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No hay consecuencias

Redacción
18 de agosto, 2016

Sin lugar a dudas, todos estamos más que hartos de los bloqueos. Bueno, los “bloqueadores” seguramente no lo están, pues obtienen dinero a cambio de estar horas bajo el sol, sosteniendo carteles con sus “peticiones”.

No es ningún secreto que es gente pagada. Las  fuentes de tan abundantes recursos, en su mayoría, son extranjeras. Aunque debo admitir que desconozco si es el caso de estas últimas manifestaciones (aeropuerto y Trébol).

Después de más de 125 bloqueos en lo que va del año, el Presidente Jimmy Morales (era importante aclarar a quién me refiero), decidió incrementar las mesas de diálogo. No sé si ya iniciaron o solo fue un anuncio. Lo cierto, irrefutablemente, es que las manifestaciones y bloqueos van en aumento. ¡Y ya estamos hartos!

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El problema es que no hay consecuencias. Los líderes y sus contratados manifestantes hacen lo que quieren y nadie les dice nada. Veamos algunos artículos de la Constitución:

Artículo 26. “Libertad de locomoción. Toda persona tiene libertad de entrar,

permanecer, transitar y salir del territorio nacional y cambiar de domicilio o residencia, sin más limitaciones que las establecidas por la ley”. O sea que, cuando los manifestantes bloquearon el acceso al aeropuerto, violaron este artículo. Y lo violan cada vez que no nos dejan pasar por alguna calle, carretera o donde sea.

El artículo 33 dice: “Los derechos de reunión y de manifestación pública no pueden ser restringidos, disminuidos o coartados; y la ley los regulará con el único objeto de garantizar el orden público”. ¿Cuál orden público ha sido garantizado?

Artículo 135. “Deberes y derechos cívicos inciso e) Obedecer las leyes”. Eso dice la Constitución.

No soy abogada pero, en mi opinión, hay varias violaciones a la Carta Magna. ¿Y entonces qué? Pues no pasa nada. No hay consecuencias. Contrario a lo que dicen las leyes, se rompe el orden público, se impide la libre locomoción, se viola la ley.

Escuchamos al Presidente Jimmy Morales enojarse por la gran división que hay en el país. También dijo que hay 520 municipios, pero eso es tema para otro día. Bueno, pues aquí le va una división que nos tiene casi al borde de la histeria: los que trabajamos y los que manifiestan. Los primeros estamos hartos. Los segundos están pobres. Y si no nos dejan trabajar, estarán más pobres porque no habrá inversión ni creación de empleos.

¿Cómo romper esto? Haciendo que se cumpla y se respete la ley. Eso no lo podemos hacer los que trabajamos. Le toca al gobierno hacerlo, con el dinero que le damos; eso que se llama impuestos. Es su obligación. No hay otra salida. O se hace cumplir la ley, o seguiremos viviendo en este libertinaje que nos tiene casi de rodillas.

No hay consecuencias

Redacción
18 de agosto, 2016

Sin lugar a dudas, todos estamos más que hartos de los bloqueos. Bueno, los “bloqueadores” seguramente no lo están, pues obtienen dinero a cambio de estar horas bajo el sol, sosteniendo carteles con sus “peticiones”.

No es ningún secreto que es gente pagada. Las  fuentes de tan abundantes recursos, en su mayoría, son extranjeras. Aunque debo admitir que desconozco si es el caso de estas últimas manifestaciones (aeropuerto y Trébol).

Después de más de 125 bloqueos en lo que va del año, el Presidente Jimmy Morales (era importante aclarar a quién me refiero), decidió incrementar las mesas de diálogo. No sé si ya iniciaron o solo fue un anuncio. Lo cierto, irrefutablemente, es que las manifestaciones y bloqueos van en aumento. ¡Y ya estamos hartos!

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El problema es que no hay consecuencias. Los líderes y sus contratados manifestantes hacen lo que quieren y nadie les dice nada. Veamos algunos artículos de la Constitución:

Artículo 26. “Libertad de locomoción. Toda persona tiene libertad de entrar,

permanecer, transitar y salir del territorio nacional y cambiar de domicilio o residencia, sin más limitaciones que las establecidas por la ley”. O sea que, cuando los manifestantes bloquearon el acceso al aeropuerto, violaron este artículo. Y lo violan cada vez que no nos dejan pasar por alguna calle, carretera o donde sea.

El artículo 33 dice: “Los derechos de reunión y de manifestación pública no pueden ser restringidos, disminuidos o coartados; y la ley los regulará con el único objeto de garantizar el orden público”. ¿Cuál orden público ha sido garantizado?

Artículo 135. “Deberes y derechos cívicos inciso e) Obedecer las leyes”. Eso dice la Constitución.

No soy abogada pero, en mi opinión, hay varias violaciones a la Carta Magna. ¿Y entonces qué? Pues no pasa nada. No hay consecuencias. Contrario a lo que dicen las leyes, se rompe el orden público, se impide la libre locomoción, se viola la ley.

Escuchamos al Presidente Jimmy Morales enojarse por la gran división que hay en el país. También dijo que hay 520 municipios, pero eso es tema para otro día. Bueno, pues aquí le va una división que nos tiene casi al borde de la histeria: los que trabajamos y los que manifiestan. Los primeros estamos hartos. Los segundos están pobres. Y si no nos dejan trabajar, estarán más pobres porque no habrá inversión ni creación de empleos.

¿Cómo romper esto? Haciendo que se cumpla y se respete la ley. Eso no lo podemos hacer los que trabajamos. Le toca al gobierno hacerlo, con el dinero que le damos; eso que se llama impuestos. Es su obligación. No hay otra salida. O se hace cumplir la ley, o seguiremos viviendo en este libertinaje que nos tiene casi de rodillas.