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¿Cómo es que el gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela no ha caído?

Redacción
02 de junio, 2016

La crisis en Venezuela se profundiza y no se ha dado ningún cambio de rumbo económico por parte del gobierno. Además, con los bajos precios del petróleo no se ve ninguna perspectiva de mejora. Los problemas se han exacerbado y acumulado al extremo del estallido social, y esto ha hecho pensar que la situación ya no aguanta más.

Mientras tanto las acciones de los que ejercen el poder en el gobierno dictatorial del Socialismo del SXXI que heredó Hugo Chávez a su sucesor Nicolás Maduro y sus hampones vividores del sistema de corrupción y desbaratamiento de Venezuela, parecen orientadas a impedir que otros puedan oponer resistencia. Lo más reciente fue el presunto “autogolpe” de Nicolás Maduro con el decreto de estado de excepción para poder ejercer un control total.

Sin embargo no parece correcto hablar de un “autogolpe” como lo han hecho casi todos los medios de comunicación controlados absolutamente por el aparato de gobierno. El chavismo no es más que una dictadura sustentada en las necesidades y reivindicaciones populares de carácter estructural, que se ha dedicado a transformar las instituciones venezolanas para acumular poder de manera sistemática hasta llegar al punto donde está hoy.

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La degeneración institucional y del uso del aparato de gobierno, leyes y sus recursos, para sostener a como dé lugar un sistema de inútiles, vividores y ladrones. Y es a este bloque de personas que están atornillados al poder del nefasto legado del chavismo, al que piensa acudir la oposición política en una situación como la actual, de aguda crisis económica, social y presión de la oposición ciudadana para hacer un referendo revocatorio del mandato del presidente Maduro.

Los cambios institucionales que ha hecho el chavismo le han permitido afianzar un estructura al servicio de los designios del Ejecutivo, dentro del cual están cooptados todos los demás poderes públicos; mas recientemente con la única excepción de la Asamblea Nacional.

Pero el chavismo mientras fue liderado por el Comandante Hugo Chávez siempre cuidó sus formas y sus modos: buscó, y hasta cierto punto, logró ser identificado como un proyecto revolucionario, pero no dictatorial. Y aunque la Asamblea fue tomada por la oposición, con el control de los otros poderes el Ejecutivo la neutraliza, la minimiza y le quita el poder.

Desde el punto de vista ideológico, la oposición de la Asamblea al proyecto revolucionario le sirve al régimen Chavista para mantener y subirle el volumen a la confrontación que lo ha caracterizado. No existe proceso revolucionario sin enemigos poderosos, nacionales e internacionales, sino veamos que en Cuba – “los Castro” – solo vieron que Venezuela ya quebró y cínicamente se vieron forzados a ceder y olvidar que los Estados Unidos han sido su acérrimo enemigo geopolítico.

¿Y los militares que? Además, los 17 años de gobierno le han permitido al chavismo tener una cúpula militar politizada. Desde el comienzo de su mandato, Hugo Chávez consideró a los militares como un actor fundamental en su proyecto político y sus acciones siempre fueron consecuentes con esta visión. Los militares han estado involucrados en políticas y programas emblemáticos del gobierno desde el inicio y, por tanto, ya hacen parte del poder político y del saqueo impune de recursos en el orden de los múltiples billones de dólares.

El poder de los militares ha aumentado bajo el gobierno de Maduro, seguramente porque él no es uno de ellos y los necesita para sostenerse en el poder. Aunque durante la presidencia de Chávez, los militares activos o en retiro siempre hicieron presencia en los distintos estamentos del gobierno y del Estado, con Maduro su presencia e influencia ha aumentado aún más.

Por ejemplo, el 29 por ciento del gabinete ministerial actual tiene vertiente militar. Entre ellos hay figuras que ocupan puestos de gobierno clave. Todos estos son despachos relacionados con las soluciones que Venezuela necesita para enfrentar la grave crisis de desabastecimiento, electricidad e inseguridad que afecta a los venezolanos.

Pero además de ocupar espacios de poder político, los militares tienen espacios económicos. Por ejemplo, hace poco, el gobierno les creó una empresa que tiene entre sus actividades la exploración y explotación de recursos petroleros, gasíferos y minerales. Por eso, los militares que tienen intereses supra poderosos para mantenerse lo más posible en el gobierno y le apuestan al mantenimiento del statu quo mientras esperan que no haya una situación de gran violencia.

Unido a todo esto, el control militar se ha hecho efectivo en las calles con la creación y desarrollo de milicias involucradas en la defensa y el orden público. Estos son las Patrullas de Autodefensa Civil de la Revolución Chavista.

En esta situación, el decreto de Estado Excepción le da tiempo al gobierno para aplacar las protestas, manejar el presupuesto sin la participación de la Asamblea, y por último, y lo que es más importante en este momento, Maduro y todo su combo de mantenidos, haraganes y ladrones, buscan a como dé lugar postergar el referendo revocatorio.

¿Qué puede pasar? Aunque hasta ahora todo apunta a que por un lado el gobierno no va a ceder y menos caer, pero cuando uno piensa que no hay modo que las cosas cambien, esto nunca ha sido cierto para ningún régimen político en la HISTORIA DEL MUNDO.

El régimen chavista ha creado una base de apoyo que pocos se imaginan, y donde eventualmente el descrédito actual más que del régimen en sí, es del gobierno de Maduro. Muchos de los que votaron en contra de Maduro, SIGUEN SIENDO LEALES CHAVISTAS. Por eso aunque la situación en Venezuela parece que ya no da para más, es en realidad muy difícil que caiga el gobierno chavista, por más insoportable y detestable que parezca a un grupo grande de venezolanos y a los que estamos afuera.

Sin duda el gran talón de Aquiles del gobierno sigue siendo la grave situación económica, que está minando el apoyo al presidente Maduro. Para resolver esta situación, la oposición plantea dos avenidas: hacer más presión de los militares y más presión en la calle.

Finalmente, difícil es poder predecir que pasará en Venezuela, pero los chavistas están apostando a que no se van y que si se requiere un cambio o si progresa el referendo revocatorio, otro de los suyos llegará al poder, posiblemente el vicepresidente, aunque todavía no se sepa quién será pues su designación depende del mismo Maduro. Aunque uno ve desde la distancia todo aquello que está sucediendo en Venezuela como insostenible, todavía no se sabe qué y quién hará detonar el último e irreversible fusible político para el cambio.

¿Cómo es que el gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela no ha caído?

Redacción
02 de junio, 2016

La crisis en Venezuela se profundiza y no se ha dado ningún cambio de rumbo económico por parte del gobierno. Además, con los bajos precios del petróleo no se ve ninguna perspectiva de mejora. Los problemas se han exacerbado y acumulado al extremo del estallido social, y esto ha hecho pensar que la situación ya no aguanta más.

Mientras tanto las acciones de los que ejercen el poder en el gobierno dictatorial del Socialismo del SXXI que heredó Hugo Chávez a su sucesor Nicolás Maduro y sus hampones vividores del sistema de corrupción y desbaratamiento de Venezuela, parecen orientadas a impedir que otros puedan oponer resistencia. Lo más reciente fue el presunto “autogolpe” de Nicolás Maduro con el decreto de estado de excepción para poder ejercer un control total.

Sin embargo no parece correcto hablar de un “autogolpe” como lo han hecho casi todos los medios de comunicación controlados absolutamente por el aparato de gobierno. El chavismo no es más que una dictadura sustentada en las necesidades y reivindicaciones populares de carácter estructural, que se ha dedicado a transformar las instituciones venezolanas para acumular poder de manera sistemática hasta llegar al punto donde está hoy.

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La degeneración institucional y del uso del aparato de gobierno, leyes y sus recursos, para sostener a como dé lugar un sistema de inútiles, vividores y ladrones. Y es a este bloque de personas que están atornillados al poder del nefasto legado del chavismo, al que piensa acudir la oposición política en una situación como la actual, de aguda crisis económica, social y presión de la oposición ciudadana para hacer un referendo revocatorio del mandato del presidente Maduro.

Los cambios institucionales que ha hecho el chavismo le han permitido afianzar un estructura al servicio de los designios del Ejecutivo, dentro del cual están cooptados todos los demás poderes públicos; mas recientemente con la única excepción de la Asamblea Nacional.

Pero el chavismo mientras fue liderado por el Comandante Hugo Chávez siempre cuidó sus formas y sus modos: buscó, y hasta cierto punto, logró ser identificado como un proyecto revolucionario, pero no dictatorial. Y aunque la Asamblea fue tomada por la oposición, con el control de los otros poderes el Ejecutivo la neutraliza, la minimiza y le quita el poder.

Desde el punto de vista ideológico, la oposición de la Asamblea al proyecto revolucionario le sirve al régimen Chavista para mantener y subirle el volumen a la confrontación que lo ha caracterizado. No existe proceso revolucionario sin enemigos poderosos, nacionales e internacionales, sino veamos que en Cuba – “los Castro” – solo vieron que Venezuela ya quebró y cínicamente se vieron forzados a ceder y olvidar que los Estados Unidos han sido su acérrimo enemigo geopolítico.

¿Y los militares que? Además, los 17 años de gobierno le han permitido al chavismo tener una cúpula militar politizada. Desde el comienzo de su mandato, Hugo Chávez consideró a los militares como un actor fundamental en su proyecto político y sus acciones siempre fueron consecuentes con esta visión. Los militares han estado involucrados en políticas y programas emblemáticos del gobierno desde el inicio y, por tanto, ya hacen parte del poder político y del saqueo impune de recursos en el orden de los múltiples billones de dólares.

El poder de los militares ha aumentado bajo el gobierno de Maduro, seguramente porque él no es uno de ellos y los necesita para sostenerse en el poder. Aunque durante la presidencia de Chávez, los militares activos o en retiro siempre hicieron presencia en los distintos estamentos del gobierno y del Estado, con Maduro su presencia e influencia ha aumentado aún más.

Por ejemplo, el 29 por ciento del gabinete ministerial actual tiene vertiente militar. Entre ellos hay figuras que ocupan puestos de gobierno clave. Todos estos son despachos relacionados con las soluciones que Venezuela necesita para enfrentar la grave crisis de desabastecimiento, electricidad e inseguridad que afecta a los venezolanos.

Pero además de ocupar espacios de poder político, los militares tienen espacios económicos. Por ejemplo, hace poco, el gobierno les creó una empresa que tiene entre sus actividades la exploración y explotación de recursos petroleros, gasíferos y minerales. Por eso, los militares que tienen intereses supra poderosos para mantenerse lo más posible en el gobierno y le apuestan al mantenimiento del statu quo mientras esperan que no haya una situación de gran violencia.

Unido a todo esto, el control militar se ha hecho efectivo en las calles con la creación y desarrollo de milicias involucradas en la defensa y el orden público. Estos son las Patrullas de Autodefensa Civil de la Revolución Chavista.

En esta situación, el decreto de Estado Excepción le da tiempo al gobierno para aplacar las protestas, manejar el presupuesto sin la participación de la Asamblea, y por último, y lo que es más importante en este momento, Maduro y todo su combo de mantenidos, haraganes y ladrones, buscan a como dé lugar postergar el referendo revocatorio.

¿Qué puede pasar? Aunque hasta ahora todo apunta a que por un lado el gobierno no va a ceder y menos caer, pero cuando uno piensa que no hay modo que las cosas cambien, esto nunca ha sido cierto para ningún régimen político en la HISTORIA DEL MUNDO.

El régimen chavista ha creado una base de apoyo que pocos se imaginan, y donde eventualmente el descrédito actual más que del régimen en sí, es del gobierno de Maduro. Muchos de los que votaron en contra de Maduro, SIGUEN SIENDO LEALES CHAVISTAS. Por eso aunque la situación en Venezuela parece que ya no da para más, es en realidad muy difícil que caiga el gobierno chavista, por más insoportable y detestable que parezca a un grupo grande de venezolanos y a los que estamos afuera.

Sin duda el gran talón de Aquiles del gobierno sigue siendo la grave situación económica, que está minando el apoyo al presidente Maduro. Para resolver esta situación, la oposición plantea dos avenidas: hacer más presión de los militares y más presión en la calle.

Finalmente, difícil es poder predecir que pasará en Venezuela, pero los chavistas están apostando a que no se van y que si se requiere un cambio o si progresa el referendo revocatorio, otro de los suyos llegará al poder, posiblemente el vicepresidente, aunque todavía no se sepa quién será pues su designación depende del mismo Maduro. Aunque uno ve desde la distancia todo aquello que está sucediendo en Venezuela como insostenible, todavía no se sabe qué y quién hará detonar el último e irreversible fusible político para el cambio.