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El efecto Kavanaugh

Betty Marroquin
05 de octubre, 2018

Estamos presenciando el circo político en Washington con respecto a la confirmación del Juez Brett Kavanaugh como Magistrado a la Corte Suprema de los Estados Unidos, y es difícil no quedarse impávido y perplejo ante tanta maniobra política sucia de los demócratas. El juez ha sido acusado por primera vez de haber atacado sexualmente a la Dra. Blasey Ford, luego de más o menos 40 años de impecable y estelar carrera en los que la señora guardó silencio. El testimonio de la señora oscila entre amnesia y vívidos recuerdos, en los que ella narra el ataque con detalles pero no recuerda cuando fue, dónde, cómo llegó allí, ni nada mas. Sus supuestos testigos han desmentido el hecho, como algo que jamás sucedió. El FBI ya determinó que no hay nada que sustente el ataque. Se ha sabido que a la Dra. Ford le pagaron poco más de 300 mil dólares, no está claro porqué motivo… pero lo deja a uno pensando. Hay otras dos o tres acusadoras más, con declaraciones que suenan muy poco creíbles. Espero para cuando salga este artículo, el voto para llevar el tema al pleno haya sido aprobado (cloture vote) y que este fin de semana se vote y confirme a Brett Kavanaugh como el substituto del Chief Justice Anthony Scalia quién falleció hace ya varios meses.

De ese circo emanan dos temas que llaman poderosamente la atención: el tema de las acusaciones de la mujer por acoso sexual y el poder del voto.

Por décadas las mujeres han luchado para ser tratadas con igualdad de condiciones a los hombres. Igualdad ante la Ley, para ejercer el sufragio, de ser electas, y últimamente para decidir sobre si portar o no vida dentro de sí, como biológicamente han sido dotadas, a diferencia de los hombres que no tienen esa capacidad. Sin embargo, con el MeToo queda claro que no hay tal igualdad. Cualquier acusación de cualquier mujer contra cualquier hombre debe ser tomada como verdad y el hombre condenado antes de ser juzgado en la corte de la opinión pública. Queda definitivamente vedado para los hombre insistir en querer salir con una mujer, cortejarla, ponerle un sólo dedo encima, piropearla, y ya no digamos robarle un beso o darle un abrazo porque cualquier acción puede ser tomada como acoso sexual. Que ni se le ocurra a los patojos tirar hielo en broma a alguien, pegarle chicle en el pelo o hacer cualquier idiotez típica de la edad, porque no podrán optar a cargos públicos de alta envergadura. Ya no digamos pasarse de tragos.

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Personalmente, no creo que la acusación de ninguna de esas mujeres contra el Juez Kavanaugh sea verdad. Están plenas de agujeros mentales, tienen grandes vacíos que dejan en entredicho sus declaraciones, además de no tener testigo alguno que corrobore nada. Los cómo, cuándo y dónde quedan sin definirse. Ah, pero como lo dice una mujer… es Ley escrita en piedra.

En cuanto al poder del voto, resulta interesante porque el efecto del circo se empieza a hacer sentir. En varios Estados dónde hay Demócratas corriendo para reelección el público se ha manifestado fuertemente en favor del Juez. Si los actuales representantes Demócratas no votan en favor del Juez, pueden perder su curul. Así mismo, en general para el partido Demócrata, queda claro en muchos lugares que ven al partido como sediento de poder, poniendo el interés del partido por encima del bienestar nacional. En un país de más de 325 millones de habitantes, que 50 mil hagan escándalos continuos no dice mucho. Es menos del 1% de la población la que se hace sentir. Igual que en Guatemala.

De ese menos del 1%, más de la mitad son mujeres histéricas que han llegado al colmo de embadurnar con excremento la modesta vivienda del Juez Kavanaugh. Acosan Senadores, los insultan y tratan de asaltar con violencia y agresividad claras, dejando en evidencia que si bien se creen moralmente superiores, lejos están de serlo. El colmo es que un patojo haciendo un interinato en la oficina de la Representante Sheila Jackson Lee (Demócrata de Texas) filtró datos personales de varios Senadores a ONGs y medios para que esos histéricos vayan a acosar y atacar a las familias de los Senadores y a los Senadores mismos por apoyar a Kavanaugh. Afortunadamente fue arrestado, como corresponde.

Es así que en noviembre que sean las elecciones quedará más claro aún si el pueblo aprueba o no del actuar de los Republicanos y de los Demócratas. La totalidad de la Cámara de Representantes va a elecciones, mientras que en el Senado es sólo un tercio. Encuestas dicen que el Senado permanecerá con mayoría Republicana, mientras que la batalla más fuerte se dará en la Cámara de Representantes.

¿Suena familiar? Es porque estos movimientos financiados claramente por George Soros (les recuerdo que en los USA las ONGs deben reportar todo sobre el dinero que les entra y cómo lo emplean) no se circunscriben a la realidad estadounidense. Están en todo el planeta, con su misma agenda pro aborto, pro LGBT, pro minoría de lo que sea, causando la misma inestabilidad por doquier, incluyendo Guatemala. Espero pronto pase la Ley de ONGs y que se reforme como elegimos a nuestros representantes ante el Congreso. Sólo así el pueblo podrá realmente sentirse representado y hacerse sentir en las decisiones legislativas que nos atañen, además de que vengan fiscalizadas todas esas entidades obscuras que hoy día reciben millones que se van a quien sabe dónde.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

El efecto Kavanaugh

Betty Marroquin
05 de octubre, 2018

Estamos presenciando el circo político en Washington con respecto a la confirmación del Juez Brett Kavanaugh como Magistrado a la Corte Suprema de los Estados Unidos, y es difícil no quedarse impávido y perplejo ante tanta maniobra política sucia de los demócratas. El juez ha sido acusado por primera vez de haber atacado sexualmente a la Dra. Blasey Ford, luego de más o menos 40 años de impecable y estelar carrera en los que la señora guardó silencio. El testimonio de la señora oscila entre amnesia y vívidos recuerdos, en los que ella narra el ataque con detalles pero no recuerda cuando fue, dónde, cómo llegó allí, ni nada mas. Sus supuestos testigos han desmentido el hecho, como algo que jamás sucedió. El FBI ya determinó que no hay nada que sustente el ataque. Se ha sabido que a la Dra. Ford le pagaron poco más de 300 mil dólares, no está claro porqué motivo… pero lo deja a uno pensando. Hay otras dos o tres acusadoras más, con declaraciones que suenan muy poco creíbles. Espero para cuando salga este artículo, el voto para llevar el tema al pleno haya sido aprobado (cloture vote) y que este fin de semana se vote y confirme a Brett Kavanaugh como el substituto del Chief Justice Anthony Scalia quién falleció hace ya varios meses.

De ese circo emanan dos temas que llaman poderosamente la atención: el tema de las acusaciones de la mujer por acoso sexual y el poder del voto.

Por décadas las mujeres han luchado para ser tratadas con igualdad de condiciones a los hombres. Igualdad ante la Ley, para ejercer el sufragio, de ser electas, y últimamente para decidir sobre si portar o no vida dentro de sí, como biológicamente han sido dotadas, a diferencia de los hombres que no tienen esa capacidad. Sin embargo, con el MeToo queda claro que no hay tal igualdad. Cualquier acusación de cualquier mujer contra cualquier hombre debe ser tomada como verdad y el hombre condenado antes de ser juzgado en la corte de la opinión pública. Queda definitivamente vedado para los hombre insistir en querer salir con una mujer, cortejarla, ponerle un sólo dedo encima, piropearla, y ya no digamos robarle un beso o darle un abrazo porque cualquier acción puede ser tomada como acoso sexual. Que ni se le ocurra a los patojos tirar hielo en broma a alguien, pegarle chicle en el pelo o hacer cualquier idiotez típica de la edad, porque no podrán optar a cargos públicos de alta envergadura. Ya no digamos pasarse de tragos.

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Personalmente, no creo que la acusación de ninguna de esas mujeres contra el Juez Kavanaugh sea verdad. Están plenas de agujeros mentales, tienen grandes vacíos que dejan en entredicho sus declaraciones, además de no tener testigo alguno que corrobore nada. Los cómo, cuándo y dónde quedan sin definirse. Ah, pero como lo dice una mujer… es Ley escrita en piedra.

En cuanto al poder del voto, resulta interesante porque el efecto del circo se empieza a hacer sentir. En varios Estados dónde hay Demócratas corriendo para reelección el público se ha manifestado fuertemente en favor del Juez. Si los actuales representantes Demócratas no votan en favor del Juez, pueden perder su curul. Así mismo, en general para el partido Demócrata, queda claro en muchos lugares que ven al partido como sediento de poder, poniendo el interés del partido por encima del bienestar nacional. En un país de más de 325 millones de habitantes, que 50 mil hagan escándalos continuos no dice mucho. Es menos del 1% de la población la que se hace sentir. Igual que en Guatemala.

De ese menos del 1%, más de la mitad son mujeres histéricas que han llegado al colmo de embadurnar con excremento la modesta vivienda del Juez Kavanaugh. Acosan Senadores, los insultan y tratan de asaltar con violencia y agresividad claras, dejando en evidencia que si bien se creen moralmente superiores, lejos están de serlo. El colmo es que un patojo haciendo un interinato en la oficina de la Representante Sheila Jackson Lee (Demócrata de Texas) filtró datos personales de varios Senadores a ONGs y medios para que esos histéricos vayan a acosar y atacar a las familias de los Senadores y a los Senadores mismos por apoyar a Kavanaugh. Afortunadamente fue arrestado, como corresponde.

Es así que en noviembre que sean las elecciones quedará más claro aún si el pueblo aprueba o no del actuar de los Republicanos y de los Demócratas. La totalidad de la Cámara de Representantes va a elecciones, mientras que en el Senado es sólo un tercio. Encuestas dicen que el Senado permanecerá con mayoría Republicana, mientras que la batalla más fuerte se dará en la Cámara de Representantes.

¿Suena familiar? Es porque estos movimientos financiados claramente por George Soros (les recuerdo que en los USA las ONGs deben reportar todo sobre el dinero que les entra y cómo lo emplean) no se circunscriben a la realidad estadounidense. Están en todo el planeta, con su misma agenda pro aborto, pro LGBT, pro minoría de lo que sea, causando la misma inestabilidad por doquier, incluyendo Guatemala. Espero pronto pase la Ley de ONGs y que se reforme como elegimos a nuestros representantes ante el Congreso. Sólo así el pueblo podrá realmente sentirse representado y hacerse sentir en las decisiones legislativas que nos atañen, además de que vengan fiscalizadas todas esas entidades obscuras que hoy día reciben millones que se van a quien sabe dónde.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo