El pasado 31 de diciembre falleció el profesor de economía Doctor Juan Carlos Cachanosky. Charly o “Cacha”, como de cariño le decíamos dejó una invaluable huella en quienes fuimos sus alumnos. Nos va a hacer falta. Lo voy a extrañar.
Juan Carlos era uno de los profesores de la Escuela Austríaca más destacados en el mundo entero. Se dedicaba completamente a la enseñanza. Lo conocí allá en 1,990 cuando vino a la UFM (Universidad Francisco Marroquín). Un profesor argentino que había estudiado economía en Estados Unidos doctorándose bajo la dirección de otro gran economista de la escuela Austríaca de economía, el profesor Hans Sennholz. En esa ocasión nos dio un seminario de una semana de dinero, banca y finanzas del gobierno en la Escuela de Negocios de la UFM. Quedé muy impresionado y motivado.
Desde entonces siguió viniendo a la Universidad a impartir algunos cursos de economía en diferentes facultades. Fue el primer director del CHH (Centro Henry Hazlitt), puesto que ocupó de 1999 a 2005 y fue el decano de la Escuela de negocios de esta casa de estudios de 2003 hasta 2011. Durante el tiempo que estuvo en el CHH, trasmitió sus enseñanzas no sólo a los alumnos sino también a los profesores. La Escuela de Negocio bajo su dirección tuvo un enfoque claro hacia un tema que le fascinaba a “Cacha” que era la creación de valor.
En el primer tomo del libro “La Escuela Austríaca desde adentro”, publicado por Unión Editorial, el profesor Adrián O. Ravier le hace una interesante entrevista en la cual nos damos cuenta que Juan Carlos Cachanosky era muy activo en el tema de la educación económica ya que fue “co-fundador de la Escuela Superior de Economía y Administración de Empresas (ESEADE) en Rosario, Argentina; y, en coordinación con Carol Morgan, fundó la Cía. Corporate Training, con el objetivo de organizar cursos de postgrado presenciales en la web en todo el mundo. También fue Director del Departamento de Investigaciones de ESEADE y la UCA de Rosario, además de publicar decenas de artículos en revistas científicas especializadas.”
Recientemente impartía clases de Economía en los programa a distancia de Doctorado en Economía y Maestría en Economía Política en la “SMC University”, en Suiza, y en la “Liechtenstein Academy” y en Maestría en Negocios de la Universidad de Edimburgo que además dirigía en alianza con su empresa CMT Group.
Pero “Cacha” era además de un apasionado por su trabajo en la academia una persona sencilla y amigable. Era fanático del Boca Junior, equipo que defendía aunque no tuviera argumentos. Recuerdo que cuando perdían él decía que habían dejado ganar al contrario. Cosas así. Cuando estuvo en Guatemala tuvo que ir al médico un par de veces, en una por unos mareos que resultaron ser unos famosos “otolitos” (huesecillos del interior del oído). Y recuerdo otra ocasión donde tuvo un problema con una muela y el dentista le hizo un trabajo temporal que el siempre consideró permanente. Entre broma y broma él pensaba que uno sólo debe visitar a dos médicos en la vida, al partero y al forense. Y así vivió, desentendido de su salud que parecía buena pero que obviamente no lo estaba pues le pasó factura el último día del año pasado con un infarto fatal.
Fui uno de los profesores del grupo que formó en el CHH. Este grupo era muy unido y todavía nos recordamos de las discusiones que teníamos cuando veíamos el programa de estudios para los alumnos y las preguntas que teníamos que formular para los exámenes. Era un ambiente agradable. Conocimos además a muchos otros profesores argentinos que trajo para motivar a alumnos y profesores durante el inicio de su gestión en el CHH.
Recuerdo también que él no bebía casi nada de alcohol pero le encantaba el ron Zacapa y aunque no tomaba uno aceptaba una copa durante alguna cena siempre exclamando que era el mejor del mundo. Cuando estaba en Guatemala trataba de que viniera a casa a comer. Lo pasábamos muy bien divirtiéndonos durante la cena entre discusiones de temas económicos y bromas. “Cacha” tenía siempre un excelente sentido del humor.
Sus alumnos los recuerdan siempre con mucho cariño porque él se esforzaba porque cuestionaran, tuvieran discusiones y aprendieran. Sus clases de Historia del Pensamiento económico eran apasionantes. No hacía alarde de sus conocimientos. Se dedicaba a la docencia. En una ocasión le pregunté que por qué no comentaba más algunos temas políticos que tienen que ver con la economía y me decía que el comentaba cuando le preguntaban pero que además esas cosas eran temporales, que había que seguir educando a la gente. Creía firmemente que a través de una buena educación económica se lograrían cambios en el futuro de cada país.
La última vez que lo vi fue en octubre del año pasado cuando coincidimos en un coloquio de un par de días donde discutimos profundamente las teorías keynesianas, los debates entre Friedrich Hayek, John Maynard Keynes y las teorías de Paul Krugman y Joseph Stiglitz, entre otros. Los comentarios de “Cacha” eran escuchados siempre con muchísimo interés pues tenía una memoria increíble y conocía mucho de todos los temas económicos con gran autoridad, inflación, interés, déficit, gastos del gobierno, impuestos, precios, regulaciones, teorías económicas, teorías de cada autor destacado, etc… Era toda una autoridad en economía y también en empresarialidad. Seguimos las discusiones, luego de este coloquio, a través de correo electrónico. El último que tengo de él es uno que mandó dos días antes de su muerte a un grupo comentando las elecciones en España.
También sé que tiene por publicar un libro sobre lo que solía enseñar en sus clases. Sé que ya está en la etapa de revisión. Espero que se pueda publicar pronto porque me parece que puede ser de mucha utilidad para que la gente entienda en una forma agradable los principales lineamientos de la Escuela Austríaca de Economía.
Lamento muchísimo que ya no esté con nosotros Juan Carlos Cachanosky. Todavía tenía mucho por enseñar. Sé que vienen otras generaciones que seguirán sus pasos y esto es positivo porque ha dejado huella en quienes le conocimos y establecimos una buena amistad con él. Descansa en paz querido “Cacha”, amigo y maestro.
El pasado 31 de diciembre falleció el profesor de economía Doctor Juan Carlos Cachanosky. Charly o “Cacha”, como de cariño le decíamos dejó una invaluable huella en quienes fuimos sus alumnos. Nos va a hacer falta. Lo voy a extrañar.
Juan Carlos era uno de los profesores de la Escuela Austríaca más destacados en el mundo entero. Se dedicaba completamente a la enseñanza. Lo conocí allá en 1,990 cuando vino a la UFM (Universidad Francisco Marroquín). Un profesor argentino que había estudiado economía en Estados Unidos doctorándose bajo la dirección de otro gran economista de la escuela Austríaca de economía, el profesor Hans Sennholz. En esa ocasión nos dio un seminario de una semana de dinero, banca y finanzas del gobierno en la Escuela de Negocios de la UFM. Quedé muy impresionado y motivado.
Desde entonces siguió viniendo a la Universidad a impartir algunos cursos de economía en diferentes facultades. Fue el primer director del CHH (Centro Henry Hazlitt), puesto que ocupó de 1999 a 2005 y fue el decano de la Escuela de negocios de esta casa de estudios de 2003 hasta 2011. Durante el tiempo que estuvo en el CHH, trasmitió sus enseñanzas no sólo a los alumnos sino también a los profesores. La Escuela de Negocio bajo su dirección tuvo un enfoque claro hacia un tema que le fascinaba a “Cacha” que era la creación de valor.
En el primer tomo del libro “La Escuela Austríaca desde adentro”, publicado por Unión Editorial, el profesor Adrián O. Ravier le hace una interesante entrevista en la cual nos damos cuenta que Juan Carlos Cachanosky era muy activo en el tema de la educación económica ya que fue “co-fundador de la Escuela Superior de Economía y Administración de Empresas (ESEADE) en Rosario, Argentina; y, en coordinación con Carol Morgan, fundó la Cía. Corporate Training, con el objetivo de organizar cursos de postgrado presenciales en la web en todo el mundo. También fue Director del Departamento de Investigaciones de ESEADE y la UCA de Rosario, además de publicar decenas de artículos en revistas científicas especializadas.”
Recientemente impartía clases de Economía en los programa a distancia de Doctorado en Economía y Maestría en Economía Política en la “SMC University”, en Suiza, y en la “Liechtenstein Academy” y en Maestría en Negocios de la Universidad de Edimburgo que además dirigía en alianza con su empresa CMT Group.
Pero “Cacha” era además de un apasionado por su trabajo en la academia una persona sencilla y amigable. Era fanático del Boca Junior, equipo que defendía aunque no tuviera argumentos. Recuerdo que cuando perdían él decía que habían dejado ganar al contrario. Cosas así. Cuando estuvo en Guatemala tuvo que ir al médico un par de veces, en una por unos mareos que resultaron ser unos famosos “otolitos” (huesecillos del interior del oído). Y recuerdo otra ocasión donde tuvo un problema con una muela y el dentista le hizo un trabajo temporal que el siempre consideró permanente. Entre broma y broma él pensaba que uno sólo debe visitar a dos médicos en la vida, al partero y al forense. Y así vivió, desentendido de su salud que parecía buena pero que obviamente no lo estaba pues le pasó factura el último día del año pasado con un infarto fatal.
Fui uno de los profesores del grupo que formó en el CHH. Este grupo era muy unido y todavía nos recordamos de las discusiones que teníamos cuando veíamos el programa de estudios para los alumnos y las preguntas que teníamos que formular para los exámenes. Era un ambiente agradable. Conocimos además a muchos otros profesores argentinos que trajo para motivar a alumnos y profesores durante el inicio de su gestión en el CHH.
Recuerdo también que él no bebía casi nada de alcohol pero le encantaba el ron Zacapa y aunque no tomaba uno aceptaba una copa durante alguna cena siempre exclamando que era el mejor del mundo. Cuando estaba en Guatemala trataba de que viniera a casa a comer. Lo pasábamos muy bien divirtiéndonos durante la cena entre discusiones de temas económicos y bromas. “Cacha” tenía siempre un excelente sentido del humor.
Sus alumnos los recuerdan siempre con mucho cariño porque él se esforzaba porque cuestionaran, tuvieran discusiones y aprendieran. Sus clases de Historia del Pensamiento económico eran apasionantes. No hacía alarde de sus conocimientos. Se dedicaba a la docencia. En una ocasión le pregunté que por qué no comentaba más algunos temas políticos que tienen que ver con la economía y me decía que el comentaba cuando le preguntaban pero que además esas cosas eran temporales, que había que seguir educando a la gente. Creía firmemente que a través de una buena educación económica se lograrían cambios en el futuro de cada país.
La última vez que lo vi fue en octubre del año pasado cuando coincidimos en un coloquio de un par de días donde discutimos profundamente las teorías keynesianas, los debates entre Friedrich Hayek, John Maynard Keynes y las teorías de Paul Krugman y Joseph Stiglitz, entre otros. Los comentarios de “Cacha” eran escuchados siempre con muchísimo interés pues tenía una memoria increíble y conocía mucho de todos los temas económicos con gran autoridad, inflación, interés, déficit, gastos del gobierno, impuestos, precios, regulaciones, teorías económicas, teorías de cada autor destacado, etc… Era toda una autoridad en economía y también en empresarialidad. Seguimos las discusiones, luego de este coloquio, a través de correo electrónico. El último que tengo de él es uno que mandó dos días antes de su muerte a un grupo comentando las elecciones en España.
También sé que tiene por publicar un libro sobre lo que solía enseñar en sus clases. Sé que ya está en la etapa de revisión. Espero que se pueda publicar pronto porque me parece que puede ser de mucha utilidad para que la gente entienda en una forma agradable los principales lineamientos de la Escuela Austríaca de Economía.
Lamento muchísimo que ya no esté con nosotros Juan Carlos Cachanosky. Todavía tenía mucho por enseñar. Sé que vienen otras generaciones que seguirán sus pasos y esto es positivo porque ha dejado huella en quienes le conocimos y establecimos una buena amistad con él. Descansa en paz querido “Cacha”, amigo y maestro.