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El peor de los problemas

Carolina Castellanos
19 de mayo, 2017

Si pensamos cuál es el peor de los problemas que tenemos en nuestra Guate, tendremos una discusión sobre cuál es el peor de todos. Lamentablemente la lista es larga: inseguridad, conflictividad social, maras, narcotráfico, corrupción, el tipo de cambio, el Congreso, el presidente, el sistema de justicia, etcétera.

En mi opinión, el peor de los problemas es la impunidad. La Real Academia Española define impune como “queda sin castigo”.  Si no hay consecuencias a los actos, los actores de los mismos seguirán cometiéndolos, sabedores que no les pasará nada.

La impunidad más obvia es la relacionada con la justicia. Según los últimos datos, la impunidad ronda por el 95%. O sea, un marero que mata, roba, extorsiona, tiene solo el 5% de probabilidades de recibir un castigo (cárcel, penalidad económica o algún otro). Siendo tan baja la probabilidad y tan alta la recompensa por cometer ilícitos, que muchos otros siguen ese camino.

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Pero hay otros actos que quedan impunes. Por ejemplo, acusaciones falsas en contra de alguien. Esto está muy ligado a desprestigiar a otro, por cualquier razón. La víctima, culpable o no, quedará sin castigo pues esas acusaciones usualmente son anónimas. Al no haber castigo, se motiva a otros a seguir su curso.

La responsabilidad que tienen los medios de comunicación es enorme. Es muy fácil lanzar un comentario bajo la protección de la libertad de expresión. Igual responsabilidad tenemos quienes somos activos en redes sociales. Es constante ver ataques y acusaciones provenientes de los llamados “net centers”. El anonimato los protege.

¿Cómo resolverlo?  Es difícil. El sistema de justicia debe reformarse. Las actuales propuestas, incluyendo las enmiendas que se han presentado, no resuelven esto. Para reducir la impunidad necesitamos más acceso a la justicia. Esto se lograría reinstalando los jueces de paz que había en cada municipio del país.  El acceso también incluye tener jueces que hablen el idioma de la comunidad en la que se encuentra. También dotar de más capacidad de investigación al Ministerio Público, tanto en capacidades como en tecnología. Incrementar el número de investigadores es también una necesidad.

En el caso de las campañas de desprestigio, es muy difícil. Es cuestión de valores y principios. Deberíamos tener un plan a largo plazo en el sistema educativo, para empezar.  Naturalmente, la impunidad en el sistema de justicia es mucho peor que las otras. Si no se reduce, la criminalidad seguirá creciendo ilimitadamente. Crimen y castigo. Punto. Tiene que haber consecuencias.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

El peor de los problemas

Carolina Castellanos
19 de mayo, 2017

Si pensamos cuál es el peor de los problemas que tenemos en nuestra Guate, tendremos una discusión sobre cuál es el peor de todos. Lamentablemente la lista es larga: inseguridad, conflictividad social, maras, narcotráfico, corrupción, el tipo de cambio, el Congreso, el presidente, el sistema de justicia, etcétera.

En mi opinión, el peor de los problemas es la impunidad. La Real Academia Española define impune como “queda sin castigo”.  Si no hay consecuencias a los actos, los actores de los mismos seguirán cometiéndolos, sabedores que no les pasará nada.

La impunidad más obvia es la relacionada con la justicia. Según los últimos datos, la impunidad ronda por el 95%. O sea, un marero que mata, roba, extorsiona, tiene solo el 5% de probabilidades de recibir un castigo (cárcel, penalidad económica o algún otro). Siendo tan baja la probabilidad y tan alta la recompensa por cometer ilícitos, que muchos otros siguen ese camino.

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Pero hay otros actos que quedan impunes. Por ejemplo, acusaciones falsas en contra de alguien. Esto está muy ligado a desprestigiar a otro, por cualquier razón. La víctima, culpable o no, quedará sin castigo pues esas acusaciones usualmente son anónimas. Al no haber castigo, se motiva a otros a seguir su curso.

La responsabilidad que tienen los medios de comunicación es enorme. Es muy fácil lanzar un comentario bajo la protección de la libertad de expresión. Igual responsabilidad tenemos quienes somos activos en redes sociales. Es constante ver ataques y acusaciones provenientes de los llamados “net centers”. El anonimato los protege.

¿Cómo resolverlo?  Es difícil. El sistema de justicia debe reformarse. Las actuales propuestas, incluyendo las enmiendas que se han presentado, no resuelven esto. Para reducir la impunidad necesitamos más acceso a la justicia. Esto se lograría reinstalando los jueces de paz que había en cada municipio del país.  El acceso también incluye tener jueces que hablen el idioma de la comunidad en la que se encuentra. También dotar de más capacidad de investigación al Ministerio Público, tanto en capacidades como en tecnología. Incrementar el número de investigadores es también una necesidad.

En el caso de las campañas de desprestigio, es muy difícil. Es cuestión de valores y principios. Deberíamos tener un plan a largo plazo en el sistema educativo, para empezar.  Naturalmente, la impunidad en el sistema de justicia es mucho peor que las otras. Si no se reduce, la criminalidad seguirá creciendo ilimitadamente. Crimen y castigo. Punto. Tiene que haber consecuencias.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo