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¡Animo Señor Presidente!

Betty Marroquin
17 de enero, 2016

DDicen que todo está en la actitud. Según la famosa “Ley de la Atracción” lo que uno piensa o dice es lo que uno atrae, por ende, si uno piensa o dice cosas negativas, lo que atrae es negativo, y viceversa. El discurso inaugural del Señor Presidente Jimmy Morales, estuvo cargado de positivismo. Fue como una inyección de buena energía que Guatemala tanto necesita. Con un lenguaje accesible a todos, su discurso habló de progreso, de unidad, de nacionalismo, de patriotismo, de igualitarismo, de trabajo, de concordia y de democracia. En ningún momento me pareció que mencionara algo remotamente negativo. Inclusive, si bien habló de consciencia social, lo hizo progresistamente.

Debemos estar conscientes que es difícil para miles de guatemaltecos ser tan optimistas. Careciendo de todo, con hambre, frío y tanta necesidad es casi imposible ser positivo en la vida. Debemos serlo nosotros que si tenemos de todo, para luchar por ayudar a esas personas. Pero es con generación de empleo digno, mejores escuelas, atención médica e infraestructura que podremos ayudarles. Es precisamente por esa gente y por sus propios hijos que no son aún autosuficientes que toca luchar pero luchar con el corazón en el lugar correcto y lleno de buena voluntad. Veo lo sonrientes que son muchos señores que trabajan en seguridad, muchas patojas que atienden en los locales, la gente de la zona de comedores del mercado central (donde por cierto se come delicioso), y así por doquier. Gente sencilla, gente humilde, personas que muestran en su sonrisa su pureza de espíritu. Ese espíritu chapín admirable, creativo, alegre, y que si viene incentivado, puede lograr grandes metas.

Como lo criticón y negativo a algunos no se les quita, las burlas y críticas al discurso no se hicieron esperar. Sin embargo, mucha gente expresó su agrado por lo manifestado en el mismo y su anhelo de dar al Señor Presidente el beneficio de la duda. Los invito a soñar conmigo. Digamos que despertamos en un país en el que la gran mayoría se deja contagiar de ese mismo espíritu, y decidimos en conjunto trabajar a consciencia, hacer todos y cada uno nuestra labor de la mejor forma posible. Si decidimos todos adoptar una actitud de paciencia y diligencia, de tolerancia y de respeto, de consideración por el prójimo y lo implementamos en todos los aspectos de nuestra vida. ¿Se imaginan lo agradable que sería hacer un trámite burocrático si la persona que atiende lo hace con agrado? Qué bonito sería si al manejar en lugar de tirarnos el carro unos a otros cediéramos el paso, y en lugar de andar como tontos o irresponsablemente, primero nos cercioramos de hacia dónde vamos para no manejar como que nos sacamos la licencia en la caja de cereal o como si nos vale la gente que maneja en torno a nuestro vehículo. Que maravilloso sería intercambiar ideas sin insultarse, sin palabras soeces y con respeto, inclusive cuando se está de acuerdo en que se está en desacuerdo. Si todos y cada uno de nosotros hacemos un esfuerzo por tratar bien al prójimo ese sueño podría ser nuestra realidad.

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Esa nación que todos queremos construir no depende nada más del Presidente Morales y su equipo. Esa Guatemala que deseamos es factible, pero la debemos trabajar todos y cada uno de nosotros.

Ni la Alianza para el Progreso, ni la asistencia del exterior, ni Iván el temible, ni nadie nos sacarán de la polarización, de la mediocracia, de la negatividad. Única y exclusivamente nuestra actitud y nuestra voluntad individual nos puede ayudar a derrotar el egoísmo, la falta de visión y la falta de humanidad que generan todos esos defectos que nos llevan a vivir en una sociedad ineficiente, contaminada por el crimen organizado, el resentimiento, la corrupción o la mediocridad. De nosotros depende, de usted y yo. Una golondrina no hace verano. Como bien ha dicho el Señor Presidente, no podemos esperar que nos ayuden por siempre, es hora de cultivar la dignidad nacional, es hora que Guatemala demuestre sus verdaderos colores como nación.

El Presidente Morales habló acertadamente de incentivar la Pequeña y Mediana Empresa, que es música para mis oídos ya que soy una creyente convencida en que incentivar la creatividad del individuo y darle la oportunidad de explotarla es el camino a mejorar el auto estima del individuo que redunda en un fortalecimiento de su capacidad emprendedora y por ende, productiva. Sea por medio de los Bancos Comunales o de cualquier otro sistema, el punto es incentivar la productividad individual. Recuerdo mi experiencia hace más de 25 años entrevistando a mujeres indígenas en Sacatepéquez, que luego de un año de trabajar con un banco comunal no sólo habían dado empleo a otras mujeres de su aldea, sino además enviado a sus hijos a la escuela con la ilusión que alcanzaran metas más altas en la vida. Inclusive, algunas habían finalmente sacado al marido abusador de su casa por no depender ya de él. Como dijo el Presidente Morales, trabajo en conjunto, trabajo de todos es lo que Guatemala necesita.

Habló de soberanía, porque mucho se ha dicho al respecto en los últimos días. Inclusive su servidora la ha visto en peligro. Es importante comprender que si bien somos un país pequeño, somos dueños y responsables de nuestro destino.

Y finalmente, lo maravilloso que fue escuchar al Presidente Morales hablar sobre los dinosaurios que pretenden mantener a Guatemala en el pasado. En este tema no me siento tan optimista, dada la caza de brujas que estamos presenciando contra el Ejército y al hecho de que mientras esa gente viva de mantener la herida abierta, ésta difícilmente sanará. Pero este tema es para otra columna, porque un párrafo no es suficiente y porque mi anhelo en esta oportunidad es dejarlos optimistas. Así que como han dicho tantos analistas, debemos darle el beneficio de la duda al Señor Presidente, y que al menos por seis meses tratemos de ver el vaso medio lleno y dejar que las medidas fluyan. Seguramente cometerá errores, es de esperarse como los han cometido todos y cada uno de los que han ocupado esa silla, sin excepción. Lo importante es comprender que nada se resuelve en tan poco tiempo y que por algún lado debe iniciar el proceso. Así que ¡ánimo Señor Presidente! Guatemala necesita su liderazgo positivo y optimista, y somos muchos los que estamos con igual espíritu listos para seguir trabajando.

¡Animo Señor Presidente!

Betty Marroquin
17 de enero, 2016

DDicen que todo está en la actitud. Según la famosa “Ley de la Atracción” lo que uno piensa o dice es lo que uno atrae, por ende, si uno piensa o dice cosas negativas, lo que atrae es negativo, y viceversa. El discurso inaugural del Señor Presidente Jimmy Morales, estuvo cargado de positivismo. Fue como una inyección de buena energía que Guatemala tanto necesita. Con un lenguaje accesible a todos, su discurso habló de progreso, de unidad, de nacionalismo, de patriotismo, de igualitarismo, de trabajo, de concordia y de democracia. En ningún momento me pareció que mencionara algo remotamente negativo. Inclusive, si bien habló de consciencia social, lo hizo progresistamente.

Debemos estar conscientes que es difícil para miles de guatemaltecos ser tan optimistas. Careciendo de todo, con hambre, frío y tanta necesidad es casi imposible ser positivo en la vida. Debemos serlo nosotros que si tenemos de todo, para luchar por ayudar a esas personas. Pero es con generación de empleo digno, mejores escuelas, atención médica e infraestructura que podremos ayudarles. Es precisamente por esa gente y por sus propios hijos que no son aún autosuficientes que toca luchar pero luchar con el corazón en el lugar correcto y lleno de buena voluntad. Veo lo sonrientes que son muchos señores que trabajan en seguridad, muchas patojas que atienden en los locales, la gente de la zona de comedores del mercado central (donde por cierto se come delicioso), y así por doquier. Gente sencilla, gente humilde, personas que muestran en su sonrisa su pureza de espíritu. Ese espíritu chapín admirable, creativo, alegre, y que si viene incentivado, puede lograr grandes metas.

Como lo criticón y negativo a algunos no se les quita, las burlas y críticas al discurso no se hicieron esperar. Sin embargo, mucha gente expresó su agrado por lo manifestado en el mismo y su anhelo de dar al Señor Presidente el beneficio de la duda. Los invito a soñar conmigo. Digamos que despertamos en un país en el que la gran mayoría se deja contagiar de ese mismo espíritu, y decidimos en conjunto trabajar a consciencia, hacer todos y cada uno nuestra labor de la mejor forma posible. Si decidimos todos adoptar una actitud de paciencia y diligencia, de tolerancia y de respeto, de consideración por el prójimo y lo implementamos en todos los aspectos de nuestra vida. ¿Se imaginan lo agradable que sería hacer un trámite burocrático si la persona que atiende lo hace con agrado? Qué bonito sería si al manejar en lugar de tirarnos el carro unos a otros cediéramos el paso, y en lugar de andar como tontos o irresponsablemente, primero nos cercioramos de hacia dónde vamos para no manejar como que nos sacamos la licencia en la caja de cereal o como si nos vale la gente que maneja en torno a nuestro vehículo. Que maravilloso sería intercambiar ideas sin insultarse, sin palabras soeces y con respeto, inclusive cuando se está de acuerdo en que se está en desacuerdo. Si todos y cada uno de nosotros hacemos un esfuerzo por tratar bien al prójimo ese sueño podría ser nuestra realidad.

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Ni la Alianza para el Progreso, ni la asistencia del exterior, ni Iván el temible, ni nadie nos sacarán de la polarización, de la mediocracia, de la negatividad. Única y exclusivamente nuestra actitud y nuestra voluntad individual nos puede ayudar a derrotar el egoísmo, la falta de visión y la falta de humanidad que generan todos esos defectos que nos llevan a vivir en una sociedad ineficiente, contaminada por el crimen organizado, el resentimiento, la corrupción o la mediocridad. De nosotros depende, de usted y yo. Una golondrina no hace verano. Como bien ha dicho el Señor Presidente, no podemos esperar que nos ayuden por siempre, es hora de cultivar la dignidad nacional, es hora que Guatemala demuestre sus verdaderos colores como nación.

El Presidente Morales habló acertadamente de incentivar la Pequeña y Mediana Empresa, que es música para mis oídos ya que soy una creyente convencida en que incentivar la creatividad del individuo y darle la oportunidad de explotarla es el camino a mejorar el auto estima del individuo que redunda en un fortalecimiento de su capacidad emprendedora y por ende, productiva. Sea por medio de los Bancos Comunales o de cualquier otro sistema, el punto es incentivar la productividad individual. Recuerdo mi experiencia hace más de 25 años entrevistando a mujeres indígenas en Sacatepéquez, que luego de un año de trabajar con un banco comunal no sólo habían dado empleo a otras mujeres de su aldea, sino además enviado a sus hijos a la escuela con la ilusión que alcanzaran metas más altas en la vida. Inclusive, algunas habían finalmente sacado al marido abusador de su casa por no depender ya de él. Como dijo el Presidente Morales, trabajo en conjunto, trabajo de todos es lo que Guatemala necesita.

Habló de soberanía, porque mucho se ha dicho al respecto en los últimos días. Inclusive su servidora la ha visto en peligro. Es importante comprender que si bien somos un país pequeño, somos dueños y responsables de nuestro destino.

Y finalmente, lo maravilloso que fue escuchar al Presidente Morales hablar sobre los dinosaurios que pretenden mantener a Guatemala en el pasado. En este tema no me siento tan optimista, dada la caza de brujas que estamos presenciando contra el Ejército y al hecho de que mientras esa gente viva de mantener la herida abierta, ésta difícilmente sanará. Pero este tema es para otra columna, porque un párrafo no es suficiente y porque mi anhelo en esta oportunidad es dejarlos optimistas. Así que como han dicho tantos analistas, debemos darle el beneficio de la duda al Señor Presidente, y que al menos por seis meses tratemos de ver el vaso medio lleno y dejar que las medidas fluyan. Seguramente cometerá errores, es de esperarse como los han cometido todos y cada uno de los que han ocupado esa silla, sin excepción. Lo importante es comprender que nada se resuelve en tan poco tiempo y que por algún lado debe iniciar el proceso. Así que ¡ánimo Señor Presidente! Guatemala necesita su liderazgo positivo y optimista, y somos muchos los que estamos con igual espíritu listos para seguir trabajando.