y su renuncia.

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Pero cuidado, no hay que actuar sólo con emoción y por la inercia colectiva. Al final se pueden cometer injusticias. Se puede caer en ese rompimiento jurídico que estamos defendiendo a la hora de pedirles cuentas al mandatario, ministros, diputados y funcionarios en general.

         El presidente seguirá el proceso donde en el Congreso le aprueban quitarle o no el antejuicio.  Ya se nombró a la comisión pesquisidora que está compuesta por cinco diputados, dos del PP (Mario Linares y Gloria Sánchez), dos del Líder (Jorge Mario Falla y Sergio Celis) y una de Encuentro por Guatemala (Nineth Montenegro). Ellos tendrán que estudiar si hay evidencias suficientes o no para recomendar el retiro de la inmunidad que protege a Otto Pérez Molina. Los ojos de los guatemaltecos están sobre ellos en este momento.

Si se la quitan entonces queda sujeto a que el Congreso determine finalmente quitarle el Antejuicio y quedaría así inmune a las demandas que el Ministerio Público tenga contra él.  A ver qué pasa.

Ahora bien, por las presiones debería renunciar  pero como me dijo un amigo abogado, ¿cuáles son las pruebas?  Esa escucha telefónica ¿es o no suficiente prueba?, ¿se puede o no concluir que esté relacionado con la línea?  Así que el caso que parece fuerte podría más bien no serlo.  Sin embargo, todo el mundo lo ha declarado ya culpable y lo más probable es que lo sea pero hay que r a las evidencias, por más difíciles que sean, y que un tribunal lo juzgue.

Como mencioné antes, la percepción de la gente es que es culpable y que debería renunciar.  Ya le pidieron su renuncia El CACIF, La Iglesia Católica, muchas otras instituciones, la comunidad internacional empezando por el embajador de USA que está teniendo demasiado protagonismo en la política interna del país, y por supuesto, algunos grupos de interés que están viendo una oportunidad para llevar agua a su molino.  Hasta piden que no se lleven a cabo las elecciones lo cual sería un rompimiento constitucional.  Ellos que tanto se rasgan las vestiduras por la democracia están ahora actuando antidemocráticamente.  Se les podría denunciar por sedición y traición a la patria.

Sea como sea, las escuchas no son la única prueba.  Hay más y eso no lo sabemos nosotros, los ciudadanos de a pie. Sin embargo lo intuimos, sentimos que hay algo que no está bien.  No se hubiera atrevido el comisionado del Cicig a este escándalo en conjunto con la presidente del MP si no estuvieran seguros de tener las evidencias contundentes que los involucren.

Es verdad, es una “vergüenza” que nuestro presidente esté acusado y señalado de pertenecer a una mafia, al crimen organizado.  Por menores acusaciones, en países civilizados han renunciado sus primeros ministros o presidentes. ¿Por qué Otto no hizo lo mismo? ¿Qué está tramando?

Mientras todo esto ocurre, el país se ha quedado al margen de una mayor prosperidad.  Debemos pensar en el largo plazo. El movimiento de hoy ha sido un hito para que los políticos que lleguen al poder pongan sus barbas en remojo porque se les va a pedir que rindan cuentas, que no roben que no sean corruptos, que se enfoquen en lo fundamental y que hagan historia. De lo contrario, ya saben que el pueblo de Guatemala no está dormido, está vigilando.

“Y no renuncia”

Ramon Parellada
28 de agosto, 2015

A 8 días de las elecciones generales para presidente, alcaldes y diputados en Guatemala, el panorama electoral no está claro. Encima de todo, el actual gobierno se cae en pedacitos con la vicepresidente procesada y encarcelada, varios ministros claves renunciando y el presidente aferrándose al poder contra viento y marea.

Ayer vivimos una de las más grandes manifestaciones que el país haya tenido. Miles de personas de diferentes instituciones, ideologías, estratos sociales, profesiones, trabajadores, empresarios, estudiantes y lo que parece más increíble, en forma totalmente pacífica, con armonía, caminaron ordenadamente hacia el parque Central sin causar caos ni disturbios para protestar por la corrupción, la actual y la futura y para pedir la renuncia al presidente actual, Otto Pérez Molina.

El domingo pasado, Otto Pérez Molina, contra toda racionalidad, arremetió contra los que le señalan indicando que él no renunciará, que la culpa es de otros, especialmente de los empresarios y de la comunidad internacional y que pide perdón pero no se irá. En ese momento ya habían renunciado sus mejores ministros, los que se consideraban sanos y que habían hecho una gran labor durante su gobierno. Su discurso pregrabado causó un gran malestar e invitaba al confrontamiento. Y la gente indignada salió a las calles pero no se rebajó a esa agresividad demostrada en ese Campo Pagado sino que fueron en una gran marcha a exigir respeto, cuentas y su renuncia.

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Pero cuidado, no hay que actuar sólo con emoción y por la inercia colectiva. Al final se pueden cometer injusticias. Se puede caer en ese rompimiento jurídico que estamos defendiendo a la hora de pedirles cuentas al mandatario, ministros, diputados y funcionarios en general.

         El presidente seguirá el proceso donde en el Congreso le aprueban quitarle o no el antejuicio.  Ya se nombró a la comisión pesquisidora que está compuesta por cinco diputados, dos del PP (Mario Linares y Gloria Sánchez), dos del Líder (Jorge Mario Falla y Sergio Celis) y una de Encuentro por Guatemala (Nineth Montenegro). Ellos tendrán que estudiar si hay evidencias suficientes o no para recomendar el retiro de la inmunidad que protege a Otto Pérez Molina. Los ojos de los guatemaltecos están sobre ellos en este momento.

Si se la quitan entonces queda sujeto a que el Congreso determine finalmente quitarle el Antejuicio y quedaría así inmune a las demandas que el Ministerio Público tenga contra él.  A ver qué pasa.

Ahora bien, por las presiones debería renunciar  pero como me dijo un amigo abogado, ¿cuáles son las pruebas?  Esa escucha telefónica ¿es o no suficiente prueba?, ¿se puede o no concluir que esté relacionado con la línea?  Así que el caso que parece fuerte podría más bien no serlo.  Sin embargo, todo el mundo lo ha declarado ya culpable y lo más probable es que lo sea pero hay que r a las evidencias, por más difíciles que sean, y que un tribunal lo juzgue.

Como mencioné antes, la percepción de la gente es que es culpable y que debería renunciar.  Ya le pidieron su renuncia El CACIF, La Iglesia Católica, muchas otras instituciones, la comunidad internacional empezando por el embajador de USA que está teniendo demasiado protagonismo en la política interna del país, y por supuesto, algunos grupos de interés que están viendo una oportunidad para llevar agua a su molino.  Hasta piden que no se lleven a cabo las elecciones lo cual sería un rompimiento constitucional.  Ellos que tanto se rasgan las vestiduras por la democracia están ahora actuando antidemocráticamente.  Se les podría denunciar por sedición y traición a la patria.

Sea como sea, las escuchas no son la única prueba.  Hay más y eso no lo sabemos nosotros, los ciudadanos de a pie. Sin embargo lo intuimos, sentimos que hay algo que no está bien.  No se hubiera atrevido el comisionado del Cicig a este escándalo en conjunto con la presidente del MP si no estuvieran seguros de tener las evidencias contundentes que los involucren.

Es verdad, es una “vergüenza” que nuestro presidente esté acusado y señalado de pertenecer a una mafia, al crimen organizado.  Por menores acusaciones, en países civilizados han renunciado sus primeros ministros o presidentes. ¿Por qué Otto no hizo lo mismo? ¿Qué está tramando?

Mientras todo esto ocurre, el país se ha quedado al margen de una mayor prosperidad.  Debemos pensar en el largo plazo. El movimiento de hoy ha sido un hito para que los políticos que lleguen al poder pongan sus barbas en remojo porque se les va a pedir que rindan cuentas, que no roben que no sean corruptos, que se enfoquen en lo fundamental y que hagan historia. De lo contrario, ya saben que el pueblo de Guatemala no está dormido, está vigilando.