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Vinotinto, vino rojo

Luis Felipe Garrán
21 de junio, 2017

La Toma de Daejon
Rafael Dudamel emprendía la penúltima batalla de la que sería una gran revolución venezolana. Enfundados en sus uniformes vinotinto, los 11 elegidos asaltaron el Estadio Mundialista de Daejon en Corea del Sur para vencer a los charrúas y alcanzar la ciudad de Suwon. Venezuela jamás soñó con llegar tan lejos en una Copa del Mundo de fútbol (ni siquiera sub-20, como esta), mucho menos conociendo la situación actual del país.
Marcó Uruguay; pasó el tiempo y llegó el minuto 90.

En ese momento, un patojito de 17 años, de la ciudad de Valencia, decidió tomar por su cuenta un tiro libre directo a unos metros del área grande, la cuál no es tan grande como lo que hizo Samuel Sosa. El chico le pegó con la izquierda y la clavó en el ángulo, ese punto mortal para casi cualquier arquero. Forzaron la prórroga, y en penales vencieron. Venezuela se había metido, por primera vez en cualquier categoría, en la final del Mundial.
La Toma de Caracas

El deseo de los venezolanos de ver una patria distinta guio a una parte del pueblo a tomar la capital para evitar que el gobierno de Nicolás Maduro saque adelante su iniciativa de convocar a una Asamblea Constituyente para cambiar la Carta Magna.

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Arropados por banderas e insignias nacionalistas, emprendieron el asalto a Caracas, con la idea de que su ímpetu llegase a Quintana Roo, en donde la Organización de Estados Americanos habría de abordar el Caso Venezuela.

Otro nacido en el ’99 se volvió noticia mundial tras el enfrentamiento. Fabián Urbina, rodeado por una turba, avanzó a todo dar hacia un grupo de policías. Estos retrocedieron, pero estamos en una época en la que para herir con un arma no hace falta estar a tres palmos del contrincante. Uno de ellos comenzó a disparar; lo hizo con su mano derecha, y acertó a darle a Urbina en el pecho, ese punto mortal para casi cualquier persona, incluyéndolo, lamentablemente.

Y después…
La selección vinotinto llegó a la final, pero un gol tras poco más de media hora de partido le dio la Copa del Mundo (primera en cualquier categoría desde 1966) a Inglaterra.
La causa en contra de Maduro llegó a la Reunión de Cancilleres de la Asamblea General de la OEA. México encabezó una declaración convenida por varios países para pedirle a Caracas que se reconsidere la convocatoria de la Asamblea Constituyente, pero el ALBA y el cinturón caribeño impidieron que se llegara a los 23 votos necesarios (fueron 20) para aprobarla.
Tras aquel gol de Sosa, Maduro tuiteó alabando a “sus muchachos”, a quienes llamó el orgullo de una patria forjadora de victorias. Dudamel le respondió recordándole la muerte de un joven de 17 años el día anterior. Diez días después, la vinotinto se vuelve a manchar de rojo con un chico menor de edad.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

Vinotinto, vino rojo

Luis Felipe Garrán
21 de junio, 2017

La Toma de Daejon
Rafael Dudamel emprendía la penúltima batalla de la que sería una gran revolución venezolana. Enfundados en sus uniformes vinotinto, los 11 elegidos asaltaron el Estadio Mundialista de Daejon en Corea del Sur para vencer a los charrúas y alcanzar la ciudad de Suwon. Venezuela jamás soñó con llegar tan lejos en una Copa del Mundo de fútbol (ni siquiera sub-20, como esta), mucho menos conociendo la situación actual del país.
Marcó Uruguay; pasó el tiempo y llegó el minuto 90.

En ese momento, un patojito de 17 años, de la ciudad de Valencia, decidió tomar por su cuenta un tiro libre directo a unos metros del área grande, la cuál no es tan grande como lo que hizo Samuel Sosa. El chico le pegó con la izquierda y la clavó en el ángulo, ese punto mortal para casi cualquier arquero. Forzaron la prórroga, y en penales vencieron. Venezuela se había metido, por primera vez en cualquier categoría, en la final del Mundial.
La Toma de Caracas

El deseo de los venezolanos de ver una patria distinta guio a una parte del pueblo a tomar la capital para evitar que el gobierno de Nicolás Maduro saque adelante su iniciativa de convocar a una Asamblea Constituyente para cambiar la Carta Magna.

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Otro nacido en el ’99 se volvió noticia mundial tras el enfrentamiento. Fabián Urbina, rodeado por una turba, avanzó a todo dar hacia un grupo de policías. Estos retrocedieron, pero estamos en una época en la que para herir con un arma no hace falta estar a tres palmos del contrincante. Uno de ellos comenzó a disparar; lo hizo con su mano derecha, y acertó a darle a Urbina en el pecho, ese punto mortal para casi cualquier persona, incluyéndolo, lamentablemente.

Y después…
La selección vinotinto llegó a la final, pero un gol tras poco más de media hora de partido le dio la Copa del Mundo (primera en cualquier categoría desde 1966) a Inglaterra.
La causa en contra de Maduro llegó a la Reunión de Cancilleres de la Asamblea General de la OEA. México encabezó una declaración convenida por varios países para pedirle a Caracas que se reconsidere la convocatoria de la Asamblea Constituyente, pero el ALBA y el cinturón caribeño impidieron que se llegara a los 23 votos necesarios (fueron 20) para aprobarla.
Tras aquel gol de Sosa, Maduro tuiteó alabando a “sus muchachos”, a quienes llamó el orgullo de una patria forjadora de victorias. Dudamel le respondió recordándole la muerte de un joven de 17 años el día anterior. Diez días después, la vinotinto se vuelve a manchar de rojo con un chico menor de edad.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo